La
gente está en las calles de Nicosia, mientras que las fuerzas del orden
intentan mantenerlos fuera del cordón de seguridad enfrente del parlamento
chipriota. A la vez el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central
Europeo (BCE) pusieron ya su ultimátum a la crisis financiera en curso. El
lunes 25 de marzo cesa toda ayuda económica para Chipre, en el caso que no
logren juntar 6 mil millones de euros. A corto plazo y en las condiciones de
liquidez actuales de la nación insular no darían abasto a tales demandas.
Además la descapitalización que se está viendo en los días recientes, donde la
gente intenta recuperar el máximo de sus ahorros, antes de que colapse el sistema
bancario. Fue el mismo parlamento que en una moción de ayer, rechazó el plan de
restructuración exigido por parte del FMI y el BCE. Esta condición sine qua non dejó de producirse, dejando
atrás un precedente sin igual: la primera nación en la eurozona que no se
subordina a las condiciones de Bruselas a nivel parlamentario.
El
nudo gordiano parece a primera vista inextricable. La burbuja bancaria que
reventó en Chipre, puso en tela de juicio la solidez de su economía misma, que
depende en gran medida de dicho sector. Los extranjeros que más dinero tienen
puesto en la isla son los rusos, que no veían de buen ojo que una tasa de 9.9%
fuera levantada sobre la masa de riqueza guardada ahí. De hecho el primer
ministro Dimitri Medvedev se pronunció en varios momentos sobre este asunto.
Más
la situación es tan urgente, que el gobierno de Nikos Anastasiadis envió al
ministro de finanzas a la capital rusa,
para desbloquear algún crédito monetario. En los momentos mismos de redacción,
se encuentran en Moscú tanto líderes europeos, entre los cuales le presidente
de la comisión Durão Barroso, como una delegación chipriota, que se puso como
meta permanecer hasta que saquen un acuerdo útil. Lo cierto es que tiempo es lo que menos tiene el
gobierno de Anastasiadis, el lunes entrante, la liquidez en la isla cesará, y
desde ahora los bancos-oficialmente cerrados hasta nuevo orden-tendrán que ver
como reabastecerse de nueva liquidez, en particular el banco Laiki, segundo en
importancia en el país.
Entre
el riesgo de hacer perder a la gran mayoría de los chipriotas sus ahorros e
ingresos, si el sistema llegara a colapsar efectivamente, hasta una hipotética
salida del euro parecen vislumbrarse en el horizonte. Pese a todo intento de querer
relativizar la situación, la gente está viendo un serio problema de liquidez a
corto plazo. Las tiendas ya no aceptan tarjetas de crédito como medio de pago,
o hacen descuento todo pago en dinero contante, sino que la furia por hacerse
con la mayor cantidad de liquidez posible tan solo acelera el proceso de
escasez. Si antes del lunes todos los cajeros de Chipre están fuera de
servicio, y entonces si entre el momento tan temido, se podría ver el comienzo
de la primera falla del sistema euro sin remedio aparente. De no cumplir con
las condiciones de rescate exigidas, de fallar en la recaudación de dinero en
Rusia, puede ser posible que Chipre salga del euro a muy corto plazo.
De
producirse este escenario, no es de adivinos ver un comienzo de una serie de
fichas de dominó, que a su vez comenzaran a caer. Los eslabones más débiles de
la unión monetaria habiendose reducido en las siglas (en inglés) a PIIGS -Portugal,
Irlanda, Italia, Grecia, España- no habrá sido ninguno de ellos sino Chipre. Y ahora, ¿a quién es el siguiente?
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