martes, 10 de enero de 2012

La gira latinoamericana de Mahmoud Ahmadinejad o el declive de la diplomacia ee.uu. en su antepatio histórico


La gira  de Mahmoud Ahmadinejad por América Latina en todo caso habrá tenido su efecto mediático. El presidente iraní está de visita en la región donde irá a Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Cuba. El evidente interés geoestratégico que conlleva no sería menor, si no lo confirmaran las cancillerías occidentales y estadounidenses, las cuales ejercieron presiones poco indirectas a los países anfitriones. En declaraciones recientes de parte de la portavoz del Departamento de Estado Victoria Nuland a los países anfitriones  “que hagan todo lo que sea posible para recordarle al régimen iraní de que el camino que han tomado en su diálogo nuclear con la comunidad internacional es erróneo".

La prensa occidental por su lado se ha empeñado a recalcar la aparente soledad del gobernante persa, como de etiquetar a sus aliados como dictadores incapaces de provocar cualquier inflexión a las fuertes presiones, a las que es sometido el régimen islámico, cuando pesa una amenaza de embargo de compra-venta de petróleo iraní por parte de la Unión Europea en vista, a la vez que la administración Obama tiene planeado pasos muy similares. En tiempos donde acechan aires de intervención militar predeterminada por parte de las principales naciones de la mal llamada “comunidad internacional” una interrupción tan drástica, provocaría un choque petrolero, ésta vez impulsado por los occidentales mismos. Para la economía iraní misma sería a su vez catastrófico, al depender en gran medida de la venta de crudo, para llegar a divisas esenciales a su subsistencia. Debido a una acumulación paulatina de sanciones vigentes contra la economía iraní, muchas materias primas están extremadamente encarecidas. Un veto contra el Banco central de Irán por parte de EE.UU. y otras naciones europeas ya parece estar provocando una caída del curso del rial iraní, que oficialmente estaría a 11,.000 riales un dólar, pero que en la calle se está dando incluso a 17.000.

Pese a que Dilma Roussef no dio continuidad a la posición privilegiada con Teherán como en los tiempos de Lula da Silva, a efectos comerciales y estratégicos hay muchos convenios firmados entre ambas naciones, además de un franco incremento del comercio irano-brasileño. El círculo más íntimo de los aliados de Irán es sin duda el ALBA, y en primer lugar la alianza con Venezuela. Aunque esta alianza pueda incluso parecer contranatura, pues un régimen socialista por ende ateísta, se alía con uno islámico. Son más las diferencias que existen entre Chávez y Ahmadinejad que las similitudes, y sin embargo ambos son lugartenientes de una importante reserva de hidrocarburos y ambos tienen una cierta enemistad con Washington.

Es en este contexto que se deben de ver las posiciones de los periódicos occidentales, los cuales incapaces de admitir la más mínima grieta en su certitud sobre la voluntad de Irán de armarse, en momentos como estos,  imposibilitados de callar tanto al iraní, como impedir la visita misma, demuestran su impotencia presionando al huésped. Estos tintes de guerra fría no dejan de remitirnos a los tiempos más obscuros, cuando los EE.UU. derribaron a un avión comercial iraní en la cercanía del estrecho de Ormuz al parecer “por accidente” en el año 1988.

Los críticos de Irán están ahora mismo en un momento de gran incertidumbre, a la vez que las recientes fricciones debido a los ejercicios militares iraníes en Ormuz dan fe de que cada vez menos se está descartando la posibilidad de un enfrentamiento armado entre Irán y EE.UU. ¿Será la administración Obama capaz de sacar un nuevo frente militar antes de pretender relegirse? Lo que se puede constatar es mucha tensión y poco diálogo. Sin tener tampoco un argumento plenamente válido occidente acusa a Irán de querer acceder a la bomba atómica sin mucho éxito, pues hasta no poder demostrar de forma plausible la carrera armamentística iraní, no se puede tampoco prohibir algo que de forma civil y pacífico no estaría prohibido según el Tratado de No Proliferación.

Aquí se trata de mucho más que de mero derecho internacional y de su cumplimiento. Se está buscando un pretexto para llevar la  situación al máximo de tensión, tanto con Irán como desde siempre con la izquierda progresista, y efectivamente se está injiriendo en asunto internos de estos países en pos de la seguridad propia, dejando en entredicho todo estado de derecho. ¿O acaso Londres Washington o París serían generalmente muy abiertos a recibir consejos de sus otros países al respecto de quien debería o no recibir en su propia casa?
Ahora con la toma de posesión del tercer mandato presidencial de Daniel Ortega previsto en breves días, asistirá a su vez el presidente iraní. Habrá que ver como esto podrá mejorar las relaciones de Irán, y al menos habrá sido un paseo que no habrá pasado desapercibido para Mahmoud Ahmadinejad.  

No hay comentarios: