Los resultados preliminares
salieron acerca de las elecciones en el Paraguay este domingo 21 de abril 2013. Según consta, el
candidato por el Partido Colorado a la presidencia Horacio Cartes habría salido
electo con el 45.8% de los votos, frente al segundo, Efraín Alegre del Partido
Liberal Radical Auténtico (PLRA) con 36.94%. La formación Frente Guasú, liderado
por el ex presidente Fernando Lugo, que se presenta por la izquierda, que se
presentó con el candidato Aníbal Carrillo salió con un decepcionante 3.32%, y Mario Ferreiro por la formación Avanza Paí con 5.88% respectivamente. Con una participación estimada del 70% de los electores habilitados,
estas elecciones se producen en aparente normalidad, y con la presencia de
observadores internacionales, tales como Unasur o la OEA. Es tal la importancia
de este día, para el restablecimiento interior como exterior de la vida
política paraguaya, que quedó congelada, paralizada posteriormente a los
sucesos políticos que desencadenaron la destitución del presidente
constitucional Fernando Lugo durante el curso del año pasado.
La República del Paraguay vive
hoy un día intenso de elecciones, tanto presidenciales, como para renovar el
parlamento paraguayo, a los senadores, a los parlamentarios del Mercosur, PALSUR
y a los gobernadores. Esta fecha viene sonando en la vida política paraguaya,
pues desde el golpe parlamentario ocurrido
el pasado 22 de junio 2012, donde Fernando Lugo fue destituido en un proceso
exprés, en el parlamento, acusado de mala gestión en el caso de la estancia de Morombí,
en el municipio de Curuguaty, y en el mismo acto se proclamó al vicepresidente
Federico Franco a la presidencia interinaría hasta nuevas elecciones. La
posterior suspensión de la nación suramericana ante los organismos
internacionales y la suspensión de las relaciones internacionales, con la
excepción del Vaticano, llevó al país a un limbo, del cual salir del
aislamiento internacional, es la primera tarea del gobernante electo.
Mientras que las fuerzas de
izquierda se muestran débiles en su conjunto, al solo obtener un 3% en los
comicios presidenciales, el ex–presidente Lugo se presenta en esta ocasión
para senador, en representación del Frente Guasú. No obstante el tema más polémico actualmente y desde varios
años, son los presuntos lazos con el narcotráfico y el lavado de dinero por
parte del presidente electo Horacio Cartes. Empresario desde años, habiendo amasado
un importante grupo empresarial de nada menos que 24 empresas, que desde
diferentes sectores desde el agrícola hasta el bancario, abarca el Emporio del
nuevo mandatario, llamado Grupo Carter. El escándalo que surge en el año 2000 con el hallazgo de una avioneta
de matrícula brasileña en la estancia La Esperanza, cerca de la ciudad de Pedro
Juan Caballero, encontrándose en ella se hallan mariguana y cocaína, abre una
sobre el tipo de actividades que desarrolla Cartes. El emporio tabacalero que
se hizo, con las grandes empresas Tabacalera del Este S.A, y Tabacos del
Paraguay S.A. También el banco Amambay S.A. habría servido de cubierta para un
lavado de dinero, según salió en un cable de wikileaks en el año 2010. La
distribución clandestina de productos tabacaleros en diferentes países, entre
ellos Argentina, llevan casi directamente a las empresas del Grupo Carter. Este
es el legado sin resolver que se lleva
consigo a la presidencia Horacio Cartes.
La crisis institucional que
condujo al estado de excepción marcó profundamente la vida política, y es
además por ello que se pone una importancia mayor al buen término de estas elecciones.
En ellas se pueden leer entrelíneas un regreso al poder conservador colorado,
históricamente dominante, antes de ser remplazado en el 2008 por la opositora Alianza Patriótica Para el Cambio, que
fue el gobierno de Lugo mientras estuvo. La exclusión del parlamento paraguayo
hizo posible la incorporación de Venezuela al bloque del Mercosur, donde la
ratificación era tan solo bloqueado por la mayoría del parlamento paraguayo. En el caso de
normalización de las relaciones internacionales, Asunción tendrá que acatar la
presencia en el foro suramericano a Venezuela, más allá de su histórica
oposición. La economía paraguaya en dificultad crónica, pese a la abundancia de
la energía eléctrica disponible, carece en muchos hogares, al igual que el agua potable. Esto es paradójico,
en el sentido que la importantísima reserva acuífero guaraní, compartido con otras
naciones suramericanas. Sus carencias estructurales, como también la baja
densidad y el aislamiento de ciertas regiones siguen siendo un lastre para la
economía paraguaya. La cuestión de la tierra sin resolver, y una concentración
importantísima de ella en pocas manos ha llevado a una crisis en el campo,
donde la mano de obra, ampliamente disponible y barata, sirve a un campo
orientado en gran medida a la plantación de soya en colaboración con Monsanto,
al menos desde la asunción de Federico Franco a la presidencia, pues antes de
él, el país había bloqueado la introducción de estas semillas transgénicas.
Con el resultado presente el
futuro político parece desdibujarse, hasta que los resultados oficiales salgan
en la noche, pero que ya se sabe en gran medida el ganador de la jornada de
hoy, Horacio Carter. El empresario sin mucha
experiencia política tendrá que lidiar con una importante agenda política
nacional e internacional. Su regreso a
la escena internacional al menos podrá suponer un mejoramiento de los
intercambios comerciales, y dinamizar la economía paraguaya algo estancada,
pese a ser el quinto productor mundial de soya. El regreso del Partido
Colorado, es similar al caso mexicano, donde el regreso del PRI por medio de
las urnas fue un precedente, después de un escasa década de alternancia del
PAN. Igual aquí, el Partido Colorado, históricamente el partido vinculado con
la dictadura de Stroessner, será de nuevo el partido gobernante para el mandato
que viene. La izquierda que apostaba a una importante avanzada, se vio dividida
entre candidatos, y enfrentada a su propia falta de presencia mediática. Su
fuerza real sin duda queda por ahora demostrada, en lo que se denomina el
Parlamento más corrupto y conservador de toda América Latina. En un país donde
la repartición de la riqueza, parece más bien repartición de la pobreza, y
donde unas pocas familias dominan un mercado interior raquítico, y la política se
maneja desde un péndulo perfectamente alineado entre Partido Colorado y el PLRA,
aún no se está en la altura para darle entrada a la tercera vía, a ese Frente
Guasú (amplio en guaraní), que quería en este domingo tomar al menos el control
parcial del parlamento, con números nunca antes tenidos. La realidad traicionó
a Lugo y a su agrupación, los jóvenes no tuvieron la asistencia tan solicitada
para darle alas a este proyecto político.
La República del Paraguay que
amanece de este proceso, es la misma de antes de 2008, con un presidente
empresario, que sin deslindarse de su riquezas y empresas, tampoco aclara su
situación legal, frente a las acusaciones hechas en su contra de lavado de dinero
y colaboración con el narcotráfico, llega al asiento de primer mandatario. Sólo
el tiempo podrá decir si al menos la legitimidad del poder se vuelve a
normalizar, y si al menos su gestión económica sea meritoria de dicha victoria
electoral. De lo contrario los conflictos, como lo visto en los sucesos de
Curuguaty, no serán aclarados hasta en muchos tiempo, tiempo necesario para
volver a poner el país mediterráneo en el estado de hace 20 años.
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