lunes, 22 de noviembre de 2010

Sobre la responsabilidad de España en el conflicto del Sáhara o la laxitud de Zapatero frente a Marruecos

La sombra del violento desalojo de Gdeim Izik ha perseguido la política española toda esta semana. Tanto de parte del vicepresidente de gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, como por parte de la ministra de relaciones exteriores, Trinidad Jímenez.

El pasado 16 de noviembre se reunieron en Madrid Rubalcaba y el ministro de interior marroquí Taieb Cherkau para hablar de diferentes temas bilaterales entre ambos reinos. En este encuentro el ministro marroquí expuso la tésis de su gobierno acerca de lo ocurrido en Gdeim Izik en las afueras de El Aaiún. Desde la óptica de Rabat, se trataba de neutralizar unas "milicias armadas", que estaban manteniendo por la fuerza a la población local,y que siendo equiparables en calidad de terroristas con cualquier fuerza armada afiliada a Al Qaeda. Las fuerzas del orden, según el ministro marroquí, no iban armadas, y en todo momento se respectó el estado de derecho marroquí. Insistió ante todo en que estas manifestaciones eran todo menos "marroquìes". También dijo que la prensa española distoricionaba las versiones de forma a desacreditar a Marruecos.

El vicepresidente y ministro de interior, a su vez declaró que escuchó dicho argumentos, que refutaban ciertas tésis sostenidas por asociaciones pro-saharauis. Tan solo se remitió a pedir la investigaciones debidas de ciudadanos españoles afectados, tratándose de un saharaui-español,Baby Hamday Buyema, quien es una de las víctimas mortales de este enfrentamiento. En todo caso reafirmó la importancia de las relaciones España-Marruecos, especialmente en los casos de la seguridad internacional, el terrorismo, la inmigración ilegal, como los lazos estratégicos de cooperación que unen ambas monarquías riberanas del estrecho de Gibraltar.

Luego esta también la ministra de exteriores, Tinidad Jiménez, quien ha manifestado repetidas veces, su no-condena de los hechos, ante la falta de información pertinente. Su postura global siendo que, España desde el acuerdo de Madrid, no es más responsable de su ex-colonia, al haber cedido estos derechos a los dos otros países participes del acuerdo, Mauritania y Marruecos. Si bien no es un documento de plena vigencia jurídica, al no contener una clausula que transfiera la soberanía a ningún otro estado, si es suficientemente válido, en la opinión del ministerio de exteriores español, para considerarse un interlocutor en el conflicto, y no un actor directamente implicado.

En síntesis, el gobierno de España toma una postura negacionista de la historia, al no verse minimamente responsable de la situación real en el Sáhara ocupado. Días después, salió a la luz, como Marruecos denegaba casi sistemáticamente el acceso a periodístas a El Aauín, también como el retiro de la acreditaciones de periodista a varios corresponsales españoles en Marruecos. Negándoles la posibilidad incluso de bajarse del avión en el aeropuerto de El Aauín, parece que el régimen quiere aislar dicha "provincia" rebelde del mundo exterior. Inclusive Rubalaba negoció con Rabat la acreditación exclusivamente a dos corresponsales, elegidos por Marruecos. Acto seguido, hasta estos dos periodistas de El País y del ABC, se vieron retiradas sus acreditaciones al querer acceder a El Aaiún.

Al mismo tiempo que se estaba produciendo por enésima vez una rueda de negociación en suelo estadounidense, en el vano intento de llevar a buen puerto la celebración del tan esperado referendum de autodeterminación del pueblo saharaui. Este referendum que se supone definirá definitivamente el destino del úlitmo pueblo por descolonizar en el continente africano, sigue en proceso desde el alto del fuego de 1991. Sin duda alguna, mucho ha pasado en estos años. La llegada de colonos marroquíes, la remodelación urbanística del país ocupado, la marginalización de los sectores de la población con origen saharaui etc. Incluso en el mismo Frente Polisario, quien ha visto a muchos de sus colaboradores más fieles pasar a las filas marroquíés, siendo el caso más claro el de Ahmed Ould Souilem, antiguo diplomático al servicio de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), quien abandonó este campo para pasar al servicio del rey de Marruecos. El gobierno marroquí, al investigar su experiencia diplomática al servicio de la RASD, lo nombró embajador ante España, cargo que no ha asumido por problemas protocolares con Madrid. Como este caso, muchos saharauis, viviendo en los campamentos, han desertado para servir a la monarquía, por razones tan personales, como la pérdida de la fe en la solución al conflicto, o por obtener beneficios materiales a cambio de la colaboración con la fuerza ocupante.

