jueves, 16 de abril de 2009

Visita oficial de Obama a México o el administrador general en casa

Todos los mandatarios americanos están ante la gran cumbre de Trinidad de mañana. Unos pertenecientes al ALBA estarán en Cumana discutiendo el gran proyecto de la moneda común suraméricana, otros como el presidente de EE.UU. se encuentra en estos momentos en la Ciudad de México en visita oficial. Es de mencionar que el marco de esta visita a México tiene tintes realmente preocupantes, si se toma en cuenta la agenda que lleva Obama. No solo ha mandado militarizar y sellar de todo tránsito barrios enteros, como Polanco, en la Cd de México, sino que además la discusión es bastante unilateral de Obama al "presidente constitucional" Felipe Calderón. 

Se hablará sobre todo del eterno tema del acuerdo migratorio, de la seguridad fronteriza como también del TLCAN, donde siempre es necesario ampliar la cooperación y la seguridad común de los dos países. En realidad parece ser que más que América latina en su conjunto, México es el patio trasero de EE.UU. en todos los sentidos. No es tanto lo que implica para la misma población mexicana, sino la seguridad interior de EE.UU. que se ve afectada por la regresión del estado de derecho y de la gobernabilidad del país. Es un hecho que los carteles estan más poderosos en México que nunca. Si bien hay cantidad de incautaciones, como de detenciones de personas ligadas al narcotráfico como a la venta ilegal de armas, esto no es lo relevante, pues se sabe que por alguna razón toda la cocaína producida en Colombia, Perú y Bolivia , llega al mercado estadounidense, donde es consumida. Si la cuestión de libre comercio fuese realmente aplicada a este comercio, probablemente México sería el puerto de intercambio de mercancia entre Suramérica y EE.UU. Lo que Obama si puede exigir es un grado de apertura al mercado mexicano para los productos estadounidenses, como también de la instalación de filiales de empresas estadounidenses en territorio mexicano en detrimento del comercio nacional, si no se habla incluso de perjudicar aún más la industria incipiente que se ha resisitido a los 15 años de la existencia del TLCAN/NAFTA (Tratado de Libre Comerioc en América del Norte/North American Free Trade Agreement). 

Esta es la primera escala de Obama en América latina. Al igual que Mc Cain en su gira como candidato presidencial, que fue primero a México  después a Colombia, Obama no será el mandatario que cambiará este rumbo. De hecho estos temas arriba mencionados son tan recurrentes, al desde el sexenio de Fox que se habla de lo mismo. Y sin embargo nada se ha avanzado en la protección de los mexicanos en lo que antiguamente fue territorio nuestro, donde hoy son inmigrantes ilegales en algunos casos y en otros legalizados. Cuando la economía estadounidense estaba bien encaminada las remesas de EE.UU. eran pilar básico en los ingresos del país. Ahora que la crisis ha entrado en el norte, han dejado de venir este dinero tan necesaira , e incluso estan volviendo algunos emigrantes del otro lado. Esto solo puede preocupar a Obama quien es consciente que la terrible dependencia de México en el plano comercial, llegando al 80% de la exportaciones y un número muy similar de las importaciones. Esto quiere decir que si  a México le va mal, esto es un lastre a la ya afectada economía estadounidense. A efectos prácticos se puede hablar de que México esta incorporada no solo en el plano económico, sino en el plano de seguridad interior, y a cuestiones políticas a EE.UU. No fue necesario llegar a la invasión. Ahora esto es el soft power. No los vamos a invadir con tropas, sino con dólares, como si fuesen agentes secretos que se van apoderando de los sectores claves de la economía correspondiente. En este caso es el petróleo. No es coincidencia la crisis de Pemex que hubo en el sexenio calderonista. En ese sentido el presidente legítimo de México, Andres Manuel López Obrador, (AMLO) ha enviado una carta personal al presidente Obama, dejando en claro como la estrategia de medidas unilaterales no puede ser beneficiosa ni para EE.UU. ni para México. Y tiene mucha razón en lo que dice, pues es un hecho que no se pueden frenar los flujos migratorios por más muros que se construyan. No lo han logrado en Europa, ni menos lo van a lograr en EE.UU. Quisieron despojarnos de nuestra tierra y lo consiguieron con la fuerza de las armas. Ahora se quieren deshacer de los mexicanos en su propia tierra. Eso les va a costar mucho más. Ellos dependen también de la mano de obra mexicana, sobre todo en el estado de California, donde son un  tercio de la población. Si acaso se creyeron elejidos para hacer y deshacer a su antojo, se equivocaron. 

Este es  la suerte de México, tan lejos de Dios y tan cerca de EE.UU. No es coincidencia de más allá de la frontera sur, con Guatemala y Belize, ya se ha consolidado una unión alternativa que esta demostrando cada vez más autonomía, y posiblemente a largo plazo sepa desvincularse más temprano que tarde del buque en pleno hundimiento que es la economía estadounidense. Siendo tan grande y poblado, México esta aún condenado a ser tratado como patio trasero directo del gringo. Ellos ya administran las aguas del Río Bravo, como también nos imponen visados.  En 2006 hubo el ya conocido fraude electoral, que nos despojó de tener un presidente de izquierda. Esto no nos fue permitido por el norte, y por ello ahora se tiene que aguantar por unos años más el sexenio calderonista, que pese a que por cuestión de tiempo ahora maneja los asuntos del estado, nunca llegará a la diginidad de un mandatario electo por su pueblo. Esta es la suerte que nos tocó, o simplemente quizás es la desdicha de tener recursos estratégicos para el norte.

Solo es una etapa de Obama en su feudo. Después se trasladará a Puerto Príncipe donde queda por verse en que clima lo  recibirá la comunidad de mandatarios latinoamericanos. Ahí si que tiene pocos amigos.Pero eso ya se tratará en su debido momento. Por lo pronto Obama habrá llegado en la capital mexicana. Ojala y lo reciban debidamente con la protesta necesaria por parte de la población. ¡Bienvenido a México, señor Obama!

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