lunes, 2 de junio de 2008

El comienzo del final de la era capitalista se acerca.....

ELas manifestaciones está en todo el mundo. Está en presente en Chile, en Francia, en España, en Gran Bretaña. Y si sigue igual nada más falta que la ola termine por paralizar la economía mundal. El precio del petróleo sigue subiendo sin cesar, si hace un mes estaba en 130$, ahora está a 150$. Uno se preguntará hasta donde puede llegar el hambre de los especuladores de las bolsas. Y no solo afecta los combustibles. También afecta el bien más preciado, que es la alimentación básica, sea la que haya en cada sitio respectivo. En México la subida del precio del maíz hizo escalara tanto los precios de la tortilla que hubo mobilizaciones en las calles. Si hay algo que puede unir a todos, es el encarecimiento del costo de la vida. Parecería que no hay ética alguna después de la crisis imobiliaria, la cual ha dejado desesperados a los inversores internacionales.

Las economías más prósperas del mundo están viviendo momentos de crisis, no es casualidad que en Francia y en Inglaterra los camioneros estén bloqueando las carreteras en protesta de los precios del combustible, donde el diesel ha superado actualmente a la gasolina, tradicionalmente más cara. Uno se preguntará en donde queda todo ese dinero que se invierte en los barriles cada vez más preciados. Las aerolíneas que comienzan a tener pérdidas importantes, comienzan a cobrarle al cliente el extra que supone el combustible. Irremediablemente esto terminará en un progresivo distanciamineto del modelo consumista que hemos visto tan sólido desde que existe la economía de mercado y una reducción de la aparente ilimitada mobilidad que se había observadod por décadas anteriores.

La gran noticia en los medios españoles es que no solo se compran menos casas, siendo las condiciones de compra cada vez más difíciles. También se están comprando menos autos, celulares,gasolina y diesel, al reducir el consumo por la misma razón previamente mencionada. La vida se está volviendo impagable. Es como el pez que se muerde la cola. Los negocios ya no prosperan como esperado, los modelos económicos empresariales se están volviendo obsoletos, pues si antes se tenía la certeza que necesariamente la gente consumiría la novedad, hasta los más adictos a las actualizaciones están viendo que tienen que restringir su consumo, si lo que prentenden es no hundir en ello su economía personal o familiar.

Será este el comienzo del final de la era capitalista. No se habrá necesitado ninguna revolución mundial por parte de los trabajadores. Parece inconcebible que sencillamente el concepto actual se está comenzando a agotar. Los discursos de los países en sus respectivos ministros de economía siguen insistiendo que esto solo es una desaceleración, aunque algunos admiten que se trata de una desaceleración acelerada...

La reunión de la FAO en Roma va a reunir a los principales líderes de los países que se ven afectados por la subida de los precios del cereal, o del arroz. Curiosamente el arroz, el cual no es elemento de los biocobustibles también esta viendo como su precio por tonelada crece exponencialmente. El capitalismo es simplemente insaciable en su busqueda de beneficio. Por definición tiene que haber una alza de los precios. Otra cosa es que esa alza provoque una inflación que a efectos prácticos perjudique a la economía nacional donde se está invirtiendo. Es dinero y si es en divisa fuerte, cualquier paraiso fiscal lo va a aceptar.

Esto se ha visto más de una vez, que en una crisis hay ganadores y perdedores. Los ganadores suelen ser aquellos que están por encima del pueblo llano que tiene que velar por sus necesidades inmediatas. El que le sobra y que se gana la vida especulando sobre el pan de cada día de millones de personas, no tiene más que preocuparse, como hacer que ese dinero siga creciendo. Al igual que aquel que vende casas hace negocio multiplicando el precio de la misma por mucho más de lo que costó, recortando en el presupuesto, en la mano de obra, y evidentemente cuanto más austero sea el resultado, mejor.

España es un país muy vulnerable en ese sentido, pues ha construido su riqueza literalmente en la consturcción de viviendas. Tantas, que en promedio cada cuiudadano español podría poseer más de uno, quizás hasta tres. Casas que por si solas no dan rendimiento. Hay que alquilarlas, y no a cualquier precio. Entonces se llega a la situación donde en este país hay más de tres mil casas vacías, las cuales esperan un hipotético inquilino. Si en unos años el precio de la viviendo no ha aumentado, posiblemente no se podría sacar beneficio a la inversión hecha, pues la idea es comprarlo a un precio determinado, y venderla mucho más caro. Esto alimenta una mano de obra, muchas veces extranjera, otras veces sin papeles. En cuanto el sector entra en crisis, pasa lo que era de esperar. Justamente que hacer en una economía burbuja, en caída libre, con los trabajadores que se encuentran en paro, muchas veces en situación irrelgular y sin salida laboral. De hecho en una economía basada en el ladrillo, no hay forma de salir de ese laberinto.

Este es solo un país en cuestión. Tomese por ejemplo China, donde el crecimiento es tan elevado en los últimos años, que el gobierno ha tomado medidas restrinctivas para frenarlo, para no caer en una hiperinfalción. Y sigue creciendo, justamente porque la mano de obra es tan abundante y tan barata que en teoría todas las restricciones serían una cosquilla al espectacular crecimiento del país. Habrá que esperar que China entre en la desaceleración, en la crisis alimentaria, y se choque con el alza del precio del petróleo, del cual tanto depende. No es coincidencia que busque en donde haya acuerdos comerciales para obtener más petróleo, a cualquier condición, sea en Birmania, en Tchad, o en Sudán por tomar unos ejemplos más conocidos.

En los EE.UU se ha visto un fenómeno rarísimo, que roza lo impensable para los economistas. En una economía en recesión, con un deficit creciente y un gasto corriente en las nubes, la misma contracción ha provocado un alivio al país. Menos consumo de petróleo, es menos importación del mismo. Sin embargo a la larga eso significa también que la hegemonía económica está viendo su lento pero definitivo fin. Quizás en unos veinte años, se estará viendo a ese mismo país que hace tan solo cinquenta años dominaba de lejos toda otra economía reducida a uno marginal consumidor de productos nacionales de calidad mediocre y exclusivamente para el consumo interno.

La volatilidad de la economía mundial deja abiertos todos los caminos.Unos descienden, otros suben a economías de importancia mundial. En breve no será raro fijarse de repente en la bolsa de Nueva Dehli o Sao Paolo antes que la hasta ahora siempre dominante bolsa de valores de Nueva York o de Frankfurt.

Estamos en una era de cambios drásticos. Ya no de índole política como lo fue la caída del muro de Berlín, sino tan radical que tal vez el lema tan empleado sacado de la biblia se vea plasmado a nivel mundial: Los últimos serán los primeros......

1 comentario:

Anónimo dijo...

buenisimo