lunes, 5 de mayo de 2008

Reflexiones sobre el diálogo político

Los diálogos políticos han estado encarnando muchos procesos políticos actuales. Sea entre el Tibet y China, el Sahara Occidental y Marruecos, Palestina e Israel etc. Las reglas establecidas son buenas en general, cuando suponen que mediante un acuerdo vinculante se cambie una situación perjudicial para un sector de la sociedad contra otro que está sacando provecho de su superioridad. Solo que eso nunca se cumple.

En el caso del Sahara Occidental el diálogo ha servido para mantener un status quo provechoso para Marruecos y sus aliados los cuales lo apoyan incondicionalmente. Se está llevando una ocupación sistemática, seguida de represión de los indepedentístas y expltación de recursos naturales presentes. Parece ser que nadie toma cartas en el asunto por interés propio de tipo económico. Lo mismo pasa también con Palestina ocupada por Israel, pero ahí tampoco se llega a nada en las negociaciones. Cuando una parte pone como condición prealable requisitos imposibles de alcanzar. Es difícilmente posible que un débil presidente palestino pueda garantizar la seguridad de los ciudadanos israelítas, cuando además ellos mismos son víctimas de constantes ataques aéreos en un estado inexistente.

Cuando estas en una posición de debilidad eres el primero en tomar en cuenta los compromisos del diálogo. Al fin y al cabo muchas más opciones no tienes. Es de esa forma como el Dalai Lama renunció a la independencia en el año 1988 viendo que era cada vez menos viable con un ocupante tan poderoso. Yaser Arafat por su lado firmó el acuerdo de Oslo en el año 1991, renunciando en gran medida a su territorio como de su margen de maniobra como presidente en funciones.

El caso del Sahara ha vuelto ultimamente en la asamblea general de las Naciones Unidas, las cuales estaban presididas por el embajador de Sudáfrica, el cual tiene un lineamiento a favor de la resolución del conflicto. Sin embargo el propio enviado del Secretario General, Ban Ki Moon, Peter Van Walsum, fue el que dejó en claro que lo único viable sería una autonomía dentro del reino de Marruecos. Al final no se llegó a más, mientras que el ocupante marroquí sigue presente en territorio sahararui. Después de tantas derrotas dimplomáticas, tiene que llegar el momento en el que el más ferviente militante saharaui comienze a poner en duda la posibilidad de recuperar su territorio arrebatado. Y ese es el problema, o dicho de otra forma la estrategia de desgaste que se lleva a cabo en estos conflictos. Considerando que la unidad de un movimiento es variable y puede llegar a tener disidencia interna, es el método en el cual menor empeño se tiene que meter para lograr un objetivo. Es simplemente dejar pasar el tiempo y obstaculizar donde puedas. Resulta curioso que las pocas cosas que se han logrado con la ONU sea la creación del Estado de Israel. Fuera de eso no se ve más que un estancamiento permanente en todas las cuestiones de importancia mayor.
El que toma las armas estaría poniendo en riesgo toda su causa, y sin embargo sería lo único sensato.

Los dirigentes en exilio del Hamás se han entrevistado con James Carter, el mismo que desde su fundación observó las eleciones del 2006 en Palestina, donde ganó el Hamás peso político. La cúpula política del partido se pronunció en primer instancia al no-reconocimiento de Israel, pero ofreció como salida el hacer un referéndum sobre la voluntad del pueblo palestino acerca de esta cuestión, después de la cual el resultado sería determinante para las futuras relaciones. A la vez pidió una tregua para llegar a un clima propicio para ello. Todo ello fue refutado por Israel de inmediato. La realidad es que Israel es un estado bélico por naturaleza, el cual no puede prescindir de eso poniendo en riesgo su misma razón de exisitencia. Acaso es sensato ponerse a hablar de negociaciones, cuando el otro partido sencillamente no quiere renunciar a la violencia, y pide lo mismo pero del otro. Hay demasiados intereses de por medio, como también un aura que tienen los judíos, a pesar de haber demostrado que mucho han aprendido de los tiempos de la represión contra su misma gente. Soluciones pueden haber muchas, pero hasta que los dos involucrados no se pongan de acuerdo nada habra más que la lenta desaparición del pueblo palestino.

Habrá que comenzar a plantearse si al entrar en un diálogo ya te estas condenando al fracaso asegurado. A la rendición aplazada en el tiempo....O más bien el contrario: tomar las armas y luchar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo creo que los dialogos son siempre buenos, lo que no resultan son las voluntades politicas por siempre defender los intewreses de una sola organizacion o partido o estructura como le quieras llamar.No se focalizan los problemas reales de las distintas comunidades.