jueves, 12 de abril de 2012

Diancounda Traore nombrado presidente interino malí o la independencia del Estado de Azawad


La crisis política de Mali parece tomar un curso nuevo desde hoy.  Los militares accedieron a la negociación a cambio de una amnistía para sus participantes. El martes 12 de abril se ungió un presidente interino en la persona del presidente del parlamento malí Diancounda Traore. El pacto alcanzado entre la junta militar, la Comisión Nacional para la Restauración de la Democracia y el Estado (CNRDE)  liderada por el capitán general Amadou Sanogo y la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental) que actualmente es presidida por el presidente marfileño Allassane Ouattara.  Tras la dimisión del ahora ex presidente Amadou Toumani Touré el político cuasi unánime, la junta cedió y volvió a instaurar formalmente  la constitución en el país.

Sin embargo este hecho no puede dejar de vista la problemática del norte de Mali. Esta zona desértica de Timbuctú, donde prolifera el contrabando de armas entre el Níger, Argelia y Mauritania. Es también la zona geográfica que se ha escindido formalmente mediante la declaración unilateral de la independencia del Estado de Azawad  el 6 de abril, basándose en la carta magna de las Naciones Unidas . No obstante no se han definido en cuanto a su territorio reclamado. Tampoco han recibido reconocimiento alguno desde el extranjero. En el terreno sin embargo han tomado ciudades como Gao, Kidal y Tombuctú. Estas ciudades habían permanecido antes del golpe del 21 de marzo en la autoridad central de Bamako, pero con el caos provocado cayeron en manos del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA). Su administración de facto se escapa totalmente a Bamako. El país realmente gobernado se reduce a la zona alrededor del río Níger.

El gobierno interino de Diancounda Traore tendrá varios objetivos prioritarios en su agenda.  En primer lugar organizar las elecciones presidenciales previstas constitucionalmente en un plazo de cuarenta días. Luego es el de recuperar el control sobre su territorio nacional. A primera vista este segundo objetivo tendría que parecer posible, pero en Mali esto supone tomar medidas contra una realidad que es patente y constituye hoy un status quo. Las zonas desérticas del norte de Mali son y permanecen ingobernables. Los grupos armados que operan en los distritos de Timbuctú, Gao y Kidal no sólo desconocen actualmente su pertenencia a Mali y sino que se han proclamado independentes recientemente. Esto querría decir que la nación malí estaría fácticamente dividida, al menos que el nuevo gobierno logre su propósito de recuperar estas zonas.  

La crisis política de Mali demuestra una vez más el fracaso del modelo de estado implementado en las independencias políticas de las ex metrópolis europeas. Se trazaron fronteras en el Congreso de Berlín de 1885, que determinaron a su vez los estados independientes. Visto desde esta perspectiva los actuales desenlaces no sería más que la confirmación de una evidencia, de que en muchos casos las nacionalidades no son el reflejo del tejido de comunidades in situ, sino todo el contrario, que estas agrupaciones culturales traspasan las fronteras internacionales impuestas por las ex potencias coloniales.

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