martes, 5 de agosto de 2008

Referéndum revocatorio en México como solución a la crisis institucional

La legitimidad del poder en México ha sido seriamente comprometida con las elecciones de 2006, si alguién se atreve a llamarlas de ese nombre, pues al igual que en el 1988 cuando Carlos Salinas de Gortari accedió a la presidencia, mediante un evidente fraude electoral. Cualquier similitud con Felipe Calderón es mera coincidencia. Cuando esto sucede en un sistema presidencial, siempre hay una salida honrada, hasta para el que roba, y eso es justamente el pilar democrático que se supone tiene este país. Aquel que haya seguido más o menos de cerca el caso boliviano, se habra dado cuenta que quienes tienen algo que ocultar obstaculizan los procesos, porque evidentemente saldrían perdiendo.

Propongo una solución para zanjar definitivamente las divergencias que pueda haber respecto a la legitimidad o no de Felipe Calderón como presidente consititucional de México. Lo que se necesitaría es sacar el mecanismo legal para llevarlo a acceptar un referéndum revocatorio, al igual que este se le aplicaría al presidente legítimo de México, Andrés Manuel Lopez Obrador. Ambos se dicen presidentes por legitimidad popular. Pues porque no se le vuelve a preguntar al pueblo, que opina de estos dos señores, que pretenden la presidencia.

Tal y como lo harán los bolivianos, la ley sería sumamente sencilla, a nivel de los resultados controvertidos, se necesitaría un voto del NO de 50% más uno para revocar a uno u a otro. Esta sería la posibilidad para el pueblo mexicano de definitivamente poner en limpio quien fue elegido por su soberana potestad de poner y quitar gobernantes como lo pone en manifiesto la misma consitución, y que seguramente figurará en alguna ley electoral, que el IFE se abstiene de publicar o reconocer.

Exhorto al PAN como al PRD a su vez, que en vez de hacer unos uso de la arbitrariedad y del autoritarismo para legitimar su presencia, los otros que formen gobiernos paralelos y plantones civiles, que se haga uso de las maravillosas facultades que nos otorga la consitución del 1917, a pesar de haber sido retocada al más no poder, porque siempre sirve para recurrir a ella en caso de duda.

Este país necesita como minimo el pilar de la legitimidad, aunque después el que salga sea mejor o peor. Tal como dirán que Fox hizo y deshizo a su antojo, al menos tenía la legitimidad necesaria para representar a pesar de todo el voto mexicano, cansado de los abusos y atropellos del PRI. Ahora el PAN resultó más aferrado al poder que cuando se daba el mérito de querer ser el centro que llevaría el país a mejores tiempos, por su misma cualidad de no ser las antípodas ideológicas de México.

Sea lo que elija la voluntad del pueblo, que sea la mejor para sus intereses, y no los de una oligarquía, ni nacional, ni mucho menos de superpotencias que vienen a chuparnos los recursos tan valiosos para su subsistencia.

Que viva el pueblo mexicano
Abajo las oligarquías extranjeras
Con el pueblo todo, sin el pueblo nada

Hasta la victoria siempre
Venceremos

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