jueves, 24 de julio de 2008

La política de la mano dura o la desgracia del oportunismo político

La mano dura suele ser una herramienta muy efectiva en un país en convulsión interna. Las campañas electorales de derecha son muy proclives entonces de negar todo diálogo, y sencillamente poner como modelo el erradicar el mal por la fuerza.La otra vertiente suele ser el acuerdo humanitario. Independientemente de la postura personal del lector, habría que analizar a este efecto dos escenarios que ejemplifican muy bien el dilema anterior.

En el verano de 2006 el gobierno de Ehud Olmert inició una guerra contra el Líbano. Esta vez no iba contra la cúpula de la OLP como el año de 1982, sino contra la organización que ellos mismos ayudaron a consolidar, que es el Hezbolah, partido de Dios, radicado en Líbano, donde incluso cuenta con representación parlamentaria y participación nominal en el gobierno en funciones. EL Hezbolah a la vez mantiene líneas defensivas en el sur del país, por la misma razón de que ahí es su baluarte, su apoyo político más fuerte, y además es frontera con Israel. La intención de Olmert fue en su inicio eliminar un enemigo del mapa, puesto que teniendo a Hamas en la Franja de Gaza, la guerra de dos frentes es un riesgo permanente para los estrategas istaelis. El desempeño fue más que un desastre, pues numerosas víctimas civiles fueron registradas, la incipiente infraeastructura del país retrocedió por una década o dos, cuando se estaba aún recuperando de los daños inflingidos en la guerra civil que vivió el país entre el 1975 hasta 1990. A pesar de la superioridad militar y numérica de Israel, no pudieron acabar con su objetivo, puesto que habían instalado líneas de comunicación subterráneas, que recorrían el país de norte a sur, de forma que nunca lograron el más mínimo objetivo de esta misión.

La crítica y protesta en la comunidad internacional no fueron menores, puesto que esto constituyó una incursión en un país soberano, y solamente con el veto de EE.UU pudieron ganar un poco de tiempo para actuar al margen de toda legalidad internacional. Al fin y al cabo se retiraron igual o peor, pues tampoco recuperaron los soldados capturados por la milicia chiita, pretexto inicial de la invasión misma.

Esta incursión también puso en evidencia la dependencia de parte del gobierno de Fouad Siniora, quien contaba con el apoyo del viejo continente, pero en la región como en su propio país no contaba casi con apoyo. Estos tiempos han sido muy duros para las etnias que conviven en el país del cedro. Drusos, maronitas, cristianos, musulmanes chiitas, y otros sunitas. Sobre todo cuando el presidente Emile Lahoud dejó el puesto de Presidente vacante el 23 de noviembre 2007. Hasta mayo 2008 el país se encontró tan dividido que no se podían poner de acuerdo en un nuevo presidente del país cuando salió elejido Michel Sleiman. El partido de Dios dió hace poco un golpe fuerte al querer mantener sus líneas de comunicación que habían sobrevivido al ataque israelí, además de guardar el puesto del jefe de la seguridad del aeropuerto beirutí, que se quería despojar. Tomaron la ciudad por asedio, y solamente con la mediación qatarí, se formó un nuevo gobierno de nuevo con Siniora pero renovado en sus cimientos. Y es ahora que Olmert acceptó negociar con Hezbolah el intercambio de cadáveres de combatientes caídos como de otros encarcelados en Israel. A pesar del obscuro pasado de Olmert, esto es ciertamente el primer paso hacia la pacificación de la región que se ha observado, más allá de la hoja de ruta, y de todos los diferentes procesos de paz que se han pretendido tener en la región convulsa de Medio Oriente.

El segundo ejemplo es ahora Colombia. El país andino ha sufrido las peores tragedias humanitarias con el auge de la guerrilla y de los paramilitares. La FARC se dice que es la guerrilla más antigua en América. El título honorífico es algo dudoso porque tampoco se puede determinar con certeza eso. Lo que si es que su líder histórico murió hace poco de edad avanzada, Marulanda, quien había iniciado y dirigido lo que su salud le permitía la organización que comenzó con una tendencia marxista-leninista. Esta se habrá ido perdiendo, en cuanto las finanzas requerían ser atendidas para mantener un ejército guerrillero en pie de las magnitudes que tuvo en su auge. Se le vincula con la toma de rehenes y sobre todo con el narcotráfico. La producción de cocaína, tradicional plantación de los Andes, en determinado momento pasó a ser su principal ingreso, al abastecer a las mafias con materia prima. La toma de rehenes fue a su vez considerada como el tener cartas importantes para negociar con el gobierno. Lamentablemente esto se pervirtió al grado que se perdió el objetivo para mantenerse en la jugada, y hasta la fecha tendrán importantes rehenes en su poder. Su mayor as lo perdieron hasta hace poco, quien era Ingrid Betancourt, ex candidata a la presindencial colombiana de 2002, año en que Uribe ascendió a la presidencia.

