lunes, 4 de agosto de 2008

Referéndum revocatorio en Bolivia para el 10 de agosto sin objeción alguna.

Incontables son las idas y vueltas que ha tenido que acatar el gobierno de Evo Morales, con una oposición traicionera y antidemocrática. Si además se le agregan las provocaciones que le hicieron al ejecutivo con los referéndos autonómicos de Santa Cruz y Pando. Es una gran nobleza la que impregna este gobierno actual, al no haber caído en la provocación de cometer un error similar al que se la pasan haciendo los prefectos, entre los cuales está Ruben Costas como máximo líder de la oposición, que ha dicho pestes de un gobierno, el cual solo pretende repartir mejor los beneficios que son de todos los bolivianos, no solamente de los cruceños.

Ahora es cuando viene el punto donde todos parecen hasta el momento estar de acuerdo. Este es la jugada estratégica, para ambas partes. Los dos tienen mucho que perder, independientemente de que se trate del gobierno central que ha sufrido varias derrotas políticas, aunque ninguna determinante como para tambalearlo. La oposición ha puesto sus miras también a derrocar de una vez por todas al gobierno del indio Morales, hasta con la presencia de observadores internacionales, que no tuvieron en sus referénos inconsitucionales.

El 10 de agosto todo está fijado porfín, para poner fín a una tensión permanente entre ambos, que a pesar de todo no ha puesto en riesgo la integridad de la nación andina. El principio es sencillo. Este referéndum revocatorio se basa en que en el 2005 las autoridades opositoras fueron elejidas con determinado porcentaje ente el 38 y el 48%, al igual que el gobierno de Morales ha sido elejido con un 53.7% del electorado en el 2006. Ahora se verá desde la misma base del pueblo, cuanto apoyo tienen. Si en el caso de los prefectos se supere el NO por un 50% más uno, serán revocados. Si el gobierno recibe una votación del 54.7% o más, será a su vez revocado y entrará como interino el presidente del parlamento hasta que haya presidente electo. A su vez la revocación de prefectos se basará en un esquema similar.

Aquí ya no hay vuelta de hoja. El pleito se ha mantenido por dos años casi, y ninguno de los dos ha podido derrotar al otro ni por las buenas ni por las malas. Ahora se verá lo que impera desde el mismo pueblo boliviano, collas como cambas. Y más vale quedarse en estos días con la neutralidad que requiere un proceso electoral, determinante, y sobre todo esperar que no haya más boicot, huelga, sabotaje, violencia racial ni insultos, simplemente un ejercicio que determinará de una vez por todas como Bolivia continuará su trascurso político hasta que el mandato de Morales se termine.

Aún no se ha enterrado del todo la constituyente, solo hasta nuevo plazo, esto es lo que logró la oposición, a base de traición y sabotaje. Es más, no se hizo el referéndum constitucional pero si se hicieron los referéndos autonómicos. Pero creo que ahora hay que hacer un esfuerzo por hacer pasar este evento de la forma más transparente posible, y que ojalá sea una oportunidad para el pueblo, de determinarse verídicamente, a nivel de base, y no desde unos representantes, donde ya solamente impera un aire envenenado, y un sentimiento de odio mutuo. Dejemos de lado por un momento las ideologías y los partidos. Esta es la oportunidad para volver a darle la legitimidad al gobierno y la dignidad al pueblo.
¡Todo con el pueblo, nada sin él!

Arriba el pueblo boliviano
Abajo las oligarquías
Arriba la autodeterminación de los pueblos
Venceremos

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