sábado, 6 de junio de 2009

Obama: la política de apertura hacía América Latina o el reintegro de Cuba a la OEA

La administración Obama en estos días ha materializado un hecho de mayor relevancia. Ha accedido a una petición histórica, pendiente desde 1962. El 3 de junio de 2009 en la OEA reunida en San Pedro Sula, Honduras, ha levantado la suspensión al único miembro de la organización vetado desde la Cumbre de Punta del Este de 1962, Cuba. Por consenso unánime, incluyendo el voto de EE.UU. mediante la presencia de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, han normalizado sin condición alguna el reingreso de la isla antillana a la asamblea. El mismo Secretario General, Jose Miguel Insulza mencionaba la necesidad de levantar el embargo sobre Cuba. Remarcaba el carácter anacrónico de esa medida, a la vez que insistía de que no consideraba estas políticas apropiadas en ningún sentido. Con este hecho histórico Cuba esta de facto reintegrada a la comunidad internacional, quedando en pie las medidas restrictivas a raíz del embargo y de que EE.UU. es el único país que no tiene relaciones diplomáticas con la isla, desde que el recién ungido presidente salvadoreño, Mauricio Funes las volvió a reestablecer como primer medida de su gobierno que entró en funciones el 2 de junio.

El gobierno cubano por su lado se ha pronunciado de forma positiva de la medida, pero Fidel como Raúl Castro se han pronunciado contrarios a que Cuba efectivamente colabore con esta organización americana, que en tiempos de guerra fría era un instrumento más de EE.UU. para contener la propagación del comunismo en su hemisferio. La función ideológica de la denominada clausula democrática, que excluía a todo aquel gobierno declarado marxista-leninista, por romper la unidad regional, ha dejado de ser vigente. No por eso necesariamente se trataría de un borrón y cuenta nueva. Insulza ha logrado devolverle algo de autoridad moral, al no incurrir al discurso de tratar de antidemocráticos a aquellos gobiernos contrarios a EE.UU. Sobre todo en Bolivia, donde la democracia a agarrado un nuevo aire desde que Morales accediera a la presidencia en el 2006. También significativo es el rol de observador que ha jugado en diferentes referendos en Venezuela por ejemplo, o cuando no participó a los referendos autonómicos de la media luna boliviana, inconstitucionales sin lugar a duda.

EE.UU. también tuvo un cierto protagonismo en Próximo Oriente, pues la visita oficial a Egipto,y el discurso que dió en la Universidad de El Cairo, daban aires de una nueva era en las relaciones en esa zona. El conflicto israelo-palestino fue tocado sin vuelta ni eufemismo. Obama dió a entender que los asentamientos ilegales tienen que cesar, y que Palestina tiene que ser pronto una realidad, sobre todo insistiendo en la existencia de un gobierno viable, y también, unitario. Este comentario ha suscitado controversia en Israel mismo, pese a que Obama también mencionó los inquebrantables lazos históricos entre EE.UU. e Israel. Tratándose de un discurso y no de una medida efectiva, el gobierno de Netanyahu no debe temer represaria alguna, hasta que Clinton, la jefa de la diplomacia estadounidense quiera tomar una medida, lo cual seguramente será postergado en lo posible por el potente lobby judío en EE.UU. Sin lugar a dudas el tono ha cambiado sensiblemente por parte del gobierno estadounidense, ya no se incurre a la amenaza. De hecho es de tomar nota de la voluntad de Obama de retirar la mayor parte del contingente militar estacionado en Iraq para 2011. Estos no volverán a las casernas, pues serán empleados inmediatamente en el frente en Afganistán. Este frente no esta contemplado de retirarse curiosamente.

Estas concesiones no vienen de la nada. Son talvez el inicio de una lenta pero continua retirada de la presencia militar estadounidense, por razones puramente económicas. No les estan saliendo las cuentas, en momentos donde los fondos han dejado de ser tan abundantes, y con una economía en recesión. La principal industria, la automotriz estando en una profunda crisis,sobre todo con la estatalización de la GM. Esta empresa estrella, que incluso se llegó a decir, que lo que fuera bueno para la General Motors, sería bueno para EE.UU. Si eso se aplicara ahora mismo, esto quiería decir, que lo bueno para EE.UU. sería una política de estatalización. Esta palabra que despierta temores y se equipara con una humillación en la nación más potente del orden capitalista. Obama se defiende de las acusaciones de que es socialista, diciendo que esta medida es transitoria, y que no solo el control lo mantienen los empresarios, sino que será privatizada en cuanto se pueda, para volver a un orden económico capitalista. Esto se podría también denominar socialismo de crisis. Sin las componentes sociales, de forma transitoria,y con una cierta vergüenza implícita.

Cuando al parecer colapsan pilares de primer orden en este mundo neoliberal, algunos se aferran a unos ideales, que contrastan duramente con la realidad, que no es otra que el fracaso crónico del capitalismo, de crisis en crisis, unas pequeñas otras mayores, como la del 1929, del 1970 con la crisis del petróleo, y la del 2002 en Argentina y Uruguay. Tantas otras consideradas regionales, como la asiática tras el tsunami de 2004 o la crisis de 2001/2002 en Argentina y Uruguay. Al parecer son pasajeras, cuando lo cierto es que han producido a su paso más desigualdad y peores condiciones de cada vez más marginalizados de los beneficios producidos.

Estos son los factores necesarios para que EE.UU. sea capaz de aceptar a Cuba en la OEA. El declive del imperio se viene acercando. Es en estas etapas que surgen líderes nuevos, que intentan innovar sobre lo que subsiste del imperio económico y de sus influencias políticas. Obama tiene que lidiar con un "quiero cambiar el mundo" utópico en sus discursos con una limitación real, que es principalmente que muchas medidas tienen que ser ratificadas por el Congreso, y que muchos países tienen la diplomacia estadounidense en jaque por una oposición en bloque, nacida por la unilateralidad de la administración Bush.

Esto esta en proceso y pronto se viene el día en que Cuba se levante y haya desaparecido el embargo. Cuando esto suceda se desvelarán nuevas realidades, y el gobierno de Cuba tendrá que adaptarse a una mayor dinámica en ámbitos que le eran relegados desde el triunfo de la revolución. El desenlace real de estos cambios queda por verse enteramente, pues esto crea una incertidumbre al trastocar muchos aspectos de la economía isleña, que ha funcionado bien que mal en condiciones fuera de lo común. Muchas contradicciones que se han impuesto, como primero la circulación legal del dólar estadounidense, hasta ahora con el Peso común y el Peso CUC para los extranjeros. Esta dualidad tendría que ser revisada, a la vez que la dependencia hacía el turismo, el cual ha distorsionado la realidad social cubana en su totalidad, segregando a aquellos que tengan acceso a divisa extranjera, y quienes no. La cuestión de la posibilidad sin restricción para los cubanos para viajar tendrá que ser pronto una realidad. Nada puede justificar la vigencia de estas medidas propias de la era de los éxodos masivos de cubanos a EE.UU.

Por ambos lados falta mucho trabajo por cumplir, pero la supervivencia del régimen socialista es y será incuestionable. Mientras que los beneficios que traen sus políticas sigan funcionado, y no se pierda el vínculo entre la revolución y el pueblo, la senda del socialismo del siglo XXI se convertirá en una realidad en este bastión antiimperialista en América Latina.

Hasta la victoria siempre
Venceremos

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