miércoles, 14 de julio de 2010

El buque "Al Amal" con ayuda humanitaria para Gaza que nunca atracó en Gaza o la debilidad persistente del mundo (pan)árabe frente al pequeño satanás

Todo indicaba que el enfrentamiento sería inevitable entre la marina israelí y el buque moldavo dirigido a la Franja de Gaza. Dicho buque de propiedad griega, pabellón moldavo y capitán cubano, fue alquilado por la ONG islámica "Caridad Internacional y Asociación de Desarrollo" presidida por el libio Saif Ghadafi, hijo del mismo Muamar Ghadafi. A bordo iban nueve miembros de dicha ONG, seis libios, un nigeriano, un argelino y un marroquí. Todos ellos a bordo del buque rebautiizado "Al-Amal", que significa en árabe la esperanza.

El barco salió del puerto ático de Lavrio en Grecia, hacia la Franja de Gaza, cargados de 2000 toneladas de ayuda humanitaria tan necesaria para la población, víctima de un bloqueo a sangre y fuego por parte de Israel. La insistencia de no desviarse de dicho rumbo así como la presencia del hijo del líder libio además era un extra de seguridad que al menos el abordaje, en el hipotético caso de tener que enfrentarse a la marina israelíta no sería sin consecuencias políticas. Además, ironía de la vida, el mismo ministro de relaciones exteriores israelí, Avigdor Lieberman, de origen moldavo, se dirigió a las cancillerías tanto moldava y griega, para evitar la confrontación ante el bloqueo efectivo sobre el espacio marítimo de Gaza. "No los estamos rodeando, los estamos siguiendo", emitía el ministro de defensa Ehud Barak. Eso si en aguas internacionales, las cuales en principio son transitables a todo pabellón con independencia de su origen o destino, según las leyes internacionales de la mar. No obstante la permanencia de la marina israelí, como también la interferencia en las comunicaciones de la embarcación fueron al parecer lo suficientemente convincentes al capitán cubano, quien desistió pese a los ánimos que les enviaba el primer minstro en funciones de Hamas en la Franja de Gaza, Ismael Haniya, quien declaraba:"Esperamos poder contar con los países islámicos para que nos ayuden a levantar el bloqueo. Un millón y medio de palestinos padecen desde hace más de tres años el embargo con el que Israel quiere castigar a Hamás, el movimiento islamista que gobierna la Franja"

Incluso con problemas de motores los ánimos en el barco eran tales que no pensaban desistir de llegar a Gaza y no a Egipto, como estaban presionando las voces de los parlantes de la marina, siempre presente alrededor del buque moldavo. Cuando finalmente el capitán accedió a pedir permiso para atracar al puerto de El-Arish,Egipto en vez del puerto de Gaza, a escasos 50 kilometros de la frontera entre Egipto y Gaza. De ahí que efectivamente llegó a El-Arish y ha descargado el cargamento, que mediante la media luna egipcia será llevado a la Franja de Gaza, pese a todo y sin ser inspeccionado por el ejército israelí en busca de artículos prohibidos según su criterio de bloqueo total que llevan ejerciendo ininterrumpidamente desde 2006.

El éxito diplomático de Israel ha sido claro, al no romper su cerco, pero a la vez quisieron verse cautos al saber que la integridad de Saif Ghadafi puede suponer un lastre mayor al que ya tienen con Turquía desde el asalto de la flotilla de la libertad el pasado 31 de mayo con la consecuente crisis abierta entre Tel-Aviv y Ankara. El cargamento también alcanzará su destino, aliviando a su vez en parte a una población que carece de todo lo más esencial para la reconstrucción de las viviendas destruidas en las diferentes oleadas destructivas sobre la Franja que ocurren periódicamente.

Siempre si deja un mal sabor el ver que Libia no pueda imponerse en la mar internacional, puesto que en sí nada tiene que decirle la marina israelí a un buque moldavo,y no libio, en aguas internacionales. Sin embargo sabido es que no es Israel el que impone aquí, sino su amo mayor, EE.UU. que consciente hasta ahora sobre el mantenimiento del bloqueo, aunque en apariencia este condenándolo de forma simbólica y desde canales diplomáticos de forma muy subliminal.

La reunión Obama-Netanyahu, que recientemente se produjo no arrojó más que un status quo vigente, donde el apoyo incondicional de EE.UU. queda ratificado, por encima de toda diferencia que pueda surgir. De ahí a la situación, donde el mundo islámico se esta despertando de un sueño de 40 años, desde la gran derrota de 1967, y desde la que se forjó el status-quo imperante desde entonces. Israel se salió con la suya, en el sentido que su bloqueo no fue cuestionado, y además lograron salir bien parados, sin la "necesidad" de fuerza mayor; en sí un logro para una administración israelí que poca consideración ha mostrado en el pasado por las relaciones con sus vecinos mediterráneos. Al parecer desde la ruptura con Ankara ya se lo están pensado dos veces, osea que el perrito ahora ladra dos veces antes de morder.

Esto es entonces la forma en que se pretende vencer al pequeño satanás, aunque solo quedó de forma simbólica. Es también sabido la colaboración con el régimen sionista por parte del presidente egipcio Hosny Mubarak. Sabe por un lado dejar contentos a los israelíes con su bloqueo, pero también permite la entrada de víveres a la Franja de Gaza, para contentar su lado panarabista. Este juego de doble banda no puede ir bien a perpetuidad. En un momento dado habrá que producirse una gran ruptura entre el mundo árabe e Israel. Hasta entonces por lo pronto habrá una cierta oleada de solidaridad con Palestina, limitada siempre por un lado por las deaveniencias con Israel y a su vez por la pasividad de los gobiernos árabes, que mostrandose siempre tan panarabistas, demuestran todo el contrario en sus actos.

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