jueves, 4 de febrero de 2010

La presidencia española de la Unión Europea o Zapatero entre la espada y la pared

Cuando la política se mezcla con la religión, rara vez la experiencia resulta beneficiosa, todo el contrario, cuando hay intereses en común, los dos bloques pueden practicar políticas consentidas para perjudicar los intereses de la nación entera. Sobre todo en el espíritu de la separación de poderes de Montesquieu, y desde entonces el ideal del estado laico sigue al menos en la teoría como referencia frente a la monarquía o a un régimen de dudosa separación iglesia-estado.

Es en ese sentido interesante como mínimo ver al presidente de turno de la Unión Europea, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero ir como invitado en el desayuno oficial de Oración en EE.UU., un acto altamente simbólico para EE.UU., donde en este selecto círculo se reúnen los más importantes empresarios, banqueros, ministros, y gente que al fin y al cabo es la responsable de que la economía siga funcionando. A estos se sumará el invitado de honor, J.L.R. Zapatero (ZP), quien ahora mismo se escuda de sus problemas internos que lleva tener el país que actualmente se considera al lado de Irlanda o Portugal, los que podrían destabilizar toda la zona euro con tan solo declararse en bancarrota. Es sumamente curioso ver a Zapatero con el aura de presidente de turno, pero siempre dando excusas acerca de la situación real de la economía de España. En Davos, Suiza se encontró con que en la reunión del Foro Económico Mundial, su situación crediticia no era muy tomada en cuenta en el ámbito bancario.

Sin haberse producido aún, las noticias en España especulan acerca de la posible intervención del presidente. Sea cual fuera su posición personal, es un tanto sospechoso ese afán casi infantil de ZP perseguir a Obama para tener un máximo de fotos en su album, como si de ello dependiera su reputación como presidente de gobierno. Obama quien ha cancelado la presencia de una cumbre en mayo, la cual con el sello de la presidencia española , se convirtiera en una reunión Unión Europea-EE.UU. Ese afán que por momentos roza lo ridículo, demuestra que España y en gran medida la Unión Europea es, y aunque no lo reconozcan, vasallos de la decadente economía capitalista, aún dominada por EE.UU. Todo esto resulta pasar en momentos donde la evidente debilidad económica y las presiones de Bruselas son tan fuertes, como las de los grupos sociales afectados, los pensionistas, los funcionarios, los becarios, los parados, etc. Muchos sectores que en la actual economía española no tienen cabida, si no colaboran en el sector turismo o construcción. Esta evidente limitación incluso ha llevado a que periódicos extranjeros analicen esa misma situación desde un perspectiva mucho más neutral. De ahí que incluso el mismo FMI ha dicho en repetidas veces, que España será de las últimas en salir de la recesión provocada a nivel mundial a partir de 2008.

Si al menos para fuera se mantiene una aparente normalidad, para dentro ZP sabe que solo puede hacer la "huida hacia delante". No es capaz de transformar de una forma tan drástica sus pilares económicos, pues depende de la buena colaboración del sector financiero e inmobiliario, quien después se encarga de que la maquina siga funcionando. Sin embargo hoy mismo hubo una noticia acerca de que obreros de una construcción se pusieron de huelga, por falta de cumplimiento de ciertas clausulas de contrato, que ahora en tiempos difíciles para la economía en general suelen ser un recurso fácil de meter si no se quiere o no se dispone de suficiente para pagar los sueldos pendientes a sus trabajadores.

Si ahora mismo la Unión Europea tiene tres frentes de debilidad, Irlanda, España y Grecia, según expertos de economía, la bancarrota que más afectaría a la estabilidad de la moneda común sería España. Esto primordialmente por lo que representa en cuestión de mercado España (47 millones), cosa que no aplica en los mercados interiores como Grecia (12 millones) o Irlanda (4 milones). Si bien en cuestión numérica el déficit respecto al PIB de Grecia sea alrededor del 12%, el de España está un poco inferior con el 11.7%. A su vez el nivel del endeudamiento no es comparable, cuando en Grecia ronda alrededor del 115% en España apenas es el 65%. Pero ahora es cuando entra la confrontación con el engaño sistemático del gobierno anterior de Grecia de Karamanlis, quien ocultó la verdadera situación financiera, y ahora mismo tiene que ver como baja el déficit al 3% que pide la Unión Europea. Es ingenuo pensar que cualquier gobierno No manipule las cifras económicas, aunque sea por el puro efecto cosmético de tener mejores "resultados". Se ha demostrado ya como a Pinocho le termina creciendo la nariz, y a ver si a Mr Bean no le comienza también a crecer de forma sobrenormal la nariz, de tanto querer ocultar lo que todo mundo sospecha, pero que nadie quiere decir tan claramente con el fin de evitar una mala imagen de la Unión Europea entera.

