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jueves, 25 de abril de 2013

La instauración de la MINUSMA en Mali o el dilema de la intervención militar inconclusa


La situación de Mali parece evolucionar constantemente desde el golpe de estado perpetrado el año pasado a Amadou Toumani Touré y su posterior dimisión. La ONU acaba de aprobar la resolución 2100, que estipula la creación de una misión en Mali denominada MINUSMA, en sustitución de la anterior AFISMA, y del envío de una fuerza de 11.200 cascos azules y 1.440 policías, con el fin de estabilizar el país subsahariano. En enero 2013 el presidente François Hollande manda una intervención en Mali, con el apoyo de tropas africanas y con el sello de la ONU de por medio. 

Su misión, que se decía de corta duración, sería para restablecer, o casi se diría, salvar la República de Mali de las fuerzas insurgentes, que estaban avanzando derecho sobre la capital, Bamako, conquistando en su paso las ciudades y poblados. Contener los insurgentes, y  frenar la avanzada hacia Bamako fue para la AFISMA su razón fundacional. Hasta 4.000 soldados fueron a enfrentarse, junto al ejército malí, a las diversas fuerzas irregulares en su territorio.  Junto a este contingente, fueron a sumarse 4.000 soldados procedentes de Nigeria, Chad, Benín, Guinea-Conakry, Togo, Níger, Burkina Faso, Ghana y Senegal. Esta fue la fuerza armada, que en los meses pasados había logrado hacer retroceder  a las fuerzas anti-gubernamentales, reunidas en su mayoría al estado de Azawad, autoproclamado desde abril 2012.

La misión de la ONU, será como se estipula en la antes mencionada resolución respaldada por fuerzas armadas de Francia, que inicia una fase de retorno de las tropas a la patria de aquí a junio 2013, reduciendo de 3.850 a 2.000 soldados en suelo subsahariano, e incluso a tan sólo 1.000 a finales del año, según ha salido en la prensa por parte del ministerio de defensa francés. La AFISMA, que aún permanecerá hasta nuevo orden, es actualmente la responsable de mantener el orden en las ciudades reconquistadas a Ansar Dine, con el caso particular de Timbuctú o Gao. El mantener las posiciones de estas ciudades mayores de la región, es la cuestión en sí, pues las fuerzas insurgentes, expulsadas de las ciudades se fueron a replegar a los oasis limítrofes de Mali con Libia y Argelia, desde donde operan.

Las razones estratégicas para controlar dicha región del mundo tienen peso, puesto que se trata de un corredor difícilmente controlable, el cual permite el bandidaje, el contrabando, el tráfico de cualquier producto cotizado en el mercado negro, pasando de drogas, a armas. Ee el corredor subsahariano que abarca desde Mauritania, por Mali, Burkina Faso, Níger hasta Chad, es transitable sin ningún problema, ni cuenta con mucha presencia estatal, por lo que cruzar las fronteras de estos países puede suceder incluso en desconocimiento. Los grupos armados semi-nómadas que se autoproclaman defensores del estado de Azawad, son capaces de transitar entre diferentes países, creando dificultades en los respectivos sitios. En Argelia se dieron casos donde se sitió una planta de gas en pleno desierto, secuestrando a sus trabajadores presentes. En Níger, las minas de uranio explotadas por empresas francesas temen por la seguridad de sus trabajadores como también de los nacionales franceses, posibles víctimas de secuestro.

En este estadio de la cuestión, la debacle consiste en vencer a las fuerzas irregulares presentes, que son principalmente el Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA), el Movimiento por la Unión y el Yihad en Africa Occidental (MUJAO) aparentemente ligados a Al-Qaeda,  Ansar Dine, entre los principales. La creación fáctica de Azawad fue hecha en base de una alianza entre el MNLA y Ansar Dine, pero la guerra interna se produjo y dio como resultado el paso de mando de las mayores ciudades en manos de los rebeldes del MNLA al Ansar Dine. Finalmente la intervención de Francia en el asunto, y la regresión inicial de los insurgentes, llevó ala reconquista parcial del norte, o al menos de la gran mayoría de las zonas pobladas. Sin embargo la relativa tranquilidad es traicionera, puesto que el regreso de combatientes puede ser real en cualquier momento, lo cual no permite una paz real, sino más bien aparente.

Por lo mismo el retiro parcial de las fuerzas francesas responde a diversos factores a tomar en  cuenta. Primero es el del costo político que implica la justificación de la intervención, cuando su imagen anti-sarkoziana le quería tintes de diferentes, en estos aspectos se comienza a parecérsele cada vez más. El costo económico tampoco es menos, pues éste podría ascender a 95 millones de dólares actualmente, y con las finanzas tan delicadas como en el momento parece ser el caso de la economía francesa en particular, y la de la zona euro en general, recortar en gastos es prioritario. Cabe preguntarse, si en el caso, porqué se intervino en primer lugar, cuando las finanzas no responden a las necesidades de la empresa. La implantación de una fuerza de la ONU cambia sensiblemente el mapa de la situación, o al menos es lo que se pretende, cuando dice que iniciará el 1 de julio, y sólo cuando la situación de seguridad lo permita. Esta condición sine qua none, es fiel reflejo de la incertidumbre que reina, incluso en la asamblea general de las Naciones Unidas, pues nadie es capaz de responder con certeza, si estas condiciones se darán en tiempo y espacio, y de la  composición, al menos que se tomen las fuerzas panafricanas, y se conviertan por arte de magia en cascos azules en misión por la MINUSMA.

En cuanto a lo real, independientemente de las insignias, la región tiene una grave problema humanitario, la cantidad de refugiados malíes, séase como desplazados internos, o como refugiados en países vecinos se cuentan en miles, La economía no se restablece enteramente en el norte del país, por mientras no se haya restablecido el imperio de la ley, hasta en el desierto, donde aún permanece el enemigo recluido. Por lo tanto la paz no volverá a Mali a base de balas, ni de cascos azules por sí mismos. Ésta tendrá que ser un diálogo inter-malí, el cual contemple a todas las partes involucradas. No obstante hasta la capitulación final de lo que queda del Estado autoproclamado de Azawad, o de sus fracciones, disidentes dispersados en el desierto en pie de guerra, no habrá normalidad para los malíes. La guerra de desgaste comenzó en el norte, que necesitará la permanencia mediadores de paz, para ser evitada, hasta el día que la guerra vuelva a a sacudir al desierto del Sahara.

sábado, 22 de octubre de 2011

La polémica sobre la muerte de Al-Ghadafi o la justicia implacable del vencedor

Mientras que los gobiernos occidentales se felicitan de la muerte del "dictador" depuesto Muammar Ghadafi, el Consejo de Transición Nacional (CNT) celebra la toma de Sirte y el fin de la guerra de "liberación" de Libia. Es sumamente interesante las declaraciones hechas por Alain Juppé, ministro de relaciones exteriores de Francia, quien al enterarse de la noticia, declara que no estaba en sus intensiones el hecho de matar al ex-lider, pero que el "fin del conflicto" le parecía positivo. También el presidente Obama se exprimió al respecto, diciendo, que a partir ahora nace una nueva Libia, presuponiendo que pronto se instaure un gobierno electo democráticamente. Ante el hecho de las circunstancias de su muerte no hizo comentario alguno.Este detalle sin embargo ha interesado a la Corte Penal Internacional de la Haya, donde se ha abierto una investigación de la polémica muerte del líder libio en la cuidad de Sirte el pasado 20 de octubre. En el caso que esta causa tenga continuidad, es posible ver como el CNT se ve inmerso en un juicio internacional en su contra.

Detalles un tanto contradictorios están circulando acerca de la muerte de Mummar Ghadafi. Según la primera el convoi del libio fue alcanzado por un mirage francés, mientras estaba en traslado, con la consecuencia de importantes heridas inflingidas. Enseguida hubiera sido trasladado en ambulancia a Misurata, muriendo en el trayecto. La otra es que estando en un esconditdo en tuberías subteráneas de aguas negras en la periferia de Sirte, abatido por un combatiente del CNT a muerte.

No obstante tampoco se sabe mucho de lo que permanece de la resistencia ghadafista, que no se haya rendido. Aún salen noticias de la detención de ex-colaboradores del régimen de Ghadafi, los cuales en muchos casos se ven denegados todos los derechos de defensa y de detención dentro de un marco legal establecido, siendo incluso torturados y/o matados en el acto. En cuanto a la cantidad de fosas comunes que pueden salir a la luz en un futuro, las cuales tendrán que pasar por una fase de investigación propia, para determinar, los posibles crímenes de guerra perpetrados por cualquiera de los dos bandos involucrados.

Las Naciones Unidas prevén entrar al país en la mayor brevedad, para crear un cuadro de reconstrucción y normalización, después de siete meses de guerra civil. Una vez más esta organización es la encargada de remendar lo que se encargaron de destruir las fuerzas armadas de países occidentales. Sin duda alguna la lucha por los mercados de los proyectos de reconstrucción se dará entre las diferentes naciones implicadas, EE.UU., Italia, Francia, Alemania o Reino Unido, que quieren quedarse con su parte del pastel. Un país que no forma parte de estos menncionados, pero con evidente capacidad de sacarse proyectos es Rusia, la cual después de postularse en contra del cambio de régimen, ha cedido al final al reconocer la representación del CNT como representante legítimo de los libios. Con toda evidencia temían que en el caso de que Ghadafi perdiese la guerra, la cancillería rusa quedar fuera del nuevo stauts-quo imperante.

Las relaciones enteras del mediterráneo sur ha visto unos imporantes cambios geoestratégicos. Una Libia conducida por el CNT se ha puesto en pie en la arena de la diplomacía internacional. Su accpetación en ningún caso es sobreentendida, pues Argelia no le ha concedido aún su buenvisto, además de aceptar en su suelo a los familiares del ex-dirigente. En el caso que un tribunal libio reclame la exrtadicción de estos últimos, pondría a prueba los equilibrios regionales existentes ante los nuevos dueños del poder libio.

