Todo cambio de gabinete en regímenes cuestionados por la comunidad internacional suelen ser trascendentes en las noticias del mundo. De esa forma es que Raúl Castro, presidente de Cuba ha decidido sustituir un puesto clave de todo gobierno, el del ministro de relaciones exteriores, Felipe Pérez Roque. Su pasado protagonismo en tiempos de Fidel en la presidencia le daba un aura que según analistas internacionales lo haría como sucesor natural en caso de relevo de Raúl Castro. Esto se puede descartar definitivamente al ser apartado de su cartera ministerial y sustituido por el viceministro de relaciones esteriores, Bruno Rodríguez. A su vez Carlos Lage es destituido como secretario general del consejo de Estado, pues este puesto ha sido eliminado en una reestructuración del gobierno cubano, tendiendo a reducir los puestos y desburocratizarlo. Eso si sigue siendo Vicepresidente del Consejo de Estado. En puestos de economía ha decidio poner a generales, pues es sabido también que la economía cubana es manejada en su gran mayoría por ejército, el cual estaba previamente manejado a su vez por el entonces ministro de defensa actual presidente en funciones.
Lo relevante en estos cambios es ante todo una renovación de la cúpula. Pérez Roque era hasta ahora la cara al exterior más pragmática, lo cual en tiempos de presidencia de Fidel en su último mandato fue interpretado como un posible sucesor en caso de que Fidel ya no estuviese en el poder. Con la transición consumida por Raúl y el pasaje a lo privado por Fidel, quien solo sigue siendo el primer secretario del PCC (Partido Comunista de Cuba), sin ejercerlo en la práctica, pues el segundo secretario es Raúl. La expectativa de este nuevo ministro de relaciones exteriores es grande, en una nueva administración estadodunidense, donde la secretaria de estado, Hillary Clinton ha demostrado un moderado nivel de apertura, al aceptar hasta cierto grado una apertura en la posibilidad de traslado de familiares separados por el estrecho de Florida. No ha mencionado aún la cuestión del embargo abiertamente, aunque el nuevo aire que fluye desde que Cuba ha sido incoroporada en el Grupo de Río, por lo tanto en el concierto internacional latinoamericano. Además la afluencia de presidentes latinoamericanos, con la última visita del presidente dominicano Leonel Fernández a Cuba, el país sale del aislamiento del cual padecía tan solo hace pocos años.
Las especulaciones acerca de las relaciones entre La Habana y Caracas han sido puestos en la red, pues la constelación de los cercanos a Fidel están siendo apartados, para ser sustituidos por otros más cercanos a Raúl. No es tampoco tan extremo como algunos columnistas y corresponsales escriben, de que Fidel ya es el "ancianito" apartado de todo el poder. De hecho no tiene más poder, más que el poder moral que le confiere el ser el líder de la revolución. Fidel sigue tan solo su lucha como perteneciente al cuarto poder, lo cual no es poca cosa, cuando su nombre es tan conocido en el mundo como en el ámbito de la izquierda a nivel mundial.
Raúl Castro es conciente de que siendo ahora él presidente, su poder tiene que ser respetado más allá de la sombra de Fidel. Lo que algunos ven como purga, otros podrán verlo como un simple cambio de gabinete. La divergencias dentro del PCC son evidentes, y ante todo en la actualidad, donde todo el modelo socialista cubano esta siendo revisado desde sus fundamentos, los pragmáticos "talibanes" se estan alejando de la vertiente mayoritaria del partido, al igual que los fidelistas más leales tales como Lage o Pérez Roque. Más que cambios ministeriales lo que Cuba necesita es una mejora en la economía, la cual padece problemas estructurales importantes. Gran parte de las tierras fértiles no están siendo cultivadas, la dependencia exterior de energía fosil como de alimentos de primera necesidad han puesto en entredicho su autonomía alimenticia, y la estructura de poder necesita un relevo generacional, pues si bien las nuevas generaciones de cubanos no conocieron la revolución en carne propia, si ven que sus representantes son de edad avanzada.
Cuba necesita reformarse desde dentro, sin con ello perder ni los principios ni los logros de la misma. En ese sentido es más que positivo que haya cambios internos, y relajación de medidas anticapitalistas, pues la supervivencia del régimen depende de su flexibilidad para adaptarse a los nuevos entornos económicos. Con ello creo que una crítica constructiva es más sana que la destructiva. No es pecado constatar deficiencias, y no pone en entredicho la fe en el socialismo ni la legitimidad del régimen constantemente considerado por la derecha como dictatorial. Esta isla fue capaz de resistir a casi cinco décadas de embargo comercial y a muchas administraciones estadounidenses. Ahora esta integrada en un concierto latinoamericano, que a diferencia de décadas anteriores es más izquierda que derecha. Con esa constatación las condiciones previas para las plena normalización de las relaciones internacionales de la revolución es posible, sobre todo viendo la afluencia de visitas oficiales a la isla desde la presidencia de Raúl. La revolución seguirá adelante y sabrá superar este y muchos otros obstáculos que se le presenten en el futuro con la misma dignidad como en el pasado.
Hasta la victoria siempre
Patria o Muerte
Venceremos.
miércoles, 4 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario