jueves, 4 de julio de 2013

El cerco aéreo a Evo Morales de regreso de Moscú a La Paz o las consecuencias del caso Snowden para América Latina

La sorpresa  e indignación general es un tanto compartida en casi todo el continente, al saberse que el presidente de Bolivia se encontraba el día 3 de julio en tránsito en el aeropuerto de Viena, Austria, donde su avión presidencial se vio forzado a aterrizar de emergencia, como consecuencia de que Francia, Portugal, Italia y España le denegaron la autorización de sobrevolar y/o aterrizar en su espacio aéreo. Encontrándose en espacio aéreo alemán, el viaje del mandatario andino tuvo que ser desviado a la capital austriaca, donde permaneció nada menos que 13 horas.

En efecto el vuelo de Morales contaba con las autorizaciones previas para un vuelo que hubiera hecho escala técnica en Lisboa, Portugal, antes de continuar hacia Brasil para llegar a la capital boliviana de La Paz. Sorpresivamente en pleno trayecto las autoridades francesas revocaron dicha autorización, acto que fue seguido por las autoridades lusas de inmediato. Enseguida Italia y Portugal se sumaron a las revocaciones de sus respectivos espacios aéreos. Mientras que la delegación boliviana se encontraba en el recinto del aeropuerto austriaco se presentó a Morales el embajador español acreditado a Viena, comunicándole en primer lugar la noticia de no tener la autorización necesaria para sobrevolar España, y enseguida le invitó a que le ofreciera “una taza de café” a bordo de la aeronave presidencial, con el evidente fin de poder inspeccionarla. Morales se indignó y rehusó tal proposición inmediatamente alegando que como presidente de una nación soberana, y en virtud de la ley internacional, ese espacio goza de inmunidad diplomática. Existe la duda si en efecto las autoridades austriacas fueron a inspeccionarlo, cosa que la presidencia boliviana desmiente formalmente, pero que  fue difundido en el transcurso del día.

Enseguida viene la pregunta del porqué de todo ese circo, es nada más y nada menos consecuencia de la crisis internacional que está y sigue provocando el esperpéntico caso de Edward  Snowden. En efecto el estadounidense formuló en los días pasados sendos pedidos de asilo, en total 21, a diferentes países, europeos, latinoamericanos entre otros.  En su gran mayoría recibió una respuesta negativa, exceptuando con Bolivia y Venezuela, que se pronunciaron por un trato favorable de un hipotético caso de pedido de asilo por parte de Snowden a su nación. No obstante la complicación intrínseca del limbo jurídico donde ahora mismo se encuentra el interesado, no ha permitido que estos pedidos se hagan efectivos en el suelo  soberano de ninguna nación al estar en zona internacional, excepto tal vez Rusia, la cual le había puesto condiciones a la admisión de Snowden a suelo ruso, siendo el cese de sus actividades contra los EE.UU. Estos términos hicieron retroceder a Snowden en su propósito de inmediato. Luego vino la sospecha por parte de muchos periodistas, que avanzaban que Snowden se embarcaría con algún mandatario de paso en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú, en donde actualmente se halla. De hecho aún permanece, a prueba de lo contrario, puesto que ni Nicolas Maduro ni Evo Morales se llevaron a esta persona a bordo de sus aeronaves.

Sin embargo esté era el día de ayer el gran temor que circulaba con gran certeza en diferentes países europeos, que de forma preventiva, consideraron necesario denegarle el acceso a Morales a su espacio aéreo, por si acaso llevara a bordo al joven informático fugitivo. Es también por ello que el embajador español ante Austria, Alberto Carnero le insinuara al líder andino de ver el interior de la aeronave. Tan sólo cuando la certeza de su ausencia en la delegación boliviana se confirmó por parte de las autoridades austriacas, tanto Francia, como España dieron marcha atrás, y autorizaron, 13 horas después el paso en tránsito del avión presidencial boliviano. Finalmente la llegada de Evo a La Paz recién el día de hoy, dio fe de un apoyo grande por parte de sus  simpatizantes que fueron al aeropuerto de El Alto. Rapidamente  procedió a condenar lo que el calificó de un “secuestro” y un acto contrario a las leyes internacionales de aviación, agregando que se puso en peligro una parte del gabinete boliviano y al presidente mismo con estos actos arbitrarios.   

En las cancillerías internacionales esto tuvo un gran impacto, el gobierno boliviano en nombre de vicepresidente Lineras y del ministro de asuntos exteriores, David Choquehuanca activaron a sus representantes en Europa con cartas de protesta y pidiendo una explicación por el comportamiento por parte de dichas autoridades. El presidente de gobierno de España Mariano Rajoy no tardó en tildar el debate surgido a raíz de esta negativa como “artificial”, por lo tanto no dejándose molestar en absoluto ante la ola de protesta internacional. La mayoría de los líderes latinoamericanos se pusieron de acuerdo en proponer una reunión de emergencia en la ciudad de Cochabamba en el marco del UNASUR, para discutir futuras medidas en el bloque regional. Por ahora la cancillería en La Paz está estudiando  llamar a consulta a los embajadores en los respectivos países europeos involucrados, y de dirigirse a instancias de arbitraje internacional, donde presentar demandas contra ésta flagrante violación de sus derechos como mandatario de un país soberano.

La cancillería  francesa presentó recientemente un comunicado de prensa, donde lamentaba los incidentes causados por el retraso, y alegando que en ningún momento se le retuvo en sus movimientos. También la cancillería española emitió un comunicado similar, donde se deslinda de toda responsabilidad, alegando que en efecto se le proporcionó a Morales la autorización de pasar por su aire, una vez que se tenía constancia de ello. Por ello todo indica que la misma hipótesis de que Snowden se encontrara a bordo fue razón suficiente para pasarse de alto la inmunidad de un avión presidencial en pleno vuelo. Los EE.UU. se han contentado con hacer saber a la opinión pública, que en los días pasados han estado en comunicación con varios países europeos, en lo que concierne el posible traslado del ciudadano Snowden, con la intención de cerrarle paso por donde sea posible, un propósito que lejos de ser minimizado u omitido, es enfatizado con vehemencia. Los europeos involucrados no obstante han insistido en su actuar propio y soberano independiente de toda voluntad política externa, osea los EE.UU.

Esta es la segunda vez que se presume que Edward Snowden está en tránsito a un país tercero, desde que llegó al aeropuerto de Sheremetyevo de Moscú. Primero se trató del vuelo con destino a La Habana, Cuba, donde presuntamente había reservado un asiento, que finalmente quedó vacío. Ahora ante la posibilidad de que se incorporara a alguna delegación presidencial, las medidas más que improvisadas, fueron cercanas a  la ilegalidad y la desesperación evidente.

Este acto tan solo demuestra el destino que le espera a Snowden en el momento oportuno que decida de irse de Sheremetyevo, y los riesgos inminentes en cada país de tránsito, y también como éste caso está llevando los EE.UU. a presionar como nunca antes a sus socios europeos, los cuales tendrán que dar alguna explicación, o quedar en evidencia ante la comunidad internacional y en particular con los países latinoamericanos, los cuales ahora unidos por el mismo incidente, podrían inclusivo acelerar la salida del estadounidense ahora apátrida de su limbo jurídico hacía un exilio suramericano. 

En todo caso estas gestas de tipo guerra fría nos dan a entender, que cuando de la seguridad de los EE.UU. se trata, o de un fugitivo a la justicia de estos, nada es imposible para la administración Obama, la cual últimamente se está dejando ver, más que como una administración progresista, como la más arbitraria y unilateral en el plano internacional, peor incluso que su mismo predecesor Georg W. Bush. 

Más encima de todo, este acto demuestra el profundo colonialismo inherente de la vieja Europa, quien desde su podestal trata con desprecio desde migrantes hasta presidentes por igual. Demuestra a su vez la ligeresa con la cual se deslindas ex post de sus actos, tratando con una condecendencia sin igual a un jefe de estado, en la desesperada caza de Edward Snowden, pasando en alto tratados y convenciones internacionales, sin siquiera pestañar. Este tropezón podrá costarle caro a más de un actor de esta ya extendido novela policiaca que no deja de sorprender. 

1 comentario:

David dijo...

No debe ser algo común que un presidente no tenga la posibilidad de arribar a otro país. Creo que mas alla de si llega en un vuelo privado, u obtuvo promociones en pasajes, el presidente debe ser recibido con todos los beneficios de su función en cualquier país del mundo