Lo mismo aplicaría a Irlanda o a España. Nadie con un poco de sensatez cree en esos cuentos, pues si bien Alemania ha salido relativamente de la crisis, no son las décimas de un crecimiento raquítico que van a cambiar nada en el fondo. La economía europea se ve en un momento de estancamiento franco, donde la moneda única amenaza con tornarse en un lastre más que en un mejoramiento. La imposibilidad de muchos países a devaluar su moneda, por la llana situación de que ya han cedido esa potestad al Banco Central Europe0 (BCE) con sede en Frankfurt am Main, hace que sean necesarios mecanismos sustitutivos a esta herramienta que era capaz in extremis de reestablecer un cierto equilibrio en cuanto hubiese más inflación que la calculada. Es de hecho la misma inflación, la cual puede un día de estos provocar que el mismo BCE se decida porfín devaluar el euro. Përo esto a su vez choca con un problema estructural, que implica que el valor real que representa un euro en cada economía en particular, de las que se han adherido a la moneda común, desencadenaría una reacción en cadena con fines insospechables. Sin embargo la competividad de los productos europeos se ve perjudicada por la fortaleza del euro.

Por lo visto y con los elementos en mente, se puede decir que una UE dirigida por el país que más problemas estructurales puede presentar en este momento es casi tan paradójico como sarcástico. De todas formas con el Tratado de Lisboa entrado en vigencia, abrá cambios descisivos en la misma Comisión Europea. Si bien existen ahora poderes paralelos en cierto modo, entre la presidencia rotativa, la presidencia permanente de Henry Van Rumpuy,junto con la Alta Comisionada de Política Exterior y Seguridad común, la británica Catherine Aston y el presidente de las Comisiones Europeas, Barroso, la misma UE está ahora mismo en un proceso de reordenamiento interno. Cuando las presidencia de turno sean meramente decorativas,si es que no lo son ya, el poder real lo ejercen desde atrás de la cortina, y el efecto mediático siempre se reducirá al puro opio para el pueblo, quien se cree representado en tiempos donde los poderes de facto económicos son capaces de sobreponerse a la soberana voluntad de un pueblo. Ninguna decisión emanaría de España, simplemente que las cancillerías más importantes de Europa (Berlín, Londres, Paris) canalizan las necesidades pertinentes mediante los portavoces de turno. De ahí que Zapatero se le puedan subir los humos, incluso más que cuando Sarkozy estaba designado.

Es la misma España que sabe compartir antiguos imperios coloniales con EE.UU., pues en eso siempre han estado de acuerdo Washington y Madrid, que los intereses empresariales se reparten a partes iguales. Que después se quieran adjudicar el rol iberoaméricano, de puente, de lazos comunes, no es más que la mera representación de los intereses empresariales españoles, y más que españoles, capitales que per se no tienen nacionalidad particular. Una presidencia española puede ser buena si lo que importa es el compromiso de la UE de no reconocer a Honduras o a darle seguimiento a las relaciones con Cuba. Sin embargo la impotencia del ejecutivo frente al caso saharaui solo confirma en que grado España es una sombra de lo que pudo haber sido hasta hace pocos años todavía en pleno auge de la burbuja inmobiliaria. Ahora que todos los países se ven en apuros económicos, todos quieren recortar, pero lo cierto es que no es tan fácil de adelantar la jubilación sin esperar una crítica por parte de los afectados. Tampoco es salida el estar pagando los subsidios al desempleo (paro) a perpetuidad, pues un determinado momento comienza un círculo vicioso, el cual hace que la deuda crea dinero para pagar a los desempleados, que a su vez pagan sus partes de impuestos, pero que reciben deuda de deuda. El problema será cuando los intereses acumulados harán insostenible esta deuda, y que tarde o temprano un recorte será más que urgente.

Hasta cuando aguantará esta conyunctura? En qué momento no habrá más remedio que devaluar, despedir, y hacer incluso recurso de la violencia para contener un descontento social general? Y principalmente, quien pagará la deuda contraída por generaciones pasadas que han vivido por encima de sus medios mediante la concesión fácil de crédito, cuando la morosidad llegué a un nivel crítico? Estas son las cuestiones que probablemente preocupan al equipo económico del gobierno español. Porque claro que ahora el tener a tanta gente sin empleo, entre los cuales estan muchos extanjeros con o sin permiso y los naturalizados, que según su estatus jurídico-legal tendrán un cierto trato. Si hasta ahora no se han dado redadas contra inmigrantes en España, si se han dado en Francia vecina por ejemplo. Nada más falta de que de paso de que sea una crisis económica, sea una social, a medida que la xenofóbia y el nacionalismo alimentan el ego de un pueblo que demasiado tiempo vivió por encima de sus medios y ha olvidado que alguna vez también fue migrante.

No hay comentarios: