martes, 21 de octubre de 2008

Socialismo de crisis o la lenta decadencia del modelo neoliberal

El mundo está de cabeza. Mientras que los próceres de la economía de mercado están nacionalizando a marcha apresurada sus bancos y empresas en quiebra, en México se sigue discutiendo acerca de la privatización de Pemex. Al parecer Felipe Calderón no lee la prensa o no quiere saber que en los antiguos sanctuarios del neoliberalismo hay una crisis profunda de valores, ya no morales ni éticos, pues estos brillan por su ausencia, sino más bien de valores reales. Tan reales que nadie se salva del tsunami en el sector financiero.

Ya no es el nuevo rico, sino el nuevo pobre. Gente que se ha hecho una base para vivir la vida sin problemas materiales y que ahora se encuentra con que esos millones se han esfumado de la noche al día, y ya nada parece funcionar como antes. Se terminaron los tiempos donde se podía pecar de arrogancia y soberbia, clamando que ante todo no haya intervención estatal alguna en la economía. No hace tanto que los gobiernos decían que no estaba en la posibilidad de ayudar a ningún sector, por más necesidato que fuera. Es más, la misma palabra nacionalizar, estatizar, era sinónimo de herejes, comunistas, pecadores del sacrosanto principio de la economía de mercado. Entre ellos, Hugo Chávez y Evo Morales, que en su momento tuvieron que escuchar cada cosa por su actuación. La reciente nacionalización de diversos sectores de la economía venezolana, del cemento, de la banco de Venezuela, ya estaba dando la pauta de que tarde o temprano iba a venir un cambio rotundo en las relaciones económicas internacionales. Y no ha pasado ni medio año, y de pronto todo mundo se vió en la situación de pasar a un socialismo de crisis. Es como si a algunos gobiernos y economistas les diera verguenza e intentaran obviar el termino de economía asistida. Pero tan grande es el abismo entre lo dicho y lo hecho, que los que más pregonizaban las bonanzas de la privatización, en su casa aplicaban la receta contraria. Mientras que en los países tutelados del denominado tercer mundo su aplicación a raja tabla provocaba daños irreversibles a la economía popular. Cabe recordar cuando el agua de Cochabamba fue privatizada, se armó una insurrección y finalmente Suez Vivendi tuvo que retirarse de ahí de una forma muy penosa.

En pocas semanas se reunirán en Nueva York los países miembros del G8 como del G5, grupo formado por las economías periféricas entre las cuales también figura México. Será interesante analizar lo que les propondrá el presidente francés Nicolas Sarkozy, quien es el que formuló en la última sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la idea de refundar un nuevo capitalismo. El misterio acerca de las nuevas reglas de juego siguen en el aire, mientras que cada quien intenta salvar lo que puede del desastre.

Un caso ejemplar de un país que era el modelo estrella, y que ahora se encuentra con que fue un sueño, es Islandia. Este país tan escasamente poblado, era conocido por ser pionero en cuestión de riqueza, sus 300 000 habitantes eran los más pudientes, y todo se basaba en un único pilar que el sector bancario. El paraíso fiscal funcionaba de maravilla cuando aún se podía vivir bien de la especulación. Los grandes inversores preferían poner sus nada modestos beneficios en aquellos sitios donde hubiese secreto bancario, como Suiza, Liechtenstein, Andorra,Gibraltar, Luxemburgo o Islandia. Nadie les iba a pedir explicaciones del origen del mismo, y no se les cobraba tampoco comisión alguna. Ahora el país entero está en quiebra y tiene que pedir un préstamo millonario a quien sea necesario, en este caso Rusia. Todo este modelo se ha venido abajo con la creciente extrapolación de los especuladores, que perdiendo todo sentido común se metían en negocios cada vez más riesgosos. A la larga se fue acumulando deuda sobre deuda, que era sabido de antemano que nunca sería devuelta, por el perfil mismo de quien se endeudaba. Pero eso no tenía mayor relevancia, ya que en caso de duda el riesgo era compartido y cualquier acción se podía maquillar con certificados de Standart´s & Poor que convertía basura en oro con su solo sello.

Ahora parece ser que la razón ha vuelto a imperar en el mundo, de forma que de pronto la misma circunstancia obliga a bajar el consumo, la producción masiva autos, la construcción desenfrenada de casas, y el dinero ha dejado de circular con la facilidad de antes. ¿Hemos vuelto al satus quo ante? En parte si, pues la moral y los valores neoliberales ya no venden como antes,...... al menos en el resto del mundo fuera de México. Ya llegará la hora de la verdad. Y hasta el mismo Carlos Slim tendrá que ingeniarselas para no perder con la misma facilidad la fortuna que ha amasado. Tampoco Muriño podrá seguir saceando a Pemex porque en tiempos de crisis habrá recortes en todos los niveles, incluso en las cúpulas.


Habrá que estar listos para cuando venga la hora de derrocar de una vez por todas este mal endémico que es la especulación y la economía de mercado. Será la hora de los oprimidos, y para ello no habrá lugar a dudas. Vayamos preparando la tierra sobre la que nacera un modelo alternativo.

Ahora o nunca
¡Hasta la victoria siempre!
Venceremos.

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