viernes, 14 de marzo de 2008

El poder político mexicano en crisis

La crisis se agudiza, al mismo tiempo que queda más claro que el agua, la intencionalidad del gobierno pelele de callar la disidencia. Puesto que en la Junta de Coordinación Política (JCP), encargada de investigar el pasado del actual secretario de gobernación, Muriño. El mismo quien según consta su curriculum, fue colaborador del antiguo Secretario de Energías, y actual "Presidente", Felipe Calderón. En aquel entonces ya tenía importantes negocios en la paraestatal. Y ni hablar de ahora. Parece que los del PAN están algo desesperados, pues su plan maestro se está retrasando. Quizas no contaba con que hubiese tanta resistencia civil. Pues se equivocaron,al creer que esta política de hechos consumados pueda convencer a la población.

Ahora el Frente Amplio Progresísta ha sido expulsado de la Junta, en una alianza oportunista y premeditada, la cual instó a Gonzalez Garza a abiertamente retirarse de ella. Las vía legales se están eliminando de a poco en la lucha por la defensa del petróleo. Y a ese paso habrá que recurrir a métodos más efectivos, como la paralización de la misma paraestatal, como de cualquier otro lugar estratégico a la economía mexicana.

Es inaceptable el abismo que existe actualmente entre los gobernados y los gobernantes. Si además el sistema político es tan hermético a cualquier renovación o innovación, difícilmente se podrá perdurar en el, al menos que se le sanee desde dentro. En todo caso las prioridades están puestas, y lo que falta ahora hacer es defender lo que es nuestro, y evitar de cualquier forma, que el PAN logre anular un logró que nos ha caracterizado desde 70 años. La nacionalización del petróleo mexicano.

Habrá que ver si una vez más la oferta de hacer un debate entre Muriño y López Obrador, es rechazada por el primero. Parece ser que todo diálogo es inútil aquí. M´s que diálogo, lo que aquí se produce es una imposición. Y todo ciudadano o conjunto político que no lo acate, será aislado por razones evidentes, que perjudica los intereses de los que han sabido sentarse en un trono de forma ilegitima y abiertamente usurpadora.

Hay que echar abajo al mal gobierno, que si bien está bien asentado, su pilares pueden derrumbarse por la presión de la calle. Aprendamos de nuestros compañeros bolivianos, de como derrumbar un poder político con machetes y palos. Si hablamos de principios, el primer y más importante siempre será que la dignidad y la igualdad prevalece ante todo. Y que mejor que en México, donde la lucha se perpetua, y si bien no ha terminado, las circunstancias harán resurgir al revolucionario de todos nosotros, el día que todos hayan pérdido la fé que con un sistema político como es el de México, lo único que se logra es sustentar una oligarquía basado en principios revolucionarios desnaturalizados por una dictadura de 70 años de un único partido, especialista en neutralizar y centralizar el poder a costa de los sectores sociales.
Cuando se cierren todos los demás caminos no quedará más opción que tomar la calle, y demostrarles a los del PAN y PRI, que los cambios se producen desde abajo, y cuando llega u momento histórico de cambio, ni el más recalcitrante conservadurismo puede perdurar.

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