La polémica
está en su máximo apogeo entre Italia y Kazajstán a raíz del caso Shalabayeva,
la mujer del disidente y prófugo kazajo Muktar Ablyazov, actualmente en
paradero desconocido. El espectro político italiano se encuentra expuesto en
este insólito caso de difícil resolución.
El 15 de mayo 2013 la policía italiana detiene a Alma Shalabayeva en su
domicilio en Roma, de donde es expulsada del país hacia Kazajstán vía Viena,
Austria. La razón aparente de esta deportación ordenada por el ministro de
interior de Italia Angelino Alfano sería por la demanda explícita del gobierno
de Astana, quien sospechaba la posesión de un pasaporte falsificado por parte
de Alma Shalabayeva. Desde entonces se encontraría junto con su hija Alua en
Almaty, Kazajstán en el domicilio de sus padres, en vías de ser investigada por
el caso de su marido Muktar Ablyazov, quien hasta hace poco se encontraba en calidad
de refugiado en el Reino Unido. No obstante el gobierno de Nursultan Nazarbayev
declaró que no se encuentra en arresto domiciliario, sino que en proceso de
investigación, por lo que no tiene permiso de alejarse de la ciudad.
El
embajador kazajo ante Italia, Andrian Yelemessov por su lado demostró tener conexiones diversas en
todos los niveles de la administración italiana, puesto que parece ser que fue
el mismo que le pidió a Alfano la expulsión del país, a la vez que orquestó la
salida hacia Almaty desde un avión privado contratado en el aeropuerto vienés a
esos efectos. La ministra de relaciones exteriores de Italia, Emma Bonino por
su lado se enteró de este proceder por vías indirectas y demostró su malestar
públicamente, convocando al diplomático kazajo a la sede del ministerio de
exteriores italiano, cuando éste oficialmente se encontraba en Kazajstán
oficialmente en vacaciones. El encargado a.i. kazajo no dio más detalles de lo
ya sabido, por lo que se espera el regreso del titular de la legación en la
brevedad, para que dé más explicaciones al respecto.
El gobierno
italiano de Enrico Letta el 13 de julio revocó la deportación abriendo la
posibilidad de su regreso inminente, puesto que no sólo esta orden salió de la
mano de Angelino Alfano, y no de Emma Bonino, o el mismo presidente del consejo
de ministros, Enrico Letta. La complicación en sí viene del obscuro hecho, de
que Shabalayeva es también portadora de un pasaporte diplomático
centroafricano, el cual era objeto de un estudio sobre su validez o no por
parte de la Interpol. En su momento se presumió que sí era falsificado, aunque
el gobierno de Bangui confirmó su validez en fechas recientes. Alma Shalabayeva
tiene la residencia comunitaria por ostentar un título de residencia lituano,
que es válido hasta finales del año en curso, con el que justificaba su
presencia en Italia. No contaba con estatus de refugiada en Italia, pero parece
ser que de alguna forma, en conjunto con su marido, si lo tenía en el Reino
Unido. A la vez a Ablyazov fue condenado en ese país al congelamiento de sus bienes
y por lo tanto parece haber huído a Francia, por lo que se desconoce su
paradero en la actualidad.
Este cuadro
es el que ahora mismo puso al gobierno de coalición de Enrico Letta en duros
aprietos. Pues es sabido que el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi
fue amigo personal del presidente kazajo Nursultan Nazarbayev, con quien no
sólo compartía intereses económicos. El hecho que exista el rumor de una
reunión secreta entre Berlusconi y Nazarbayev en la isla de Cerdeña, abrió la
especulación de una confabulación desde el Partido del Pueblo de la Libertad
(PDL), de quien Angelino Alfano también es el secretario general. El frágil
equilibrio político que reina desde la dimisión de Mario Monti y la etapa de
ausencia de gobierno por meses, obligaron al Partido Democrático (PD) y al PDL
junto con la formación Scelta Civica
(Opción Cívica) de Mario Monti a crear una coalición un tanto
heterogénea, que podría desbaratarse en cualquier momento, con un solo
desacuerdo, cosa que Letta ha sabido evitar con mucha sensibilidad y muchas
concesiones, entre las que figura el hecho que Angelino Alfano sea el ministro
de interior y vicepresidente.