Álvaro Uribe Vélez es desde el 2002 el presidente consitucional de Colombia. Su entorno marcado por vínculos comprobados con los paramilitares, es un hecho confirmado, aunque en su biografía política se le limpie le perfil en vistas de agradar a los dirgentes de EE.UU principalmente y de Europa también. Hizo una ley de armisticio con las Autodefensas Colombianas,(AUC), guerrilla de tendencia de derecha, que al ser desmovilizados en apariencia solamente se han legalizado pero siguen siendo el contrapeso de las FARC. Las FARC no tuvieron esa suerte de armisiticio, al contrario con el ministro de defensa Jose Manuel Santos, se ha incrementado la presión militar sobre la FARC, en vistas de derrotarlos en el campo al grado de debilitarlos y recién ahí negociar con los últimos reductos de ella. Esto es basicamente el concepto de la "seguridad democrática". Hasta la fecha han logrado debilitarlos bastante. Fueron despojados de su número dos, Raúl Reyes, como de miembro del secretariado de las FARC, Iván Ríos. Ahora que ha muerto Marulanda ascendió como jefe Alonso Cano. Según esto daba para intesificar la negociación con la guerrila en vistas de alcanzar la liberación de los rehenes aún en cautiverio en la selva colombiana.

Es un hecho que si siguen haciendo lo que hacen terminarán por derrotar a la FARC, pero a que precio. Los duros combates del ejército, a veces hasta en territorio vecino contra todo campamento guerrillero ha incitado a la crítica internacional, y las muertes de civiles son numerosas. La cantidad de refugiados colombianos en su propio país como en el extranjero, es inmensa, y solo se equipara con los refugiados en África negra. Al final lo que quede de la FARC será el reducto más radical y menos propenso a negociar una salida honrada, al contrario, se replegarán y harán que el conflicto persista más años.

Han habido canjes humanitarios que fueron logrados por la mediación del presidente Hugo Chávez y de la senadora Piedad Córdoba. Pero siempre se toparon con más obstácuclos que facilidades para lograr el objetivo. Es de esa forma que ex- candidata a la vicepresidencia junto a Betancourt, Clara Rojas fue liberada. Uribe se atribuyo a su adminsitración el éxito de esta empresa. De hecho la liberación de Ingrid Betanctourt sigue con mucho misterio, pues ahora se ha publicado que el ejército colombiano se hizo pasar por periodistas de Telesur para liberar a los 15 rehenes.

Entre que el partido de Uribe está plagado de sospechas más o menos fundadas de vínculos con el paramilitarismo, y bloquea las investigaciones en el congreso colombiano, al verse que perderían el poder de un plumazo. Han salido a la luz casos de soborno para sacar adelante la enmienda que posibilitó la reelección de Uribe mediante un cambio consititucional en 2007. Si se le suma las investigaciones de su primo Mario Uribe Escobar con el paramilitarismo de nuevo, lo único de positivo que ha sabido resaltar Uribe ha sido la controvertida liberación de Ingrid. Ella se había convertido en todo un símbolo para él, como también para el presidente francés Nicolas Sarkozy por su nacionalidad francesa-colombiana.

Si Colombia quiere volver a la dignidad que ha perdido con el parapresidente Uribe tiene muchas cicatrices que curar. Devolverle la diginidad y la honradez al ejército que en vez de proteger a su pueblo lo ataca abiertamente. Tiene que sacar a la luz como y cuando el paramilitarismo se consolidó, y ese si que es un cáncer para el país, más que las FARC. La Justicia ha perdido todo respeto al corromperse en dudosos actos de armisticia. Uribe ha logrado muchísimo para su pais, muchísimos males que si bien no duren cien años, si lo harán algunas décadas.

Por el pueblo colombiano, por las muertes inocentes, por la paz social, por la reconciliación real y no superficial, y por muchos males más que imperan en Colomnbia, Uribe tiene que dejar su "seguridad democrática" para comenzar a devolverle la diginidad a su país, a su ejército y a su pueblo. No puede jugar de una forma tan oportunista con la vida de una nación entera. Ojalá que en el 2010 salga porfín el Polo Democrático, o cualquier otro presidente que no sea un uribito más.

Que viva la dignidad del pueblo colomnbiano
Muerte al paramilitarimo
Abajo el mal gobierno
Hasta la victoria siempre......

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