La cicatriz que queda abierta con la terminación del conflicto armado va a suponer una recuperación de la economía local. Sin embargo los cambios de las directrices económicas en el sector petrolero serán tanto más determinante en la lectura de los posibles desarrollos a venir. Hasta entonces se verán las consecuencias a largo plazo de la operación del cambio de régimen operado por la dichosa comunidad internacional. En cuanto al crimen cometido contra Al-Ghadafi, es tan dudoso que en cualquier día se haga verídicamente justicia, pues los criminales atrás de él, son los que hoy mandan en Trípoli.

sábado, 12 de febrero de 2011

La dimisión de Hosni Mubarak o la gloriosa revolución egipcia como modelo para el mundo árabe

Este es el primer día de la era post-Mubarak en Egipto. El país amaneció con un nuevo aire, nunca antes visto en 30 años. La noche del 11 al 12 de febrero 2011 pasará a la historia contemporánea egipcia como el nuevo comienzo. El 11 de febrero, tras 18 días de protestas a nivel nacional, y sobre todo en sobre la Plaza Tahrir, donde había incrementado el número de manifestantes, seguía demandándo la salida incondicional del impopular presidente Hosni Mubarak. El ejército que había demostrado con anterioridad y repetido ese día también su apoyo a las demandas populares, en las salidas de dicha plaza, incluso vió actos de fraternalización con los manifestantes.

Mientras que el día anterior Mubarak se aferraba al poder en un discurso televisivo, donde confirmaba su calidad de primer mandatario del país, creándo un sentimiento de decepción general en la plaza Tahrir, quando los rumores decían que dicho discurso sería el de la dimisión definitiva, el ánimo volvió en la noche, entre los manifestantes, que permanecieron en la plaza de la Liberación. La extensión de la revuelta popular en prácticamente todo el país, y la progresiva degradación de la imagen del presidente, finalmente lo llevaron a tomar la decisión el día 11 de febrero a las 17 horas, hora local egipcia, a presentar su dimisión, proclamada por el hasta entonces vicepresidente Omar Suleiman. El poder presidencial fue entregado al ejército, que desde entonces gobierna de forma transitoria por el consejo supremo de las fuerzas armadas presidido por Mohamed Hussein Tantaoui. La euforia general ganó las calles de las principales ciudades del país, mientras que el ahora ex-presidente se retiraba a su residencia en Sharm-El-Sheik en el Sinaí.

Durante toda la noche los egipcios vivieron momentos únicos de fraternidad que habían sido la excepción de la regla durante el largo mandato del ahora ex-presidente. La gente no solo salió en Egipto a la calle. También en la Franja de Gaza, en Beirut, en Túnez, en Saana, en Yemen, incluso en EE.UU., como en todo el mundo árabe, y en prácticamente todo el mundo, donde hay una comunidad egipcia, esta salió a celebrar la caída del dictador. El objetivo común de derrocar al rais había finalmente después de 18 días de resistencia alcanzado su objetivo. En un acto muy simbólico los cairotas han procedido el hoy a limpiar la plaza Tahrir de los escombros. El retiro de las piedras, la limpieza en general, que significa el nuevo inicio. Ante unos últimos manifestantes que quieren permanecer ahí, para garantizar el respeto del nuevo proceso puesto en marcha, la gran mayoría han decidido retirarse de ella. En cierto modo una etapa ha sido alcanzada, el derrocamiento del dictador, ahora viene la más ardua tarea, la de la consolidación del nuevo poder legítimo y democrático.

El post-Mubarak viene ahora en vista con muchas dudas e incertidumbres. El nuevo hombre fuerte, Tantaoui tiene una misión histórica, la de devolver la democracia al país. Crear nuevas instituciones que realmente representen a los gobernados. La normalización de la vida cotidiana después de 30 años de estado de excepción. El ejército como columna vertebral del país goza en la actualidad de una confianza absoluta por parte del pueblo egipcio. Hay una verdadera confraternización, y una fe absoluta que no van a decepcionar las demandas populares. En los actos habrá que confirmar lo anteriormente dicho, pues también ha sido el ejército el que ha sido un firme sustento por tres décadas para el rais, que subió al poder después del asesinato de Sadat en 1981, al pasar de vicepresidente a Presidente. El traspaso del poder en Egipto ha tradicionalmente sido de esa forma, de Nasser a Sadat en 1969, de Sadat a Mubarak en 1981,desde que Nasser fue el artífice de un golpe militar contra el rey Farouk en 1951. Por primera vez el vicepresidente, Omar Suleiman no tendrá esta suerte. Su carrera política parece concluida con toda evidencia, además que se sabe que su actuación como director de los servicios de inteligencia del país no fue del todo inocente tampoco. Era en parte el hombre elegido por EE.UU., la CIA y el departamento de Estado de EE.UU. como potencial sucesor a Mubarak

