miércoles, 3 de noviembre de 2010

El triunfo de Dilma Rousseff en Brasil o la consolidación de la izquierda latinoamericana

El pasado 31 de octubre 2010 se celebró la segunda vuelta presidencial en Brasil. La contienda disputada entre Jose Serra, del Partido Social-Demócrata de Brasil, y la candidata del Partido del Trabajo (PT) Dilma Rousseff. En la primera vuelta celebrada el 3 de octubre, los resultados situaron a Dilma Rousseff en primera posición con 46,9% y a Jose Serra con 32% de los votos. La sorpresa fue que la tercera posición fue tomada por la candidata ecologísta Marina Silva, con un 19%. Debido a la falta de mayoría absoluta, se impuso una segunda vuelta, donde con el 99% de los votos contados, dieron una victoria contundente a Dilma Rousseff, quien ganó con 56,05% frente al social-demócrata Jose Serra quien tuvo que conformarse con un 43,95%.

La actual presidenta electa de Brasil, quien asumirá sus funciones el 1 de enero de 2011, es de hecho la primera mujer electa a un mandato presidencial en la historia republicana de Brasil. Además comparte un rasgo con tres otros presidentes latinoamericanos, el de ser ex-guerrillera, tanto como José Mujica en Uruguay, Daniel Ortega en Nicaragua y Raúl Castro en Cuba. En su pasado ella fue militante de la resistencia contra la dictadura brasileña en los años 60, y posteriormente entró en la formación guerrillera de la “Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares”, por lo que fue detenida entre 1970 y 1973, siendo víctima de torturas y violaciones de los derechos humanos mas elementales por parte de la dictadura en pie en ese tiempo.

Posteriormente estudio economía en la Universidad de Rio Grande do Sul, donde se graduó en el año 1977. Paralelamente participó en la consolidación del Partido Trabajador Brasileño (PTB), el cual después pasaría a ser llamado Partido Democrático Laborista (PDL). Su carrera política comienza en 1991, cuando es nombrada secretaria de Energía bajo el gobierno de Alceu Collares hasta 1995. En 1998 cuando el PDL hace una alianza con el Partido de los Trabajadores (PT). Esta coalición es de corta duración, tan sólo en el suiguiente año se rompe, por lo que el PDL pide a sus militantes de resignar su puesto en el gobierno. En consecuencia a ello, Dilma decide abandonar este partido, para sumarse al PT.

Cuando Lula da Silva asume el poder en el 2003, ella es nombrada de nuevo ministra de energía hasta 2005, cuando asciende a Jefa de Gabinete de la Presidencia. Ante la detección de un cáncer linfático, tuvo que someterse a un tratamiento de quimioterapia, de la cual salió curada. Su carrera como candidata presidencial, se vió altamente favorecido en el tiempo, cuando diferentes delfines del popular presidente Lula, se vieron manchados de corrupción, por lo que tuvieron que enterrar sus aspiraciones a ser candidatos al término del segundo mandato de Lula da Silva, despejando la vía para Dilma de convertirse en la abanderada del PT para el 2010.

La victoria del PT en estas elecciones, en una coalición con once partidos, abanderados bajo la Coalición para Brasil, será la continuación de una política llevada por su mentor Lula da Silva, quien deja el poder con una popularidad altísima de 82%, y delegará el próximo 1 de enero 2011 el poder tras dos mandatos consecutivos desde 2003. Esta etapa que caracterizó a un Brasil en pleno crecimiento, donde se encontraron nuevas reservas petrolíferas en las aguas territoriales de Brasil,un desarrollo llevado en parte por Dilma, quien desde el ministerio de energía, y como presidenta del consejo de la paraestatal Petrobras, ha llevado al país a una autosuficiencia energética envidiable a cualquier economía actual.

Desde la política exterior, que fue la parte mas visible del gobierno de Lula, se vieron tejer alianzas novedosas, donde se podía entrever una política exterior desvinculada de toda influencia exterior, bajo el ministro Celso Amorin, quien logró hacer de la diplomacia brasileña una de las más visibles en el mundo y de las mas influyentes en América Latina. Si bien en dos mandatos Lula da Silva no resolvió todos los frentes propuestos, pues es evidente que persiste un gran problema social en ese país, y una repartición de la riqueza muy desigual, los programas sociales de ayudas a familias desfavorecidas han traído grandes oportunidades para solventar la situación a muchos hogares en dificultad.

Mucha crítica ha venido por el uso de la fuerza militar para combatir la inseguridad en Río de Janeiro u otras ciudades grandes como São Paolo o Bahía. Lo cierto es que la actividad informal aún es fuerte en Brasil, además que el triángulo fronterizo con Argentina y Paraguay sigue siendo un punto de salida y entrada de mercancías ilegales, tales como armas o drogas. Esto viene siendo así al menos desde algunas décadas, y combatir esto es una tarea lenta y difícil para cualquier gobierno. Ahora que Río de Janeiro se ha llevado el honor de ser anfitrión de los juegos olímpicos de verano de 2016, se ha puesto en evidencia una falta de infraestructura y de seguridad, para llevar a cabo este evento. En los meses y años a venir, se despejará la duda si Brasil está en la condición de ser el anfitrión indicado para tal evento.

Con Lula da Silva como presidente saliente hasta finales de este año 2010, veremos como el nuevo gobierno de Dilma Roussef se irá consolidando. Por lo pronto las felicitaciones le han venido de todas partes del mundo, por su eleccción. Desde Chávez hasta el presidente búlgaro, quien Georgi Purvanov, quien aprovechó para extenderle una invitación a venir a Bulgaria.

Una nueva etapa se iniciará para el Brasil democrático y para toda América Latina, como para la izquierda latinoamericana en general, con la asunción de la primera mujer presidenta y ex-guerrilera en la primera posición del país. Con una economía en crecimiento y una posición de liderazgo dejada por el antecesor a su puesto, todo esta en pie para que su mandato presidencial comience con los mejores augurios.

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