miércoles, 20 de agosto de 2008

12.12.2012: El día en que los pueblos se liberarán del yugo imperialista definitivamente

La derecha latinoamericana ha vivido un fuerte retroceso, el cual se ha materializado en una creciente radicalización por parte de los antiguos gobernantes, perjudicados por las nuevas reglas de juego. Cuando realmente no es demasiado pedir, el renunciar a una parte de los ingresos declarados, y no hablemos del dinero sucio que algunos políticos-empresarios pueden llegar a juntar.

La ola de renacionalización ha visto recrudecer las rivalidades de un bando con el otro, siempre dejando en claro que la izquierda se la juega con reglas preestablecidas, mientras que la derecha hace uso de chantaje, sabotaje y boicot cuando le conviene, pero después pide que se respeten ciertas reglas de juego por parte de otro bando. Esto se puede aplicar a nivel de toda América latina, comenzando en Bolivia, donde parece ser que hay una nueva ola de violencia callejera en la media luna, con la finalidad de restarle prestigio y legitimidad a Evo, recién confirmado en el referendum revocatorio del 10 de agosto. Fernando Lugo por su parte acaba de ser ungido presidente paraguayo, con lo que ha vuelta a darle un nuevo impulso al país tan olvidado y relegado a una categoría menor, pues bajo la presidencia de Nicanor Duarte, del Partido Colorado, el Paraguay no tuvo protagonismo, ni cuando tenía la presidencia pro-tempore del Mercosur. Por cierto que Paraguay al igual que Brasil tienen ahora que porfín ratificar el ingreso de Venezuela al Mercosur. Ciertamente la consolidación de la izquierda tiene un miembro más en el continente. Este puede ser la clave del progresivo declive de presencia estadounidense en nuestra América.

Lo lamentable en esto es ver como por ejemplo México en todo esto hace el giro contrario. Cuando los recursos son tan necesarios en tiempos donde no es barato el barril, Pemex en vez de mirar al sur, donde seguramente podría encontrar socios importantes que la sacarían de la crisis y decadencia interna que está padeciendo, abre más sus puertas a la inversión europea y estadounidense. Muchos factores se juntan aquí. Por un lado esto ya es una tendencia irreversible desde el sexenio de Fox y hasta antes, pues siempre se ha saqueado las arcas paraestatales en beneficio de sistema partidario sumamente cosotoso, el cual además no estaba excento de casos de corrupción evidente, como el Pemexgate, donde había una financiación ilícita del Pri por parte del sindicato petrolero. En todo caso Pemex necesita limpiar su plantilla de funcionarios, corruptos, anular todo contrato que no sea estrictamente consiticional, y de una vez por todas reinvertir en la exploración y en la refinería en territorio mexicano. El debate que se está llevando a cabo pone en evidencia este problema, y es un gran logro que esto se esté debatiendo en primer lugar, pues una alianza PRI-PAN quería pasar una ley tan determinante como la de inversión privada en ciertas ramas de PEMEX en la última sesión parlamentaria, de volada, para después aplicar políticas de hechos consumados, que resulta que es la voluntad del pueblo mexicano, mediante la representatividad de los partidos en el congreso. También es digno de mencionar la consulta que se estuvo haciendo en todo el territorio nacional acerca de la opinión de la población. Este no ha sido recibido con ningún agrado por parte del gobierno espurio, pues lo último que quieren es consultar al pueblo, pues le temen más que a nadie, sabiendo que si estos se vuelven a poner de acuerdo, su tan ansiada consolidación del trono podría tambalearse tan rapidamente como accedió a ella. En mi opinión como mínimo el presidente espurio debería volver al palacio nacional, donde en realidad debería de estar, no en la residencia de los Pinos, lejos del pueblo y con vallas de protección. En el Zócalo se precataría de una forma totalmente diferente y auténtica lo que mueve la cuidad de México. Y a pesar de contar con la legitimidad internacional, el gobierno legítimo de Andrés Manuel López Obrador, es el que realmente cuenta con el voto del pueblo, como se ha demostrado y se sigue demostrando día a día, mediante las asambleas por la defensa del petróleo, las marchas multitudinarias que puede juntar con su sola voluntad, y sobre todo, una presencia en todo el territorio de la República, donde siempre ha sido recibido por lo que representa, la voluntad del pueblo. Esta voluntad que la oligarquía no permitió que accediera al poder. Pero esto es ciertamente algo transitorio, y todos saben que en cuanto Calderón se pase de listo tendrá al pueblo entero en la calle reclamando su cabeza, a la vez que la de Salinas de Gortiari y Vicente Fox.

Seremos vecinos de EE.UU, además que formamos parte de la esfera de seguridad nacional estadounidense, que según algunos analistas se extiende actualmente hasta Panamá. Tenemos que tolerar que haya funcionarios diplomáticos de la embajada de EE.UU que se pasan de lo que les permite la ley de migración. Son agentes del gobierno gringo que se mueven como si fuera su casa misma, velando que sus intereses no se les salgan de control, en un momento donde la inestabilidad es reinante en gran parte del país y este se acerca cada vez más a la ingobernabilidad absoluta. Nada más falta que los recuros del golfo de México se exploten de forma conjunta por alguna empresa petrolera estadounidense. Todo esto no es muy diferente que en otros países de la sola diferencia de tener una frontera terrestre con el poder del norte. Por eso es hora de que los pueblos latinoamericanos unan sus fuerzas, contra los males que trajeron los noventa y la era del neoliberalismo, que fue casi uniforme desde el Río Bravo hasta Tierra del Fuego. Hay condiciones muy buenas a pesar de todo, pues con un conjunto en el sur, donde solo queda Colombia y Perú como último adictos a la hegemonía decadente del norte, se está fraguando una unificación de los pueblos y de los países. Sería sumamente deseable que esta esfera que abarca hasta Guatemala, pasara al otro lado del Usumacinta. Es hora de que México de un giro trascendental, y que de una vez por todas miremos al sur, ayudemos a nuestros hermanos más al sur, en vez de rechazarlos como puesto fronterizo previo a EE.UU. Somos muchos más, si solo hubiese voluntad política para hacerlo. Para eso habrá que esperar el final del sexenio actual, el 2012, año de cambios importantes según el calendario maya. Hasta ese entonces habrá que trabajar sobre el terreno para que esta oportunidad histórica no se escape, y que sea el final de la oligarquía criolla que gobierna este país como si se tratara de su patrimonio personal.

Abajo la oligarquía
Con el pueblo todo, sin el pueblo nada

Hasta la victoria siempre
Venceremos

No hay comentarios: