jueves, 21 de enero de 2010

Haíti despierta de la pesadilla bajo ocupación o el lado obscuro de la administración Obama

La nueva sacudida que retumbó en Haití con una magnittud de 6.1 en la escala de Richter, vino a recordar a los ya damnificados haitianos, que la fuerza de la naturaleza no perdona en condiciones de vida y pobreza. Solo ella es indiferente y puede sacudir un sitio tal como Puerto Príncipe, dejando la ciudad igualada al suelo. El mismo terremoto en un sitio con un sistema de vigilancia sísmica no supondría la mitad de las pérdidas humanas, con tan solo contar con pocas horas de margen. Tampoco se necesita ser un país del primer mundo para tener un sistema eficaz, tanto como el sistema mexicano o cubano en su caso. En particular en Haití no hay apenas infraestuctura,y esta no esta en condiciones de servir en casos como estos de extrema urgencia. Si ahora el FMI quieren poner en funcionamiento un denominado "Plan Marshall", como lo declaraba Strauss-Kahn, esto solo supone para los paises desarrollados un pretexto para asignar proyectos de reconstrucción a grandes empresas sedientas por nuevos contratos ante la paralisis del sector, y para los banqueros una ingente cantidad de transacciones que pasan por los filtros de las diferentes entidades bancarias que van a canalizar la cantidad de dinero donado a efectos de la ola de solidaridad que ha suscitado este inesperado e insualmente destructor terremoto del pasado 12 de enero.

Haití se ha undido con esto un poco más en el pantano donde se esta moviendo al menos desde una década. Desde los altibajos del ex-presidente Jean-Bertrand Aristide y su deposición, reposición y definitiva deposición supónen para la historia de América Latina un caso muy enigmático del carácter títere que pueden tener ciertos gobiernos de esta isla, que como el actual de René Préval, quien es quien avala oficialmente la presencia de marines estadounidenses, que ni siquiera han llegado, pero que al parecer la población ya acostumbrada a la presencia de operativos extranjeros, sean de la ONU, de la MINURSO o los mismos EE.UU., eso da lo mismo al final. Esto al menos el bajar el nivel de crimninalidad desde un cierto punto de visto muy general. Pero de entrada se esta esgrimando el carácter de estado fallido, el cual incapaz de sostener a estas alturas su propia autoridad, tiene que hacer recurso de la fuerza extranjera para garantizar minimamente el ejercicio de las leyes. Esto realmente queda relegado a un último plano ante la urgencia de la situación, el avalamiento tácito de la ONU a esta situación no es tampoco de sorprender. Luego que sean ellos los que controlan el tráfico del único aeropuerto del país ya es una cosa un poco más discutible.

En cuanto al cambio de época que acaba de vivir Chile, ahora si la transición chilena ha dado un nuevo capítulo, donde los 20 años de concertacíón son ahora mismo hostoria. El multimillonario Sebastián Piñera ha ganado en la segunda vuelta al candidato de la concertación y ex-presidente, Eduardo Frei. Dos décadas de socialdemocracia, la cual ha venido muy bien al país entero como economía, tanto como para los sectores más pujantes, como la minería. Para tantos otros sectores estos años no han tenido nada de "socialista", si se compara con las medidas que llegó a tomar en su tiempo Salvador Allende. Ni Ricardo Lagos, ni Michelle Bachelet llegan a la sombra de Allende, si se toma en cuenta que la medidas de real trascendencia no se tocaron. Se sabe de entrada que la popularidad de Bachelet es matizada, por los errores de gestión que se han visto, viendo como la cicatrización del pásado no avanza sustancialmente respecto al legado pinochetista, los problemas estructurales de Chile siguen siendo un lastre para este país tan largo y tan estrecho. Mientras que sigue siendo de interés expandir los intereses privados en esferas protegidas por las leyes, donde rigen estatutos indigenas aún vigentes. Sabiendo la trayectoria de Piñera, es de suponer que este mandato no va a ser de beneficio para el mundo mapuche, ni las capas sociales más rezagadas, que son las que menos se pueden bebeficiar de una política neoliberal impulsada ahora si a nivel nacional por parte del mismo ejecutivo. En temas internacionales es de esperar que el conflicto entre Bolivia y Chile frente a la salida al mar para Bolivia va a suscitar de nuevo un enfrentamiento, donde los bandos han cambiado algo, donde la cordillera de los Andes se han convertido en línea divisoria entre derecha e izquierda.

Finalmente parece ser que el tema de Honduras de a poco va tomando forma a medida que avanzan los días a la toma de posesión del presidente electo Profirio Lobo. Este personalmente se ha comprometido con el presidente dominicano Leonel Fernández, quien aseguró que recibiría a Zelaya y a su familia en República Dominicana en calidad de huéspedes. En cuanto a la modalidad de salida quedó claro que Lobo solo le ofrece un salvoconducto a Zelaya, en ningún caso se trataría de una amnistía, de los delitos que pesan sobre su persona en cuanto pise formalmente suelo hondureño. Esta solución que a priori lo parece, pero puede suponer una renuncia formal para Zelaya de algunos principios que han mantenido su lucha desde su deposición, el no reconocimiento formal del un gobierno nacido de unos comicios ilegales. Si Zelaya acepta este ofrecimiento, quiere decir tácitamente ha reconocido la situación existente. De hecho el mismo Lobo ha dicho que lo mejor para el pueblo hondureño más allá del conflicto mismo que ha sacudido el país en el último semestre, sería borrado por una amnistía general, tanto para los 18 cargos contra Zelaya, que nacen de entrada en una situación extralegal que podrían objetarse por lo mismo, y los delitos cometidos por los mismos golpistas. El mismo Micheletti de entrada podría pasar por el mundo entero rezando el bien que le hizo a la democracia hondureña, y en cambio si se queda en un mero salvoconducto para Zelaya y su círculo, este no queda eximido de los cargos en su contra.

Esta delicada situación legal del manadatario saliente supone ahora mismo casi un caso cerrado, pues la toma del poder de Lobo es la siguiente meta. En que medida serán capaces de impedir el reconocimiento internacional de esta dictablanda, y en que medida pueden tener un reconocimiento tácito por parte de algún organismo internacional. Lo que vamos a ver en el futuro será nada menos que el lento tránsito de un golpe de estado, pasando por una dictablanda hasta llegar al momento donde el orden es alterado por parte del pueblo mismo, para darle una nueva forma al poder corrompido de una junta militar. Esto es trabajo de años, décadas. Mientras habrá que ver que este procedimiento no se convierta en receta infalible para el imperio para eliminar de forma contundente a todo gobierno enemigo. Este precedente no debe de convertirse en doctrina, y ahora si porfín estamos viendo la verdadera cara de esta administración Obama que nació con ese aura celestial, para enfrentarse a la tarea moral que supone ser el presidente de los EE.UU., deber responder a las necesidades del complejo tecnológico-militar. De no hacerlo, puede que ya lo hubiesen apartado del poder hace rato.

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