Una vez más las reaciones internacionales no se hicieron esperar. En general la comunidad internacional se ha tenido que decantar, casi por necesidad frente a la opinión pública de su país, a apoyar la voluntad del pueblo egipcio. Algunos fueron más tímidos en ese apoyo, como por ejemplo el de Barack Obama, que saludó al pueblo egipcio por su valentía, pero siempre con la cautela de poner condiciones a ese apoyo, como el de convertirse en una sociedad democrática y que en el futuro haya elecciones limpias y transparentes. El primer ministro francés, Francois Fillon, en el portavión Charles de Gaulle en dirección a Arabia Saudita, dió declaraciones menos entusiastas, saludando el valor del ex-presidente Mubarak por su decisión. Precisó también la importancia de Egipto en el "proceso de paz" de Medio Oriente, osea, que si este sigue vigente, el nuevo poder tendría que seguir colaborando con el estado Israel. Qatar fue uno de los primeros países en hacer declaraciones respecto a los sucesos en Egipto, saludando al pueblo egipcio por su nuevo futuro en la era post-Mubarak. Los que fueron menos entusiastas fueron entre otros Israel y Arabia Saodita. Israel está actualmente temblando ante la perspectiva de una nueva ola de regímenes hostiles a él. Su mayor aliado, Mubarak, que pasó a la historia, los deja en una vulnerabilidad parecida a la que padeció en 1967 o 1973. Arabia Saudita por su lado elogió la "transición pacífica", sin esconder su distancia hacía el nuevo poder. Abdallah ibn Abdelaziz, tradicional aliado de EE.UU. ve con muy mal ojo los desarrollos en toda la región desde el comienzo de las protestas en Túnez en 2010. La canciller alemana, Angela Merkel califió la revolución egipcia como un histórico. Finalmente la alta representante para las relaciones exteriores de la Unión Europea, Catherine Ashton, ha declarado a su vez, que su deseo es que la democracia vuelva al país, poniéndo especial énfasis en que este poder no pase al "eje del mal", de Irán o del Hamás en Gaza o el Hezbollah en Líbano.

La ola revolucionaria ha pasado desde hoy a un nuevo frente de combate. El nuevo escenario siendo Argelia. El presidente Abdelaziz Bouteflika ve como la populación se está organizando cada vez más contra el regímen pseudo-socialista, y una marcha multitudinaria se está organizando no solo en la capital Argel, sino a nivel nacional en las principales ciudades como Oran, Bejaia Constantina, Bejaia, en estos mismos momentos. En Argel rige desde años una prohibición de manifestarse con carácter permanente. Los atentados en los años pasados contra instituciones estatales, como la ola de oposición más o menos organizada y ante todo clandestina dan una idea de la fuerza de la contestación que se está observando en la actualidad. Alrededor de 30 000 policías han sido enviados solo en la capital Argel para contener la afluencia en la plaza de los mártires. Esta plaza que durante la guerra de independencia de Argelia cobró un carácter simbólico, ahora parece recobrar este mismo en un contexto totalmente nuevo.

La ola revolucionaria ha desbordado definitivamente de Egipto al mundo árabe en general. Ningún país esta actualmente a salvo de verse desbordado por manifestantes que exigen la dimisión del gobierno y una nueva fundación del país. Desde Yemen, pasando por Jordania, Túnez y Argelia por ahora, pero sin duda sin carácter exhaustivo, en otros países que se van a sumar a la ola revolucionaria, la señal del cambio ha sido contundente. Los pueblos árabes quieren recuperar su dignidad perdida por décadas de dominación occidental. Han perdido el miedo a la represión, han salido de su aislacionismo, y estan más determinados que nunca que nada es imposible, si la sociedad unida pide la dimisión del régimen impopular e impuesto desde el exterior, con el pretexto de ponerle un freno al pretendido extremismo islamista de la región. Es más, cabe preguntarse si ese extremismo no es más bien fruto de la existencia de dichos regímenes.

Egipto ha vencido por ahora. Argelia se ha puesto en mira un objetivo similar en su país. Nadie puede frenar una ola tan fuerte, ni con la mayor de las represiones. Si alguno de estos países logra sostenerse, es o porque efectivamente goza de la confianza del pueblo, o porque ha hecho las concesiones pedidas por la vox populi. De lo contrario es la hora de hacer temblar a los poderosos. Es la hora de los pueblos árabes.

Viva el pueblo egipcio
Viva el pueblo argelino
Vivan los pueblos árabes

Hasta la victoria siempre
Venceremos.

sábado, 5 de febrero de 2011

El “día de la salida” o el inicio del despertar en el mundo árabe

El “día de la salida”, el viernes 4 de febrero, onceavo día consecutivo de las protestas anti-mubarak se ha producido con una cierta tranquilidad, a diferencia de la violencia callejera observada ayer. 10 mil egipcios pernoctarán eta noche en las tiendas de campaña en la plaza Tahrir. A su vez se produjeron concentraciones de grupos pro-mubarak, con la finalidad de contrarestar las voces de protesta.La visita del secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa en la plaza Tahrir fue sin duda el evento de culminación del día de hoy. El secretario general ha expresado repetidas veces su apoyo a la voluntad del puebo egipcio. El cerco hacia los corresponsales de prensa extranjeros como egipcios fue generalizada, con la intervención de agentes no identificados de la policía que perjudican la labor periodística.