Si se mira la problemática desde un punto de vista puramente formal, el status quo es el siguiente: Desde 1975-76 la antigua provincia española de Río de Oro, pasó directamente de ser colonia, a ser territorio ocupado por dos naciones vecinas, Mauritania y Marruecos. La guerra llevada por el Polisario, constituido desde el exilio argelino, llevo una guerra contra ambos países, obteniendo de ese modo la derrota de Mauritania, quien se retiró del sur del país, y en consecuencia reconoció la RASD oficialmente. De ahí que Marruecos en su guerra de progresión gradual, a base de construir murallas defensivas, se apoderó a su vez del sur del Sáhara. Cuando en el 1991 se declara el cese el fuego, a la RASD le corresponden unos territorios liberados, que son en realidad una estrecha parte al interior del desierto y además plagado de minas antipersonales. Desde entonces han parado los enfrentammientos, y el régimen alauíta se ha encargado de perpetuarse en el Sáhara ocupado, en vistas a que el día que efectivamente se celebre el referendum, la opinión sea lo más favorable posible a la autonomía dentro del reino de Marruecos.

El gobierno saharaui por su parte en el exilio, sigue apostando por la celebración de dicho referendum, por no volver a tomar las armas, que callaron desde 1991 hasta hoy. Su estategia de resistir sin agreder las leyes internacionales ni reabrir el frente armado le ha valido de una cierta credibilidad de sus propósitos, aunque a su vez a posibilitado la pervivencia del status quo. Recientemente en las filas del Frente Polisario se ha visto como desde la masacre de Gdeim Izik, la opinión saharaui se decanta cada vez más por volver al enfrentamiento armado, visiblemente por la provocación de lo que se considera mayor violación de los acuerdos de cese el fuego desde 1991.

La fijación de dicha situación se debe en gran parte por el poder que le otorga al rey de Marruecos el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Su poder de veto en el seno del consejo de seguridad, le otorga la seguridad de no intervención internacional en el caso. Toda la situación depende de este veto, institución clave de las Naciones Unidas desde su fundación en 1945. Su capacidad de anular toda resolución contraria a algún potencia de veto, es la responsable de la estancación del "problema saharaui".
De ahí que el gobierno español, que no goza de tales poderes, si puede en cambio proporcionarle armas y tecnología militar, como también legitimidad internacional,al ser la antigua metrópolis del Sáhara occidental.

En la medida en que le gobierno español desconoce la parte saharaui, pero le da mucha credibilidad al gobierno marroquí, esta claro que la calidad de interlocutor "privilegiado" no es más que la perpetuación del status quo. De hecho ni el PSOE ni el gobierno de España gozan de reconocimiento por parte del Frente Polisario. Es de especial importancia lo sucedido respecto a ciertos activistas pro-saharauis entre los artistas españoles, entre los que está Javier Bardem, quien se pronunció de forma crítica frente a la laxitud española. La ministra de cultura enseguida censuró toda postura política por parte de artistas, como por parte de cualquier persona, que "no fuera experto en la materia". Estas declaraciones fueron debidamente rectificadas el día siguiente, pero el precedente está ahí, en cuanto a la censura que hace el gobierno español frente a su propia intelectualidad.


Estando de nuevo en el primer plano internacional y con una mesa de negociación infructuosa, mucho podrá decir el enviado especial del secretario general de las naciones unidas, Christopher Ross, para poner de acuerdo dos partidos tan distanciados en sus propuestas como en sus concesiones. Si la solución fuera diplomática, muchos detalles quedan por resolver para la celebración en toda regla del referendum de autodeterminación. Si el Frente Polisario volviera a las armas, como lo ha dicho su representante ante España, Ahmed Bujari en una rueda de prensa, todo volvería a como estaba antes del cese de fuego, y el Sahara Occidental ganaría o perdería dicha guerra, en nombre de la recuperación del territorio nacional. En ambos casos España habrá sido totalmente ausente de dicho proceso, y su (ir)responsabilidad
internacional en calidad de última fuerza legal como administrativa no se borraría nunca.

Viva la lucha del pueblo saharaui
Abajo con la ocupación marroquí
Abajo con las potencias colaboradoras de la ocupación ilegal del Sáhara Occidental
Viva el Frente Polisario

Hasta la victoria siempre
Venceremos

1 comentario:

pitufo amarillo dijo...

axel, escribe algo sobre wikileaks que está de modaa.
saludos desde granada entre tapas y risas, sonrisas.
força barça.
me paso del verde al amarillo que me gusta mas