sábado, 15 de enero de 2011

La revolución de los jazmines o la salida in extremis del presidente de Túnez Ben Ali

El día de hoy sin duda pasará a la historia de Túnez y del Maghreb. El presidente Ben Ali, en el poder desde 1989 ha dejado oficialmente la presidencia tunecina. Lo que se quiere denominar la "revolución de los jazmines" puede en ese sentido sentar un precedente de décadas para el mundo árabe.

El 17 de diciembre un incidente considerado menor se produce en Siad Bouzid que no dejaría a casi nadie indiferente. La autoinmolación del comerciante Mouhamad Bouazizi en plena luz del día simboliza en un instante el sentimiento de gran parte de la sociedad frente a un régimen vitalicio del presidente Ben Ali. El grave problema económico, la represión policial, la clandestinidad o exilio de parte de la oposición poiítica, ya eran imposibles de frenar ante la agudización de las condiciones económicas de los pequeños hogares. La foto del tunecino autoincendiandose con gasolina pasó ese día en la prensa internacional.

El paso del año en Tunez se vió marcado por un alto porcentaje de la población en manifestaciones, que lejos de desinflarse, crecían en números, tanto en la capital Túnez, como en el interior del país. El 24 de diciembre un jovén en Menzel Bouzaiane. El sindicato principal del país, l´Union Générale Tunesiene du Travail (UGTT) se solidariza con el "movimiento de Sidi Bouzid".

El 29 de diciembre el presidente Ben Ali hace un cambio de gabinete con la esperanza de dar satisfacción a los manifestantes, que considera minoritarios en la sociedad, según sus declaraciones hechas en la televisión pública. Hasta el 3 de enero las movilizaciones en todo el país se perpetúan, al paso que la presidencia quiere dar la impresión de normalidad hacía el exterior. El 8 de enero se repite el escenario de autoinmolación en Sidi Bouzid. La deseperación es incontenible, mientras que las fuerzas de orden público hace lo imposible para detener la pérdida de autoridad. Los estudiantes de la Universidad de El Manar, en Túnez se manifestan y son reprimidos por las fuerzas del orden. Los suicidios se hacen patentes en todo el país, y dan idea de un clima político cada vez más hostil en el país.

El 12 de enero el ministro de interior Rafik Belhaj Kacem abandona el gobierno bajo la presión de la calle. El 13 de enero el presidente Zine el-Abidine Ben Ali renuncia a otra candidatura presidencial. Todo esto sin embargo no son más que espadazos al agua, pues nada parece calmar a la sociedad entera, que con sus diversas quejas y dificultades, encuentran un odio común al gobierno de Ben Ali, en un momento de absoluta debilidad.

El 13 de enero el lider del partido comunista Hammam Hammadi es detenido en su residencia sin aparente causa pendiente. Una manifestación que es disuelta con gas lacrimógeno provoca un muerto, que tratándose de un ciudadano tunecino-francés, muesta por primera vez la opinión del Quay D´Orsay (Ministerio Francés de Relaciones Internacionales). El presidente francés Nicolas Sarkozy se pronuncia ante el tema, dando apoyo a las fuerzas "democráticas", para que vuelva la calma en el país. El no-involucramiento, que normalmente es natural en toda relación de Francia con sus antiguas colonias, es ante todo un método de darle tiempo al presidente Ben Ali.

El 14 de enero a las 17h Ben Ali decreta el estado de emergencia. Dos horas después decide abandonar el poder y irse del país, dejando en manos de su primer minitro Mohamed Ghannouchi la presidencia interimaria y se va en un avión comercial tunecino para su exilio. Al no recibir el permiso de Italia en su escala en Cerdeña (Sardinia) tampoco obtiene asilo político en Francia. Finalmente se dirige a Arabia Saodita, donde es recibido por la casa real.El poder ha pasado a manos de un primer minsitro, quien no pasa un día antes de ser depuesto por la corte constitucional, que proclama al presidente del parlamento Fouad Mebazaâ como presidente interino hasta nuevas elecciones.

Una era de 23 años ha tomado un fin. La sociedad antiguamente reprimida por el poder de Ben Ali esta volviendo al país. Túnez ha demostrado como pocos pueblos árabes, son capaces de derrocar unas dictaduras impuestas desde fuera. El régimen que se mantuvo desde la declaración de senilidad de Habib Bourguiba en 1987. El status quo en el Maghreb acaba de cambiar. Independientemente que salga de las elecciones, o de la posible asamblea constituyente que pueda formarse en algún momento, el pequeño país ha demostrado que otros pueblos pueden también deponer a sus gobernantes de forma pacífica. Esto se aplica a Egipto con el presidente vitalicio de Hosni Mubarak, o incluso en Marruecos. En Argelia se han registrado incidentes por la falta de recursos en parte de la sociedad. Al parecer el momento de hacer un cambio ha llegado al pueblo tunecino, quien ha pasado hoy su primer día de la era pos-ben ali. Las canicillerías del mundo han mandado mensajes en apoyo al pueblo tunecino.

Cuando esta despierto el pueblo, hay quienes le temen. En este caso le temen varios régimenes, pro-occidentales y sus aliados en occidente,y que podrían perder su sitio en cualquier día. Si afectara el Marruecos, hasta podría desblquear la situación del Sáhara Occidental ocupado. Para Palestina es un signo de esperanza. El efecto sorpresa de la "revolución de los jasmines" esta en pleno curso. Habrá que ver pasar en los días a venir desarrollos

Solo el pueblo puede salvar al pueblo
Viva el pueblo tunecino
Abajo con la opresión

Hasta la victoria siempre
Venceremos

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