El sábado a su vez fue día de concentraciones en la plaza Tahrir, donde incluso hubo la presencia de grupos coptos que se solidarizaron con la causa.Este sábado otros ataques se dieron esta vez a un oleodúcto que alimenta a Israel con gas natural. Esto suscitó una protesta por parte de Tel Aviv, además que puso en evidencia una falta del control efectivo en zonas estratégicas por el régimen de Mubarak.

El presidente francés Nicolas Sarkozy, que actualmente ostenta la presidencia pro-tempore del G8 y del G20, ha condenado formalmente la posición del gobierno de Hosni Mubarak con las protestas presentes en Egipto. Exigió el cese de la práctica de la censura de la prensa y el inicio de la transición política de forma inmediata. La Unión Europea por su lado ha pedido la entrada de un régimen de transición más democrático.

Incluso el presidente estadounidense (ee.uu.) Obama ha expresado una condena formal por el uso de la fuerza del régimen egipcio. A Obama el pasado parece haberlo alcanzado, con lo que se conoce como el discurso del Cairo, pronuncaido en la universidad de dicha ciudad en el año 2009. En este el presidente prometía un cambio con la nueva administración en relación con el mundo árabe, y pretendía la normalización de las relaciones diplomáticas en diferentes frentes, sobre todo con Damasco. Sin embargo en la práctica la nueva doctrina no tuvo mayores repercuciones hasta ahora. Pues parece que la promesa de cambio, lema principal de su campaña presidencial lo obliga a tomar medidas reales de distanciamiento con el régimen de Hosni Mubarak y posicionarse con la voluntad del pueblo egipcio en la calle. La diplomacia ee.uu. se ha puesto en marcha, para crear un gobierno de transición, encabezado por el actual vicepresidente Suleiman. Su actual objetivo siendo la transición más favorable ante todo a los intereses geoestratégicos paracon Israel. El vicepresidente Suleiman es según Washington el más adecuado. Este cambio de estrategia hacia un régimen pro-occidental, con su longetividad de tres décadas, suscita críticas entre los republicanos. Otra crítica desde la izquierda que apostó por Obama entonces, que se había visto decepcionada por la tibieza del personaje una vez entronado, ahora al menos podrá ver un poco más de contundecia política ante la urgencia de la situación general del Medio Oriente.

Otro actor de la escena internacional se ha pronunciado el viernes. El Ayatola , líder de la revolución iraní de 1979, se ha pronunciado públicamente. En su intervención denominó el pueblo egipcio como el inicio del despertar del mundo árabe, y exigió además la revocación inmediata del tratado de paz firmado con Israel en el año 1979. En Jordania por su lado las protestas contra el nuevo primer ministro Marouf Bakhit continuaron con al menos varios miles de personas. La demandas políticas, que apelan al espíritu revolucionario tunecino y egipcio, se persiguen en simultanéidad en varios frentes en el mundo árabe, que tienen origenes varios pero en el fondo una finalidad de renovación del estado.

En Argelia la oposición al régimen pseudo-socialista de Abdelaziz Bouteflika hace olas. Las manifestaciones violentas entre policías y jóvenes se hacen presentes en varias ciudades del interior, como Oran o Annaba, como en diferentes partes de la capital Argel. Considerando que en Argelia la prensa no goza de una auténtica libertad de prensa, y que muchas demandas de la sociedad son ignoradas por el régimen cleptómano de los generales que están efectivamente al mando del país.

“El viernes de la salida” talvez no tuvo el éxito esperado, pues hasta la fecha las instituciones como el ejército permanecen fieles al presidente, pero ha cristalizado un poco más esta revolución encaminada hace ahora 12 días días al derrocamiento del presidente. Sin embargo el gobierno está aislado internacionalmente, con la excepción talvez de países como China, Israel o Arabia Saodita. Ha causado una incertidumbre en los ámbitos financieros, pues la posibilidad de un cierre del canal de Suez, o de un cambio de mando político, que restringiría el comercio internacional que transita a traves del mismo. El barril del petróleo ha subido considerablemente en las principales bolsas de valores, acercándose a los 100$.

Lo cierto es que la crisis política en Egipto es hoy un factor de altibajos en las bolsas de intercambio del mundo, Francfort, Nueva York o Londres. Incluso ha llevado al presidente ha dejar el cargo de líder del Partido Nacional Democrático y a remodelar un poco más lo que le queda de gobierno bajo Ahmad Chafic. Con la nueva función de mediador de EE.UU. en la búsqueda de una transición política, la administración Obama ha tomado finalmente postura en la crisis. Esta sin embargo es un tanto conservadora y continuista, y si bien puede que por la influencia de Obama Hosni Mubarak acceda a dimitir, la función de aliado de EE.UU. es al parecer imprescindible desde la óptica de EE.UU. y sobre todo de Israel.

