jueves, 30 de octubre de 2008

Mc Cain-Obama: Un reality show político

Periodicamente cada cuatro años el mundo entero se encuentra siguiendo un muy peculiar reality show, que logra más cuotas de espectadores que Big Brother. Son las elecciones en Estados Unidos. Es un show pues dificilmente se puede tratar como unas elecciones serias, con leyes y reglas que tengan lejanamente algo que ver con una democracia ideal. Esta vez los protagonistas son John Mc Cain y Barack Obama. De ahí también hay dos actores secundarios como lo son los candidatos a la vicepresidencia, pero con mucho menos interés.

Barack Obama ha suscitado desde que se postulo como candidato democrata la atención de los medios. Un Senador de tez negra, de orígenes afroamericanos, que pretende tomar las riendas del país aparentemente más poderoso del planeta. El duelo que llevó en su propio partido contra Hillary Clinton parecía una guerra intestina que podía poner en riesgo la fuerza de los demócratas frente a los republicanos con su candidato tan peculiar que es Mc Cain. Al final la superioridad de Obama frente a Clinton fue evidente, y dejaron de sacar los trapos sucios uno al otro. Mientras tanto Mc Cain observaba de lejos, calculando contra quien tendría que enfrentarse.

Estando tan cerca ya del día de las elecciones, donde algunos estados ya han habilitado el voto para evitar el habitual congestionamiento del sistema electoral, el cual este año se hara en un sistema electrónico, que poca confianza da a los electores.Habría que hacer un paréntesis sobre el sistema legal de EE.UU a la hora de elegir. Los 51 estados de la unión americana están compuestos por un mayor o menor número de electores, según el peso demográfico del estado, siendo por ejemplo California y Florida pesos pesados, frente a los pequeños estados de Iowa o Kansas. Si el electorado se inclina por un candidato, automáticamente todos los superelectores se decidirán por este, aunque sea por un supervoto. Esto hace que en la práctica puede salir electo un presidente sin necesariamente contar con los votos de la mayoría. Si además se considera que muchos no califican al final de cuentas en la lista de habilitados por razones fortuitas, las garantía democráticas parecen bastantes débiles.

Para volver a Obama, este ha encontrado mucha simpatía en el mundo entero, pareciendo casi más a un artista que un político candidateandose a la presidencia. Ha hablado, de sobra, prometido lo posible y lo imposible. En un momento decía que pretendía entablar relaciones más cordiales con Cuba, y estar dispuesto a sentarse en una misma mesa con Raúl Castro. Esto l0 desmintió en la comunidad cubana en Miami. Después decía lo mismo respecto a Mahmoud Ahmadinedjad, pero en visita oficial en Israel lo que expreso a los medios hebreos fue rotundamente opuesto. Decía que grarantizaría la integridad del Estado de Israel frente a las amenazas de sus vecinos. Dice mucho de lo que tendrá que retractarse tarde o temprano por la presión que le caería por parte de grupos de intereses que siempre han sido dominantes en EE.UU. Lobbies de armamentistas, de los judíos, contrarios a la creación de un estado palestino etc. El complejo militar-industrial no se dejará tan facilmente vencer, después de ocho años de magnifica relación con el ejecutivo, y con un representante en la vicepresidencia, Dick Cheney.

Desde la perspectiva de América Latina no se puede esperar demasiado de estas elecciones. Lo único positivo es que Bush se retira definitivamente, aunque Mc Cain es un títere perfecto para la continuidad de la ideología más neoconservadora republicana. Es probable aunque no necesariamente obligatorio que Obama salga presidente. Este le daría una nueva cara de EE.UU. en el mundo, más amable y menos intransigente que Bush. Aunque no es garantía de nada. No olvidemos que Bill Clinton como presidente tomó medidas muy controvertidas también en la guerra en los Balcanes, y no por ser demócrata, lo eximió de representar muy bien el imperialismo que han llevado a cabo desde décadas, solo que con una cara más amable. Y que los democrátas al fin y al cabo son por un lado la corriente más izquierdísta presente a gran escala en EE.UU. , pero también han demostrado comportamientos oportunistas en ciertos momentos.

Se parece un poco a la imagen de los boxeadores, que en la pelea se dicen de todo, menos algo amable, pero después independientemente de quien hubiese ganado, se toman un trago juntos. Mc Cain y Obama se pueden perfectamente sentar uno al lado del otro, enfrentarse en debates y hacer muestra de su mayor o menos oratoria, según las circunstancias. Obama siempre viendo cuando puede meter un discurso progresísta, Mc Cain presentandose como héroe de guerra. No hay que dejarse cegar por este espectáculo. El imperio esta en franca decadencia, pero no está todavía vencido, y lo que se puede decir con certeza, es que sea el que salga intentará defender los intereses económicos nacionales, en América Latina particularmente.

En conclución es importante estar al tanto de lo que sucede en el norte, pero no hay que esperar nada ni apostar por ninguna ventaja o beneficio que pudiese dar uno u otro. La lucha antiimperialista continua mientras que el imperio este en condiciones de contraatacar. Lo mejor que se puede hacer es aprovechar la debilidad de EE.UU. para desvincularse de su estrella en descenso, y porfín tomar un rumbo independiente de Europa y de EE.UU en América Latina.

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