viernes, 31 de diciembre de 2010

La toma de posesión de Dilma Roussef en Brasil o la izquierda latinoamericana ante el año 2011

El año 2011 viene en primer línea con una cambio de la presidencia de Brasil. La presidenta electa Dilma Roussef tomará posesión de su mandato el 1 enero de 2011 en la capital Brasilia. La reunión de los presidentes de América Latina estarán previsiblemente presentes para este evento que culmina los dos mandatos de Lula da Silva desde 2003.

Sin embargo no todos los frentes de América Latina están tan tranquilos. Si vemos atrás, recordemos el golpe de estado fallido en Ecuador, que puso una vez mas en entredicho la nueva línea política de Washington. La secretaria de estado, Hillary Clinton, quien estará presente para la toma de posesion Dilma Roussef. Las relaciones diplomáticas entre EE.UU.y Venezuela, rotas desde 2009 no parecen volver a la normalisación, después de que le candidato ee.uu. Larry Palmer, antiguo embajador en Honduras, no haya sido aprobado por la comisión de relaciones exteiores del senado venezolano. Esta negativa a llevado a que el embajador interino de Venezuela en Washington haya visto su visado cancelado sin previo aviso, mientras se encontraba en Venezuela.

También parece interesante mencionar como desde un mes, tres países, Brasil, Ecuador y Bolivia han tomado la decisión unilateral de reconocer el estado palestino en sus fronteras de 1967. Esta iniciativa incluso ha llevado que Mahmoud Abbas este presente en Brasilia este 1 de enero de 2011, para ratificar la alianza que esta creándose entre Palestina y América Latina. La protesta por parte de la cancillería israelí no ha servido de mucho, sobre todo mientras que la creación del estado palestino, prometida por la administración de Obama para el año 2011, parece que solo quedaría en palabaras al aire, pues no solo Israél ha vuelto a la construcción de asentamientos ilegales en territorios palestinos invadidos, sino que también se ha registrado una escalación de la violencia en frontera con la Franja de Gaza. En la medida que la presión venga de países que normalmente no están incluídos en la troica para el medio oriente(EE.UU., Unión Europea, Rusia, Gran Bretaña) promueve a su vez una flexibilisación en la resolución de este conflicto viejo de cinco décadas.

En Cancún se celebró entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre una conferencia sobre le cambio climático. Con la sombra del fracaso de Copenhagen de 2009, la expectativa era grande. Quizás más grande que los resultados poco convincentes que no difirieron de las declaraciones generales, a las que se acostumbra informar a la opinión pública. La creación de fondos para desarrollar una economía más ecológica, la reducción de la emisión de gases, etc. EL dilema sigue integro: Países desarrollados reducen sus emisiones, lo cual no significa que dejen de emitir una importante parte, desde décadas. Los países que están en vía de desarrollo no se les permite emitir más de una cierta cuota, lo cual a su vez les limita en sus posibilidades de desarrollarse, en la medida que no haya suficientes posibilidades de energía "verde", para sustituir la energía fóssil, aún imprescindible para ambos. En definitiva, nadie quiere hacer una concessión real, en la medida que el otro no la haga antes. En este marco se terminó la conferencia de Cancún.

En términos económicos, América Latina cerró en número positivos, mientras que EE.UU. como Europa siguen luchando contra la crisis económica. Los males que padece el viejo continente no parecen afectar la economía brasileña, ni la argentina, ni la mexicana en términos globales. Pues en todo caso ha habido crecimiento por encima de 2%. Si bien es cierto que una cierta desigualdad sigue imperando en todos los países, la conyunctura favorece actualmente los países considerados del tercer mundo. Mientras que la moneda común europea esta en crisis perpetua. El nuevo imán económico asiático se convirtió en alternativa para las exportaciones, y en la medida que la diversificación económica continúa, los equilibrios hasta ahora conocidos están cambiando radicalmente.

El año 2011 comienza en fiesta con la toma de posesión de Dilma en la cabeza de la potencia económica suramericana, lo cual sin duda fortalecerá la izquierda latinoamericana en general. También es un año más de la revolución cubana, que cumple 52 años. Ojalá que sea un buen año para los pueblos latinoamericanos, tal como lo es para el brasileño por lo pronto.

Hasta la victoria siempre
Venceremos.

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