La cercanía del mentor de Alfano con el
presidente kazajo, y la evidente intromisión del embajador Yelemessov, quien se
estuvo extralimitando de sus atribuciones, hasta llegar a no consultar a la
ministra Bonino, sino directamente a Alfano, quien en consecuencia actuó, sin
apenas consultar a sus socios de la coalición gobernante, incluso abrieron la posibilidad
de que fuera depuesto por el parlamento, moción que no tuvo mayoría, pese al
malestar evidente del PD frente a esta acción unilateral del PDL en asunto a
nivel internacional. Shabalayeva
se encuentra por lo tanto de nuevo en su país de origen, donde no puede salir
hasta no concluir la investigación en curso, que en realidad está relacionada
con su marido prófugo, y no con su persona misma. Su situación futura abre la
posibilidad de que vuelva a suelo europeo, sin que por ello esté claro en qué
momento pueda ella salir de Kazajstán.
El trato de los disidentes kazajos en el exilio parece por lo tanto por lo
menos paradójica, cuando sus representantes se toman libertades de actuar en
prácticamente a todos los niveles institucionales, sin impunidad alguna. El gobierno kazajo
amenazó con una ruptura formal de relaciones diplomáticas, si Yelemessov fuera
expulsado de Italia como embajador, pues además existen lazos económicos
importantísimos, que involucran a la petrolera italiana ENI en el país
centroasiático, y que desde los tiempos de Berlusconi fueron tejidos. El abrir la posibilidad de perder la representación
en la capital kazaja Astana para los italianos es por lo mismo impensable, y en
consecuencia Yelemessov es intocable en todos los sentidos de hacer y deshacer
según los intereses de cada momento, tal cual en los tiempos de la guerra fría.
El
precedente que abre este caso es por lo mismo de primer orden. ¿Cómo es posible
que Yelemessov pueda ordenar directamente la deportación de Italia de una
ciudadana kazaja y su hija, sin ninguna consulta a la cancillería italiana?
¿Acaso está justificado el intervenir en asunto internos italianos por parte del
embajador con la finalidad clara de hacerse con la mujer de uno de los disidentes más buscados por su país? ¿Qué
posición tiene el gobierno italiano en esta situación, la cual se le parece
haber escapado totalmente, y de la cual
no fue informado en su momento? ¿La revocación de la orden de expulsión
cambia en algo la situación legal de la kazaja, ahora que no tiene más que
libertad restringida desde su domicilio familiar en Almaty?
Independientemente
de lo que se opine del presidente kazajo Nursultan Nazarbayev, está más que
claro que sus embajadores siguen de la escuela de la guerra fría, donde los intereses nacionales imperan incluso en el
extranjero, pasándose de alto toda soberanía efectiva de las autoridades
locales. Siendo capaces de pescar a los disidentes y retenerlos de forma
extralegal sin ningún reparo. La opinión pública italiana, como la ministra de
exteriores Bonino, y parte de la prensa se han puesto a despotricar la
situación del gobierno Letta, que sale debilitado y francamente humillado por
estos eventos, que sin duda deberían de meterle miedo a todo disidente kazajo
en el exilio, pues si esto puede suceder en Italia, puede pasar en cualquier
otro país europeo también.
Finalmente
pone en relieve que las relaciones del Cavaliere
siguen siendo potentes, en la medida que fue como mínimo partícipe de esta
trama policiaca. Su influencia es capaz de obviar los cauces legales, y
complacer a su cuate Nursultan, sin siquiera pestañar, o pensar que podría
causarle problemas a su partido, que forma parte de la coalición sui generis de Enrico Letta. El caso aún
no está terminado, con lo que estamos a la espera de nuevos episodios, de esta
novela policiaca, que más que ciencia ficción, es realidad pura y dura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario