La comisión de verdad sobre el asalto armado o la negativa de Israel a dar explicaciones a la ONU

La crisis del asalto de la flotilla de la libertad por parte de Israel acaba de crear nuevas olas en la escena internacional. La propuesta del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon ha sido el artífice de la propuesta de comisión de investigación enmarcada en la ONU, encabezada por el ex-primer ministro de Nueva Zelanda, Geoffry Palmer. Como condición especial para edulcorarle el trago a Israel hasta había estipulado, que hubiese dos relatores, uno israelí y otro turco, siendo cada uno responsable solamente de asuntos de sus connacionales sin poder interferir en el otro campo. Esta propuesta fue aceptada provisionalmente por el Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que sin embargo no dió su aprobación definitiva aún. Mientras que el ministro de relaciones exteriores de Israel, Avigdor Lieberman ha hecho declaraciones muy claras, en cuanto a que no tiene nada que explicar a Turquía. Ankara sin esperar demasiadas cortesías por parte de Tel-Aviv ha emitido su voluntad de suspender los tratados suscritos con Israel, mientras que no pierde oportunidad de denominar como masacre lo ocurrido.

En concreto la última nave encaminada a Gaza, el MV Rachel Corrie no llegó a destino el pasado 6 de junio, sino que fue reconducida a su vez hacía Ashdod. De ahí todos sus 19 tripulantes fueron detenidos de forma provisional, y el cargamento confiscado. Entre los tripulantes "de honor", como fueron la irlandesa protadora del premio nobel de la Paz, Mairéad, y el ex-subsecretario de la ONU también irlandés, Dennis Halliday, fueron los primeros en ser repatriados a Irlanda. Los heridos fueron hospitalizados, a la espera de ser deportados a su vez a su país de origen. Entre ellos cinco malayos, entre ellos un reportero de la televisión de Malasia TV3, y un cubano. Todos ellos ya se encuentran en Jordania, más allá del puente internacional Alenby.

Mientras que en Israel la operación se saldó con el relativo éxito de haber detenido a la flotilla entera, la cancillería israelí y medios afines han estado emitiendo información confusa. Entre ellas se hacía referencia a "el doble filo aplicado a Israel". Después decían que Turquía también tenía manchas en su historial, en clara referencia a la invasión turca a Chipre en el año 1974. Incluso amenazó con mandar flotillas israelitas a la República Turca del Norte de Chipre. Incluso hacía llamamiento a la soberanía israelí y de su jurisdicción correspondiente.

En contrapeso Irán ha declarado por su lado la voluntad de escoltar a todo buque que se diriga a la Franja de Gaza con la Guardia Revolucionaria Iraní en aguas internacionales. En principio si se aplicara el derecho marítimo internacional, esto no solo es lícito, al tratarse de zona afuera de toda agua territorial en el rango de 12 millas náuticas, sino que toda agresión por parte del ejército israelí se vería respondida por buques iraníes. Independientemente de la relativa superioridad tecnológica-militar israelí, esto ya tendría totalmente otros tintes, que una simple intervención israelí en su área de influencia, sino un enfrentamiento de mayor envergadura en el mediterráneo. Esto podría pues anular la efectividad del operativo israelí en una futura expedición a Gaza del mismo tipo.

Si se compararan los piratas somalíes con la armada israelí, se podría decir que se trataría a priori de lo mismo. La diferencia siendo que los piratas somalíes asaltan a embarcaciones mercantiles en aguas internacionales del cuerno de África en la entrada del estrecho de Bab Al Mandeb , e Israel lo hace en el mar mediterráneo en zona internacional contra embarcaciones con cargamento humanitario, que según ley israelí no puede entrar a Gaza sin pasar por las aduanas de Israel por "cuestiones de seguridad interna". En ese trámite, se pueden llegar a decomisar casi todo lo que más utilidad haría y más escasea en la Franja, papel, medicamentos, cemento, equipos electrónicos,etc. El discurso oficial de Israel es que en Gaza se tiene de todo, además que no se trata en primer lugar de ningún bloqueo, sino que ni lo necesitan. Ahora resulta que Gaza es primer mundo y este escenario es artificial e inventado.

En la medida en que los gobiernos del mundo acceden a las habituales acciones extralegales de Israel, sin atreverse a emitir protesta alguna, este status quo se mantedrá indefinidamente. Turquía parece ahora mismo tener la voz más crítica, incluso siendo miembro de la OTAN y antiguo aliado de Israel. Tel-Aviv intentará suavizar todas las reacciones en su contra, pero sabe que con Bush tenía mejores tiempos, pues ni siquiera había quien se inmutara porque en el año 2009 cuando hicieron su habitual incursión en Gaza en busca del soldado israelí capturado hace años antes en otra de las incursiones, aún en tiempos de Ariel Sharon.

Las baraja ha sido echada, y nada se sabe hasta nuevo orden. Hasta que grado la presión internacional puede afectar la economía y la diplomacia israelí, o estos se salen inpunes mediante el apoyo tácito de EE.UU. Siendo esta cuestión algo dudosa, pues no solo Netanyahu se lleva mal con Obama, pero tiene sus intereses bien anclados en la figura de Hillary Clinton, pese a la oposición incluso del vicepresidente Joe Bidon, quien ha sido duro en sus declaraciones contra la actuación de Israel, al igual que Obama. Mientras que Clinton mantenga los lazos necesarios para la preservación de Israel, fuertemente dependiente de EE.UU. en muchos aspectos. A su vez el nuevo panarabismo surgido por la cuestión palestina, esta echando raíces tanto entre los egipcios, como posiblemente en todo el mundo árabe. Este sentimiento puede despertarse de su pasividad post-1967, y de pasar a la esfera política supondría un reordenamiento en muchos sentidos para todo el Próximo Oriente. Incluso si Irán cumple con su promesa de escoltar a buques en aguas internacionales, se desdibuja un panorama incierto, que en cualquier momento podría pasar a un conflicto caliente con proporciones desconocidas. Lo único que si se sabe, es que en definitiva el único estado con armas nucleares y que representa un peligro real para la paz en todo Próximo Oriente, no es ni Siria, ni Irán, sino Israel.