jueves, 23 de octubre de 2008

Fin de la crisis institucional en Bolivia y el referendum para enero 2009.

La crisis institucional de Bolivia está cada día más cerca de resolverse. Finalmente el diálogo ha vencido sobre la confrontación abierta, aunque siga habiendo todavía algunas resistencias por parte de la oposición en especial en Santa Cruz, provincia gobernada por el prefecto Ruben Costas. Por lo pronto se ha logrado fijar una fecha para la celebración del referendo para el 25 de enero con la aprobación de la mayoría de los partidos presentes en el Congreso boliviano. Para lograr este acuerdo el presidente Evo Morales ha cedido en el tema polémico de la reelección, quedando reducido a una sola posibilidad de renovar su mandato presidencial en 2009. También las autonomías obtuvieron concesiones importantes, lo cual ha dado paso a que consideren que este cambio constitucional es democrático y respeta el estado de derecho desde su punto de vista. Se prevee que para el día del 25 de enero se consulte a la población dos cuestiones, por un lado la ratificación o no de la nueva carta magna del estado boliviano, y por otro lado la aprobación de la expropiación de los latifundios, determinando el área máxima que pueden tener los propietarios en cuestión. Aquí es un tema importante, pues gran parte de la tierras fértiles del país se encuentran concentradas en pocas manos, lo cual lleva necesariamente al fenómeno de tierras extensas en desuso, mientras que mucha población campesina carece de tierra alguna que cultivar.

Es realmente un logro esto, viendo en retrospectiva las tensiones que han convulsionado repetidas veces al país andino desde que el primer presidente indígena ascendió a la presidencia de Bolivia. La madurez que alcancaría la democracia en Bolivia sería un referente en todo el continente, donde el enfrentamiento entre las oligarquías y los gobiernos de izquierda electos recientemente, ha suscitado una escalación de la violencia, llegando incluso a motines y muertos productos de enfrentamientos armados de grupos de extrema derecha y grupos indígenas. Tomando en cuenta que recientemente en Ecuador el referendum sobre la nueva carta magna aprobó con amplia mayoría la nueva consitución, a pesar de la resistencia de la Iglesia y de partidos tradicionales de derecha, da a creer que es posible que a corto plazo las medidas que quiere implantar el gobierno de Evo Morales se vuelvan una realidad, como la renta dignidad y la repartición de tierra improductivas de antiguos latifundios expropiados.

Este reciente desarrollo en toda nuestra América latina no está excento de polémica, acerca de que forma se puede superar las abismales diferencias existentes entre los que más poseen y los más desposeidos. La Organización de Estados Americanos (OEA) ha demostrado estar a la altura histórica, a pesar de ser producto de una intencionalidad de aislar la revolución cubana, la cual fue el único país que no perteneció a ella en su creación. Un gesto muy significativo para superar este cisma consituiría que Cuba fuera incorporada, aunque fuera tardío, pues demostraría su imparcialidad frente a cuestiones de índole ideológica. De todas formas queda patente que Cuba ya no se encuentra sola en el frente de lucha antiimperialista, pues junto con Bolivia, Ecuador y Venezuela, y Nicaragüa, en el ALBA, Alternativa Bolivariana para los pueblos de nuestra América, están logrando unir un frente común frente a los intentos de EE.UU por recuperar el control económico y político del continente americano. De a poco solo quedarán pocos países realmente sumisos a la voluntad de Washington, como lo son el Perú y Colombia. Con la crisis del sistema neoliberal y las más recientes nacionalizaciones de sectores privatizados, los fuertes cimientos están cediendo, a tal forma que no solo los capitalistas están perdiendo sectores en Argentina, donde se ha renacionalizado la aerolinea nacional, y también las pensiones, sino los yacimientos petrolíferos y gasíferos de importantes países como Ecuador o Bolivia y Venezuela.

Con los postulados neoliberales en plena decadencia, dificilmente se podrán mantener mucho tiempo más especulando sobre valores que son de índole estatal, llevandose a su paso los beneficios que deberían ser reinvertidos en el país de origen, en vez de terminar en los paraísos fiscales. Los días estan contados para los buitres capitalistas, sea cual sea su origen. La actual crisis financiera es el momento ideal para accelerar su expulsión, cuando los fundamentos ideológicos están por renovarse en una cumbre que se hará el 15 de noviembre en Nueva York, reuniendo al G8 y el G5. Es dudoso que salga algo concreto de ello, pues mientras que algunos, como Bush, presidente saliente de EE.UU o el presidente de la Unión Europea (UE) Barroso son contrarios a cambiar nada en los postulados surgidos de Bretton-Woods, Sarkozy parece ser partidario de un sistema menos rígido al hablar de la participación estatal y su capacidad de intervención en la economía. La debilidad y falta de unidad a la hora de determinar la salida a la difícil conyunctura actual es un hecho importante, pues hasta ahora nunca antes habían tenido divergencias algunas, sino al contrario, sabían muy bien que el doble discurso era lo más cómodo, al tratar al primer mundo con las acostumbradas subvenciones, que a su vez eran prohibidas y podían consituir un motivo de guerra económica, a quien la aplicara sin ser parte del club de los privilegiados. Ya son muchos los casos donde ellos mismos se comienzan a contradecir, nacionalización de bancas en dificultad en el Reino Unido e intervenciones de emergencia en empresas dedicadas a la pura especulación inmobilaria, en EE.UU. Habrá que estar atentos a lo que succeda en Nueva York, porque será de relevancia para el mundo globalizado en su conjunto, incluyendo a las periferias aún sumisas a sus leyes de mercado.

En definitiva vamos a ser testigos de importantes cambios, en muchos aspectos, y todos necesariamente encaminados al derrocamiento del orden actual del mundo. En ello la implicación en procesos de refundación de estados por parte de los pueblos sometidos, es elemental. El poder reside en el pueblo, y el es el responsable en delegar este en gobernantes acordes a sus aspiraciones y necesidades inherentes. Por ello hay que avanzar de forma que este postulado no se quede en el papel, sino que sea una realidad. En América latina por supuesto, pero también en los pueblos africanos, igualmente víctimas de un pasado avasallador, donde lo único que se quedaba en el país era la miseria y la pobreza absoluta. A pesar de la ignorancia general acerca de este gran continente tan grande y complejo, esto no debe de ser un obstáculo para el acercamiento de los pueblos sometidos, y en consecuencia una alianza que podría dar el golpe de gracia a un capitalismo decadente y obsoleto.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE
VENCEREMOS

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