Los egipcios se han levantado en armas para exigir la dimisión del presidente Mubarak. No parecen retroceder ante esta demanda tras 12 días. Además están recibiendo el apoyo del mundo entero en este empeño. Mucho dependerá de la continuidad del movimiento revolucionario egipcio, pero también de los actores internacionales que pueden contribuir a la caída de Mubarak. Ojalá sea este el inicio del despertar del mundo árabe, y en consecuencia el fin de un estatus caduco de la guerra fría.

miércoles, 19 de enero de 2011

La formación del gobierno de "exclusión nacional" o el intento del RCD de mantener su hegemonía

En Túnez la crisis política se perpetúa, mientras que en el interior como en el exterior se producen sucesos tan importantes como significativos para este país que vivió bajo 23 años bajo el dominio del partido de Zine El Abedine Ben Ali. Recapitulemos ante todo algunos hechos de los primeros días.

Cuando el 17 de diciembre la inmolación de Bouazizi produjo el comienzo del fin de un régimen, que había perdido todo apoyo real de la calle y se mantenía por la mera fuerza del orden, el primer ministro de la última formación Mohamed Gannouchi fue nombrado antes de la salida de Ben Ali a Arabia Saodita presidente interino. Sin embargo la constitución en vigor no le daba fe a ese acto, pues el presidente nombrado ad interim fue el presidente del parlamento Fouad Mebazaa. Sin embargo pese al descontento de la población, Mebazaa nombra a Gannouchi a formar un gobierno provisional el 17 de enero. Este nombramiento en cuanto sale a la luz enfurece de nuevo a la población en general, que ve en ello una mera continuación del antiguo régimen. Pese a todo el "gobierno de unión nacional" comprende a tres miembros de la oposición en puestos de segundo rango, como la salud, o la educación. En los puestos del primer ministro, que permanece en la persona de Ganouchi, tanto como el ministro de interior Ahmed Kriaâ, de relaciones exteriores Kamel Morjane y de economía Ridha Chalgoum. Al cabo de un día de conformarse, los tres miembros de la UGTT ( Union Générale des Travailleurs Tunisiens) habían dimitido en protesta de la continuidad de los puestos clave.

Mebazaa y Ganouchi formalemente retiraron su afiliación al RCD (Rassemblement Constitutionnel Démocratique), partido único durante la era Ben Ali. De hecho no solo el RCD fue excluido de la Internacional Socialista formalmente, un acto al que muchas voces en su interior clamaban anteriormente. La desafiliación de estos dos políticos dificilmente hará olvidar al pueblo tunecino los años de mal gobierno que sufrieron durante el antiguo régimen. La oposición en el exilio vuelve de a poco, como por ejemplo Moncef Mazourik de la Liga de los Derechos Humanos, formación ilegalisada hasta ahora. La formación islámica aún ilegalisada de Enhadah, que como otros muchos grupos permanecen en el exilio. Por más que quieran lavarse las manos, la represión contra la población que se quiere contra la presencia en puestos claves de un gobierno que se dice de "exclusión nacional", donde la oposición sirve de decoración y la política seguiría como acostumbrado. Sin una pacificación real de la sociedad ningún gobierno podrá reestablecer la normalidad, al menos que quiera perpetuar un estado policiaco como el de Ben Ali.

Ahora con mirada fuera de Túnez hay también interesantes desarrollos. Por un lado, el día de la revolución de los jazmines, la ministra de relaciones exteriores de Francia, Alliot-Marie se pronunció en términos, que ella misma dijo que fueron "malinterpretados" por la asamblea national sobre asuntos exteriores. Ella hablaba entonces de que la Francia podía ayudar a Túnez en cooperación, pero no cualquiera, sino en el mantenimiento del orden público. Dicho de otro modo, si Ben Ali ya no podía contener su oposición en sus casillas, la metropolí le ayudaría con gusto. De la situación en general, de la represión en las calles ni una palabra. Posteriormente diría que nadie podía prever los sucesos, y que Francia en su posición de no-injerencia (parece que cuando menos se cree, hasta Francia se acuerda de ese deber), no podía más que apostar por las instituciones democráticas del país. Cabe preguntarse, si acaso ese adjetivo no es un poco eufemístico, cuando para otros contextos parecen tener amnesia democrática. En realidad se sabe que el régimen tunecino servía a fines geoestatégicos. Es decir, una barrrera contra el islamismo fundametalista, como también un muro contra los inmigrantes ilegales. Cuando de eso se trata, todo régimen que mantiene orden hacia el exterior es bienvenido para la Unión Europea.

En el caso del mundo árabe se abre otro gran capítulo.Parece que la ola que salió de Túnez ha llegado a un sinfín de sitios. Donde ya había tensiones, pero que no habían llegado a nada concreto. Las inmolaciones, o intentos de inmolación se han multiplicado en Egipto,Argelia, Jordania, Libia y Mauritania. Régimenes que no gozan de una situación del todo democrática tampoco. En Mauritania hasta 2007 el país gozaba de una vida parlamentaria y democrática. Sin embargo ese año un nuevo golpe militar dió fin a esa, y ha impuesto una junta militar, que hasta la fecha no ha dado paso al poder civil.

