martes, 3 de marzo de 2009

El fin del mercado único europeo o el levantamiento de los pueblos europeos contra los gobernantes usureros

Europa se convulsiona ante la crisis financiera persistente. Ante la creciente debilidad del sistema financiero global las fisuras del mercado único europeo quedan en evidencia. Sobre todo en las dos zonas de recesión actuales, los países bálticos e Irlanda. En el caso de los países bálticos el desplome de sus economías, sobre todo en Letonia ponen en entredicho la consolidación europea como tal. En Irlanda, país que ya llamó la atención cuando rechazó el tratado de Lisboa en un referendum, ahora se hunde con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Con la caída de los precios de las viviendas y el paro de la construcción, los resultados son una recesión absoluta, que ha llevado a gran parte de los sectores económicos a la calle en contra del gobierno de Brian Cowen. 

El problema principal es ante  todo la falta de liquidez en todo el este de Europa, países ingresados en 2004 en un clima aún benigno económicamente. Ahora que se ha gastado gran parte de los dineros prestados por Italia y Austria, las respectivas bancas se ven en apuros económicos graves. La poca eficacia de los programas de estructuración de dichos países candidatos en momentos de dificultad demuestra la falta de perspectiva o incluso la omisión de reformas necesarias para la incorporación plena en el mercado único europeo. En momentos donde el Reino Unido se está hundiendo a su vez en una crisis financiera  esto supone un lastre para todo el resto de Europa. El país mejor parado en este momento sigue siendo Alemania, que con una industria muy desarrollada y basada más en la exportación que en el consumo doméstico, tiene las mejores condiciones de crédito, lo cual de nuevo se debe en parte a que ha sido y es la economía principal de la Unión Europea. Si entrara en ella un proteccionismo hacia el este donde ha acaparado los mercados, la misma idea de un mercado único esta siendo cada vez más cuestionada. Tan solo de pequeños países periféricos como Malta o Chipre no se tiene aún constancia de dificultades serias, pero de hecho son dos economías bastante sólidas y con un sistema financiero consolidado. 

En la actualidad hay dos nuevos ingresos en el sistema del euro, siendo Eslovaquia y Eslovenia, dos países relativamente poco poblados. Eslovaquia apostó a la industria automotriz, que es la rama más afectada en todo Europa. Esto pone en duda la viabilidad de este país escindido de la antigua Checoslovaquia. Eslovenia como la parte más desarrollada de la ex-Yugoslavia no supone por su lado mayor arrastre. La industria automotriz es el caso más enigmático, pues dos grandes empresas, la sueca Saab y la alemana Opel estan en serias dificultades. Saab ha recurrido a ayuda estatal, la cual le ha sido rechazada, considerando que las pérdidas son producto de la matriz General Motors, ella misma en peligro de existencia. Habiendose declarado insolvente su bancarrota es inminente. Opel si tiene más probabilidad de recibir ayuda, aunque esta no sera a fondo perdido, pues si acaso, el estado alemán solo prestará dinero, reembolsado en mejores tiempos. En el caso de Saab solo son 4000 empleados, pero con Opel es una rama importante de Alemania que esta afectada. De hecho lo que actualmente predomina es el número de despedidos que hay en todos los países. Entre Irlanda hasta Grecia, la situación laboral esta peor que nunca, la continuidad del empleo siendo precaria, y el reingreso a otra rama de la economía más dificil que nunca.  La situación es poco esperanzadora, pues la creciente pauperización de la población en general ha conllevado a que el asistencialismo es en algunos casos la única salida antes del desempleo sin remuneración. En un contexto donde el grado de endeudamiento es muy elevado y el pago de esta deuda como la del servicio de deuda ha aumentado la morosidad de los créditos, creando una avalancha, donde para los gobiernos no queda apenas margen de maniobra. Los levantamientos populares ya se estan dando en la periferia de Europa, en concreto en el ultramar francés, en las islas de Guadalupe y Martinica. En Irlanda hay motines, como también en Islandia. El deterioro de los intercambios internacionales esta llegando hasta las últimas consecuencias. Afecta a todos los elementos de la cadena, desde los puertos, hasta la distribución. 

Las burbujas especulativas estallan una tras otra, evidenciando la debil estructura que sustentaba el crecimiento anterior. Los que mejor parados estan aqui son los empresarios, que en la anterioridad estaban apuntados por sus altísimos beneficios personales, que ahora ven que una redistribución tan desigual no es sin consecuencias. Una pauperización tan aguda necesariamente lleva a una tensión social, que en algunos casos se traduce en la mendicidad, siendo un efecto marginal normal en cualquier capitalismo. Cuando la marginalidad se vuelva general, vendrán los levantamientos simultáneos en varios países, como lo vimos en Grecia en diciembre 2008. Este escenario se repetirá y quizá hasta se creará una solidaridad entre los diferentes pueblos de Europa. En todo caso nada volverá al status quo ante. Si Europa demostraba una mejor repartición, manteniendo una clase media digna, esto esta desapareciendo, por lo que estamos viendo un proceso similar al de Argentina y Uruguay en 2001 y 2002, con las imágenes de los saqueos de los supermercados y la represión de las fuerzas policiales incapaces de mantener el orden público. Hay que prepararse a un año sumamente  tenso, lleno de expectativa entorno a donde se traslada el derrumbe de la economía de mercado. Esto puede ser el comienzo del fin del mercado único europeo y también de la desaparición del euro como moneda única. El caos que surga será el germen de un nuevo orden, donde el linchamiento de las clases pudientes sera la regla más que la excepción. Esto puede desbaratar la unidad política y económica de este continente que quería imponenerse como hegemonía. Aunque visto desde esta perspectiva, ni Japón ni EE.UU. sabrán recuperarse tan rapidamente de esta crisis global. 

Finalmente cuando el edificio se haya derrumbado del todo, se verá la oportunidad histórica para constuir algo nuevo, más justo y menos desigual. Esto puede ser el detonante de una reorientación de los principales ejes económicos mundiales. Es de suponer que cuanto menos se sea dependiente de la economía europea y/o estadounidense, mejor se quedará parado. Y es entonces que quedarán las economías más sólidas en el plano de lo real, más allá de las cifras teóricas. Vendrán nuevas corrientes migratorias, donde no sería raro ver como una avalancha de europeos sea expulsada a su país de origen, y donde las barreras que hoy se ponen a los extracomunitarios, sea a la inversa, mejor ser extracomunitario, que ser comunitario. Se vienen cambios importantes, relevantes e irreversibles. Se recordará el bienio 2008-2009 como el momento de cambio de tendencia general. Ojalá que hallamos aprendido algo del pasado y no volvamos a repetir los mismos errores de nuevos. Talvez si existe la memoria histórica....

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