La gran espera parece tener un fin, el ex colaborador de la
NSA Edward Snowden formalizó su demanda de asilo a la Federación Rusa desde la
zona internacional del aeropuerto Sheremetyevo de Moscú. En la conferencia de
prensa ofrecida desde la terminal además formalizó su demanda a Bolivia,
Nicaragua y Venezuela.
Snowden había pedido en un primer tiempo asilo ante Rusia,
pero este fue descartado luego de que Putin formalizara varias exigencias, que
condicionarían su otorgamiento, la
primera el cese de toda actividad contraria a los intereses de los EE.UU. El ex
agente declinó la oferta al considerar otras alternativas en proceso con otros
países. Con el paso de los días su baraja de opciones se redujo a tan sólo cinco, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Rusia y Venezuela. Por lo visto el precedente del caso
del “secuestro aéreo”, del cual fue víctima el presidente boliviano Evo Morales
y las presiones ejercida por parte de
Joe Biden, vicepresidente de EE.UU. a Rafael Correa, si este aceptase a esta
persona en su territorio, lo hicieron reflexionar sobre sus posibilidades
reales. Sin duda todas las opciones de Snowden comportan un grado de incertidumbre,
y de incerteza sobre su seguridad. En el caso de viajar en un avión, aún fuera
éste oficial, incluso bajo toda la inmunidad de un estado soberano, no estaría
nunca exento de sorpresas en cada espacio aéreo transitado por el avión.
A la luz de múltiples inconvenientes, incluso elementos
extralegales de coerción vistos por parte del ejecutivo de Barack Obama, quien
ha estado desplegando toda su influencia y poder disponible en ponerle piedras
en el camino a este ciudadano de origen estadounidense. El despliegue sin pudor
de las intenciones del gobierno ee.uu., probablemente hicieron reconsiderar al joven
informático todo traslado aéreo internacional. En efecto podría estabilizarse
en Rusia, hasta nuevo orden, siendo que sus objetivos eran alcanzar América
Latina de algún modo.
La incertidumbre de semanas estaría cerca de aclararse, en
el caso de que el gobierno ruso le otorgue este asilo. Putin en su posición sabe
bien que juega con fuego, pues las relaciones con EE.UU. no sólo son
estratégicas, pese a todo malentendido existente entre ambas naciones en diversos
temas internacionales y geoestratégicos. En cualquier caso no quiere ver en su
territorio desarrollarse una política anti-estadounidense, que podría poner en
entredicho la diplomacia de alto nivel entre Moscú y Washington D.C. Snowden
tendrá que poner en pausa toda iniciativa de nuevos cables. Snowden defendió su
patriotismo, al querer ayudar a su país, y en ningún caso ir en su contra.
Siendo que su labor la considera en consecuencia un acto heroico, además que
goza de apoyo en la opinión pública de su país. El Edward Snowden que llegue a
suelo ruso- en el caso que le sea otorgado el asilo- , tendrá que ser mucho más
discreto y en cierto abstenerse de desarrollar más golpes mediáticos con sus
revelaciones, que hacen eco mundial, y enfurecen a tantos otros conciudadanos
suyos, desde el mismo gobierno de Barack Obama.
No obstante la ola de
hallazgos a raíz de estas revelaciones ha desencadenado verdaderos huracanes en
varios países. En Alemania puso en velo de juicio al gobierno de Angela Merkel y
su permisividad, al estar el país entre los más observados por la NSA por
importancia. En Francia desveló que incluso el gobierno francés practica la
vigilancia hasta grados insospechados en el pasado. En los EE.UU. mismos desencadenó una ola de
consciencia, donde los ciudadanos ven el grado de intromisión en sus vidas, y a
la vez un sentimiento de solidaridad importante hacia Snowden en amplios
sectores de la sociedad. El primer ministro luxemburgués Jean Claude Juncker
incluso presentó su dimisión, tras un escándalo relacionado con espionaje en el
Gran Ducado, después de permanecer 18 años en el puesto. En Inglaterra se están
desvelando ingentes cantidades de casos de espionaje en las comunicaciones
entre servicios secretos británicos y
Microsoft.
Por un lado los EE.UU. lograron su propósito de impedir la
llegada de su compatriota, ahora
apátrida, hacia América Latina, pese a
todas las medidas extralegales que fueron aplicadas a todos sus socios y
aliados, y a cualquier nación que posiblemente se propusiera darle asilo
político. En efecto lograron disuadir de algún modo todos los posibles países
proclives a darle este mismo. Por defecto queda Rusia, país en el cual se
encuentra de facto, pero en ningún
caso de iure. En el mejor de los
casos el llegar a transitar a suelo ruso abrirá un abanico de posibilidades al
prófugo de la ley estadounidense, quien desde la zona internacional, en donde
lleva pronto tres semanas, poco o nada puede hacer para estabilizar su precaria
situación jurídica.
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