En Argelia por su lado la situación de la población parece ante todo precaria. La cleptomanía de un poder que controla unos recursos de gas y petróleo, no ha sabido mantener una paz social ni nada similar. La tensión interna desde varios años ha llevado a ataques contra comisarias de policía, y hasta a sedes diplomáticas acreditadas en Argel. La realidad de un estado policial en defecto de una real participación de la sociedad argelina, que en el pasado había hecho prueba de fortaleza y resistencia contra la presencia francesa, ahora se ve sumida en un país que no da lo que promete,y reprime la oposición ferozmente. Pues en cuanto a la explotación y exportación de gas y petróleo, ese rubro no parece afectado a priori.

En Libia, donde desde el derrocamiento de la monarquía por el coronel Ghadafi, y la instauración de un régimen socialista en 1958,mucho tiempo ha pasado. Ya fuera del caso Lockerbie o de la búsqueda de armas nucleares por parte de Tripoli, en el interior la situación social no es nada buena, pese a las buenas recetas petroleras. Las instituciones del estado siendo las de un "socialismo árabe", han combinado en parte preceptos musulmanes con otros marxistas-leninistas. La combinación es ante todo una imposición poco democrática, que a fuerza de perpetuarse se ha vuelto terriblemente pragmática. La declaración de Ghadafi de que no reconocería otro gobierno que el de Ben Ali en Túnez, sorprende a más de un espectador, árabe o no.

En Egipto bajo la férula de Hosni Mubarak en el poder desde 1981 las cosas no son mucho mejor en términos generales. Desde el punto de vista de la legitimidad, Mubarak sucedió a Anwar el Sadat, quien fue asesinado. Este a su vez llevaba en el puesto desde 1970. El año nuevo de 2011 en Alejandría hubo un atentado en la iglesia copta de los Santos. La hostilidad y creciente islamisación de la sociedad parece querer eliminar a los históricos coptos de Egipto, precursores incluso a la fe musulmana. La presión sobre la liga musulmana, que a su vez esta ilegalisada, pero tiene su peso en la sociedad egipcia aún, solo ayuda a subir los tonos. Ahora parece que el método de la inmolación ha llegado a Egipto donde hubo ocho intentos en este día de hoy, en un claro intento de literalmente inflamar la situación, hasta el derrrocamiento de Mubarak.

Jordania a su vez bajo la monarquía hachemita, no es más que la reminiscencia de la monarquía iraquí de Faisal, que fue derrocada por nadie menos que Saddam Hussein, en 1958. Su reino adoptivo de Jordania le fue hecho en pieza por los británicos. Mejor aliado de los occidentales, representa como los demás los régimenes impuestos después de la I Guerra mundial y con la descomposición del Imperio Otomano bajo los vencedores.

El único sitio más o menos tranquilo parece ser Marruecos. Sin embargo como hemos visto las apariencias esconden realidades inimaginables, y la monarquía alauíta de Mohammed VI también esta sobre un barril de pólvora, listo para explotar en cualquier momento, y de paso abriría la posibilidad histórica para el pueblo saharáui de reclamar sus tierras usurpadas hace poco más de 35 años.

Desde 1920 hasta la actualidad estas élites sociales en los países árabes, que en un momento proclaman su profundo panrarabismo, pero luego se venden al mejor postor occidental. Estas élites que utilizan a la causa palestina para hacer adhesión en la población en un objeto exterior. Nunca esperarían de hecho que el pueblo palestino realice otra intifada y logra en pocos días algo que la Liga Árabe no ha sido capaz en cuarenta años.

Tal es la situación ante todo tensa en el mundo árabe. Nada está aún dicho, y todo esta por darse. El gobierno de unión nacional tunecino, que aún "está en formación" tendrá que hacer prueba de más concesiones si quiere la adhesión del pueblo tunecino, de lo contrario, como muchas voces en el interior del país dicen, la contra-revolución ha venido a mantener el orden mínimo para el exterior y para la seriedad internacional hacia los mercados y gobiernos europeos. ¿Vendrá ahora la revolución definitiva, capaz de derrocar hasta a los antiguos ministros de ex-presidente Ben Ali? ¿Hacía donde lleva la vía elegida por los tunecinos? ¿Qué repercusión tendrá en el mundo árabe? Las respuestas se darán en su momento.

sábado, 15 de enero de 2011

La revolución de los jazmines o la salida in extremis del presidente de Túnez Ben Ali

El día de hoy sin duda pasará a la historia de Túnez y del Maghreb. El presidente Ben Ali, en el poder desde 1989 ha dejado oficialmente la presidencia tunecina. Lo que se quiere denominar la "revolución de los jazmines" puede en ese sentido sentar un precedente de décadas para el mundo árabe.

