jueves, 1 de abril de 2010

La liberación del sargento Moncayo por parte de las FARC o el juego de doble banda de Alvaro Uribe

El día de ayer después de 12 años de cautiverio en la FARC el sargento Pablo Emilio Moncayo recobró la libertad. Moncayo era considerado el rehén con más antigüedad de las FARC y uno de los rehenes con más valor de canje. Fue capturado el 21 de diciembre de 1997 con la edad de 19 años, y recobra la libertad teniendo 32 y habiendo incluso sido elevado de teniente a sargento en pleno cautiverio por el ejército de Colombia. En el muy emotivo acto de encuentro en la pista del aeropuerto de Florencia, Colombia, el ex-rehen bajaba del helicóptero de las fuerzas armadas brasileñas recibido por su familia. También fue liberado el soldado Josue Daniel Calvo, y los restos mortales del mayor Julian Ernesto Guevara, quien murió en cautiverio en el año 2006.

Este acto de entrega de rehenes esta encuadrado en lo que la FARC considera el último de tipo unilateral. Este mensaje enfatizado remarcaría la buena voluntad de las FARC para llegar a una negociación con el gobierno, y conseguir a su vez la liberación de los detenidos de las FARC en cárceles colombianas. He aqui cuando entra una nueva dificultad para el futuro de la resolución del conflicto armado colombiano. El gobierno de Alvaro Uribe quien colaboró en esta ardua negociación con los mediadores Lula da Silva, presidente de Brasil, Rafael Correa presidente de Ecuador, y Hugo Chávez,presidente de Venezuela. A su vez fue fundamental la colaboración de la senadora colombiana Piedad Córdoba. Para conseguir esta liberación se tuvieron que dar una cantidad de factores que ahora se enumerarán.

El padre de Emilio Moncayo, maestro de escuela pública colombiana ante la captura de su hijo inició una marcha por su liberación. Estas marchas lo llevaron por Ecuador, Colombia y Venezuela. En el paso se entrevisto tanto con Hugo Chávez, en calidad de mediador en el conflicto,y supo capitalizar la atención internacional, sobre todo cuando continuó su marcha hasta Francia y Bélgica y el Vaticano. Su estrategia dio frutos en la medida que las FARC accedieron a su liberación junto con el soldado Calvo. Lula da Silva personalmente se ha empeñado en encontrar un acuerdo en el cual tanto el ejército de Colombia como las FARC aceptaran en su cúpula militar el protocolo de entrega en colaboración con el ejército de Brasil. Ambos accedieron por lo que la liberación, que ya estaba en el aire desde 2009 se pudo concretar en la brevedad que vemos.

Para Emilio Moncayo se ha acabado un cautiverio de doce años, que según algunos medios, se decía que ya sufriría del sindrome de Estocolmo. No obstante no solo Moncayo goza de una salud buena pese a las condiciones de vida en la selva y de haber sufrido diferentes enfermedades que lo tuvieron seriamente convaleciente. Para los demás 21 rehenes que quedan en poder de las FARC la salida tiene una perspectiva mucho más dificil. Las FARC no se ven dispuestas a ceder muchos más rehenes de forma unilateral, mientras que Uribe no de una señal de buena voluntad, lo cual consituye acceder a la liberación de los guerrilleros detenidos en cárceles colombianas. Además se añade que algunos de los solicitados por las FARC estan extraditados en EE.UU. lo cual constituye un obstáculo más para su liberación.

Es tan típico en las actuaciones de Uribe de querer dar siempre la nota, hasta en los momentos más óptimos. Al dar la bienvenida a Moncayo no se pudo aguantar las ganas de criticar a la emisora de noticias Telesur, por haber emitido fotos de la liberación, algo que estaba estipulado como prohibido en los protocolos establecidos. Telesur se ha defendido diciendo que no era ellos los autores de dichas fotos sino que estas las obtuvieron por vía de correo electrónico. Además Piedad Córdoba insistió a su vez en el hecho de que no habían ni periodistas ni cámaras en el momento de la liberación. Por lo que serían tomadas por miembros de las FARC mismos. Estas difamaciones realmente no tienen fundamento alguno, sobre todo si se toma en cuenta que para la liberación de Ingrid Betancourt el ejército de Colombia se infiltro como reporteros de Telesur, los cuales suelen ser respetados por parte de las FARC. El hacer uso de estas estrategias para liberar a quien fuese, no tiene ni la altura moral ni ética para acusar de nuevo a la emisora de romper el protocolo, por el mero hecho de difundir imágenes que no son de su autoría directa.

Ahora la bola esta en el campo de Uribe. Es cierto que si bien este colaboró en cuanto al cese de actividades militares en la zona de canje, lo cual es un hito. Su colaboración sin embargo siempre es de una suma ambigüedad.Estos protocolos no son de ayer en todo caso, y si en el pasado bajo la presidencia de Andrés Pérez se pudo llegar a una mesa de negociación, e incluso a una gira en conjunto entre Pérez y el difunto Raúl Reyes, muerto en el bombardeo del campamento de las FARC en territorio ecuatoriano en 2008, entonces esta claro que el gobierno de Uribe juega a dos bandas. Por un lado hace concesiones simbólicas a la hora de negociar sin nunca renunciar a nada sustancial. Después continúan con la estrecha colaboración en el marco del Plan Colombia. Incluso ahora que al parecer las relaciones con Washington han mejorado considerablemente desde la entrada del nuevo mandatario de la casa blanca, Uribe tiene por lo pronto la espalda cubierta. Por eso se puede permitir estas pequeñas concesiones.Otra cosa será el hecho de que si las FARC no observarán una buena voluntad y efectivamente no volvieran a realizar ninguna liberación unilateral, el proceso de paz estaría de facto muerto. Este sería el fin de una buena entente y el inicio de un recrudecimiento de los enfrentamientos en pos de una guerra total por parte del ejército de Colombia para derrotar a la FARC y evitar ante todo ceder un milímetro más de lo que consideran su potestad sobre su territorio nacional.

Estas negociaciones suelen ser siempre prolongadas, y los éxitos tanto dilatados. Esto es lo que busca en parte también Uribe. El dilatar le sirve de excusa para mantener un cierto status quo de guerra civil no declarada. Esta es la situación que se vive desde los años 70 del siglo XX y razonablemente podría extenderse lo que fuese necesario. Habrá que esperar a ver las presidenciales colombianas que se vienen pronto en este año y donde la sucesión del sistema esta en juego, en cuanto a que Uribe no se podrá presentar a otro mandato y es entonces que se abre la carrera para determinar quien es el perrito del sistema, si es que este se mantiene después de los comicios.

Lo cierto es que ni eso ni siquiera la liberación total de los 21 rehenes restantes de forma unilateral cambiarían el esquema del conflicto, solo dejarían a las FARC sin la fuerza de negociación, mientras que el gobierno no haría apenas concesiones. El camino esta abierto a todo. El futuro solo sabrá cual será la salida de este conflicto que se perpetúa por décadas, y que deja un país viviendo en estado de guerra permanente. Si hay una solución esta vendrá de forma consensuada y nunca mediante una derrota de uno contra el otro. Hasta entonces no se curará la gran herida que carga el pueblo de Colombia.


Hasta la victoria siempre

Venceremos.

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