miércoles, 14 de mayo de 2008

China o la realpolitik del siglo XXI

Las juntas militares suelen ser en ciertos casos las causantes de su propia caída. Si miramos atrás han habido dictaduras militares de toda índole. Las dictaduras del Plan Condor en Chile, Argentina Paraguay y Uruguay entre otras más de la época ciertamente marcaron su tiempo. El colmo es cuando ante una crisis interna de la misma junta militar se haga uso del recurso de la guerra exterior, como pasó en Argentina con la guerra de las Malvinas. Es cierto que el ejército inglés no es poca cosa, pero es también cierto que mandar al frente a a soldados demasiado jóvenes e inexpertos termina siendo como poner en la primera fila a carne de cañon. Todo eso por recuperar un archipiélago casi deshabitado y dejado a su suerte por los gobiernos posteriores a la independencia de Argentina, sabiendo que en la realidad estaba firmemente en manos de los ingleses. No solo fueron derrotados en el frente de guerra sino además supuso la caída de los militares del mando del país.

Las dictaduras militares más contemporáneas son actualmente China y Myanmar.Myanmar está bajo el mando de una junta militar desde más de tres décadas. Han pervivido a base de llevar a cabo referéndos de poca credibilidad para legitimarse cada vez que su trono comenzaba a tambalearse. El grado de que actualmente se puede ver de como no solo no renuncian a llevar a cabo el referéndum del sábado pasado, en condiciones de crisis humanitaria, choca a la vista. Además mientras controlaban a la población más que auxiliarla, y bloqueaban la entrada de las ONG y otros organismos internacionales para llevar víveres a la región como a los mismos integrantes de esas brigadas de rescate. Su verdadera naturaleza no engaña, pues ellos solo velan por sus intereses propios y el hecho de mandar en el país en ningún caso quiera decir que se van a involucrar con los damnificados más de lo que requiera la situación de crisis humanitaria.

En China a su vez el año se ha caracterizado de sumamente conflictivo. Mientras que las minorías del país ven un ventíl de escape de la represión llevada a cabo por el régimen central, esto ha desembocado en una subida de tensiones donde tuvo que intervenir el ejército y se aisló por completo a la región del Tibet, para evitar que saliera información poco favorable a Pekín. Se ha criminalizado al Dalai Lama de ser el ejecutor de la ola de violencia, pero por el otro lado se ha hecho oídos sordos ante la demanda del líder espiritual de dialogar, tan solo para frenar la crisis que se estaba viviendo en el histórico Tibet. Porfín se ha llegado a un diálogo entre representantes de ambos lados, sin ninguna propuesta actualmente. Más bien se ha puesto el asunto en estado de hibernación mientras que los demás frentes están siendo atendidos, como el seguir la puesta en funcionamiento de la infraestructura para los JO. Esto ha dejado en evidencia los métodos y prácticas del régimen pseudo-comunista, al que este año le tocaba una ola de méritos y elojios por ser el huesped de los Juegos Olímpicos (JO).

Para colmo también se ha producido un terrible accidente de trenes hace unas semanas, en el cual la infraestructura para el desarrollo del evento olímpico ha dejado dudas sobre su eficiencia y fiabilidad. Ahora se le ha añadido el terrible terremoto de 8.0 en la escala de Richter, con epicentro en provincia de Xinjiang-Xizang. Es en estos momentos cuando se ve que tan eficiente es el manejo del país por parte del gobierno central. Parece ser que se mostraron más profesionales que sus homólogos birmanos. Eso si no han dejado entrar a personal de rescate extranjero, solamente víveres y dinero.

¿Cual será la prioridad por parte de las autoridades chinas, mantener el curso de los JO o asistir a la población afectada por el terremoto? Es el momento de dar al mundo una imagen pulcra y decente, el aparato propagandístico está en plena marcha en China misma, como en el exterior donde la censura está haciendo lo que puede para no arruinarles la fiesta olímpica al gobierno de Pekín.

La República Popular China es actualmente un polo nuevo en la política internacional, pues ha logrado romper con lo unipolar que era el mundo antes de encontrar un rival tan potente EE.UU. En los conflictos internacionales actuales muchos tienen que ver con intereses chinos, vease el caos de Darfur, donde el que hasta la fecha apoya al régimen de Khartum es China, por los pozos petroleros en dicha provincia sudanesa en plena efervescencia. En Corea del Norte el hecho que el régimen de Kim Jong Il se pueda sostener todavía es por la ayuda que le proporciona Pekín. China quería hace una semana hacer llegar un cargamento de armas a Zimbabwe, en plena crisis institucional. Realmente a la cúpula china poco le importa el tipo de régimen con el que se alía. Mientras que consigan su propósito, el fin justifica los medios. De la misma forma es China que le compra las exportaciones birmanas de gas a la junta consiguiendo su continuidad a corto plazo.

Dicho lo anterior uno se preguntará con que finalidad se le asignó a China el ser el huesped de los JO en el 2008. Un país de las magnitudes de China no se puede aislar de la forma que se haría con uno mediterráneo o una isla. Con la población que tienen ( 1 200 000 habitantes) sería el ejército en pie más importante del mundo, como también en donde la mano de obra es la más barata. Definitivamente los JO han cedido al dinero. De hecho todas las anteriores veces, el factor de las empresas ha sido protagnista.

Al final los JO son solo una pantalla, propaganda sofisticada, para dar un holograma de un país que en su propio ser es un represor admitido, y que además exporta su formula a sus diversos aliados de la misa forma. Con esta política se está logrando que los países en vías de desarrollo tengan dos opciones, o aliarse a la democracia capitalista donde se ceden parcelas de economía por la legitimidad y el beneficio propio, dejando a los gobernados a su suerte, o de lo contrario se alía uno a China, donde un gobernante tiene mucho mayor margén de control, estatal de la economía, además de controlar a la población de forma sistemática y poder reprimir toda disidencia interior. El aval por parte de Pekín es garantizado, ante cualquier duda siempre se vetará cualquier resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Realpolitik pura y dura....

1 comentario:

Anónimo dijo...

hey esta muy bien el articulo pero pon a Uruguay dentro de los paises afectados por el plan condor.