El 17 de diciembre un incidente considerado menor se produce en Siad Bouzid que no dejaría a casi nadie indiferente. La autoinmolación del comerciante Mouhamad Bouazizi en plena luz del día simboliza en un instante el sentimiento de gran parte de la sociedad frente a un régimen vitalicio del presidente Ben Ali. El grave problema económico, la represión policial, la clandestinidad o exilio de parte de la oposición poiítica, ya eran imposibles de frenar ante la agudización de las condiciones económicas de los pequeños hogares. La foto del tunecino autoincendiandose con gasolina pasó ese día en la prensa internacional.

El paso del año en Tunez se vió marcado por un alto porcentaje de la población en manifestaciones, que lejos de desinflarse, crecían en números, tanto en la capital Túnez, como en el interior del país. El 24 de diciembre un jovén en Menzel Bouzaiane. El sindicato principal del país, l´Union Générale Tunesiene du Travail (UGTT) se solidariza con el "movimiento de Sidi Bouzid".

El 29 de diciembre el presidente Ben Ali hace un cambio de gabinete con la esperanza de dar satisfacción a los manifestantes, que considera minoritarios en la sociedad, según sus declaraciones hechas en la televisión pública. Hasta el 3 de enero las movilizaciones en todo el país se perpetúan, al paso que la presidencia quiere dar la impresión de normalidad hacía el exterior. El 8 de enero se repite el escenario de autoinmolación en Sidi Bouzid. La deseperación es incontenible, mientras que las fuerzas de orden público hace lo imposible para detener la pérdida de autoridad. Los estudiantes de la Universidad de El Manar, en Túnez se manifestan y son reprimidos por las fuerzas del orden. Los suicidios se hacen patentes en todo el país, y dan idea de un clima político cada vez más hostil en el país.

El 12 de enero el ministro de interior Rafik Belhaj Kacem abandona el gobierno bajo la presión de la calle. El 13 de enero el presidente Zine el-Abidine Ben Ali renuncia a otra candidatura presidencial. Todo esto sin embargo no son más que espadazos al agua, pues nada parece calmar a la sociedad entera, que con sus diversas quejas y dificultades, encuentran un odio común al gobierno de Ben Ali, en un momento de absoluta debilidad.

El 13 de enero el lider del partido comunista Hammam Hammadi es detenido en su residencia sin aparente causa pendiente. Una manifestación que es disuelta con gas lacrimógeno provoca un muerto, que tratándose de un ciudadano tunecino-francés, muesta por primera vez la opinión del Quay D´Orsay (Ministerio Francés de Relaciones Internacionales). El presidente francés Nicolas Sarkozy se pronuncia ante el tema, dando apoyo a las fuerzas "democráticas", para que vuelva la calma en el país. El no-involucramiento, que normalmente es natural en toda relación de Francia con sus antiguas colonias, es ante todo un método de darle tiempo al presidente Ben Ali.

El 14 de enero a las 17h Ben Ali decreta el estado de emergencia. Dos horas después decide abandonar el poder y irse del país, dejando en manos de su primer minitro Mohamed Ghannouchi la presidencia interimaria y se va en un avión comercial tunecino para su exilio. Al no recibir el permiso de Italia en su escala en Cerdeña (Sardinia) tampoco obtiene asilo político en Francia. Finalmente se dirige a Arabia Saodita, donde es recibido por la casa real.El poder ha pasado a manos de un primer minsitro, quien no pasa un día antes de ser depuesto por la corte constitucional, que proclama al presidente del parlamento Fouad Mebazaâ como presidente interino hasta nuevas elecciones.

Una era de 23 años ha tomado un fin. La sociedad antiguamente reprimida por el poder de Ben Ali esta volviendo al país. Túnez ha demostrado como pocos pueblos árabes, son capaces de derrocar unas dictaduras impuestas desde fuera. El régimen que se mantuvo desde la declaración de senilidad de Habib Bourguiba en 1987. El status quo en el Maghreb acaba de cambiar. Independientemente que salga de las elecciones, o de la posible asamblea constituyente que pueda formarse en algún momento, el pequeño país ha demostrado que otros pueblos pueden también deponer a sus gobernantes de forma pacífica. Esto se aplica a Egipto con el presidente vitalicio de Hosni Mubarak, o incluso en Marruecos. En Argelia se han registrado incidentes por la falta de recursos en parte de la sociedad. Al parecer el momento de hacer un cambio ha llegado al pueblo tunecino, quien ha pasado hoy su primer día de la era pos-ben ali. Las canicillerías del mundo han mandado mensajes en apoyo al pueblo tunecino.

Cuando esta despierto el pueblo, hay quienes le temen. En este caso le temen varios régimenes, pro-occidentales y sus aliados en occidente,y que podrían perder su sitio en cualquier día. Si afectara el Marruecos, hasta podría desblquear la situación del Sáhara Occidental ocupado. Para Palestina es un signo de esperanza. El efecto sorpresa de la "revolución de los jasmines" esta en pleno curso. Habrá que ver pasar en los días a venir desarrollos

Solo el pueblo puede salvar al pueblo
Viva el pueblo tunecino
Abajo con la opresión

Hasta la victoria siempre
Venceremos