domingo, 1 de junio de 2008

México entre la guerra al narco y la privatización petrolera

El gobierno espurio de Felipe Calderón brilla por sus fracasos y sus tropiezos. Desde el primer día de gobierno la declaración de guerra al narco fue declarada, como la medida que iba a consolidar en un frente común a la nación. Sin duda alguna el grado de víabilidad de dicho proyecto no fue tomada en cuenta. El ejército mexicano claramente no se encontraba a la altura de tal empresa, tanto como el control efectivo del gobierno en ciertos estados en el norte es más que simbólico, frente a una variada presencia de cárteles narcotraficantes con fuerza considerable. Durante las administraciones anteriores se han tomado medidas importantes, como la conformación de una policía especializada en el combate al narcotráfico, la AFI, que modelada según esquemas estadounidenses se ha ido imponiendo en la escena con supuestos éxitos que demostraban su eficacia. Calderón en cambio creyendose más listo que sus antecesores decidió ponerse el traje de comandante en jefe de las fuerzas armadas, que por cierto siempre le ha quedado demasiado chico. La inoperancia por parte del las fuerzas armadas quedó en la práctica tan evidente, además que se demostraba la fuerza real que disponen los diferentes cárteles presentes en el territorio nacional. O no se supone que su función es proteger la nación de una agresión exterior, la cual desde la última guerra con EE.UU en el año 1846 y la invasión francesa de 1863 no ha vivido enfrentamiento algunas. En el momento en el que el campo de acción es en el mismo país uno se preguntará cual es la función real de nuestras fuerzas armadas.

Para tener bajo control nominal al país entero necesariamente se necesita aliarse con unos para atacar a los otros. Dicho esto, hay que apoyar a un cartel para perjudicar al otro. De esa forma al menos no se tiene al país entero sublevado contra los poderes gubernamentales. Este ha sido la forma con la cual se ha evitado llegar a la situación actual con el gobierno espurio de turno. La condición de ser vecino de EE.UU no hace la tarea fácil, pues siendo la única frontera terrestre de EE.UU con el denomidado tercer mundo, pasan personas de todas la nacionalidades y condiciones. Desde terroristas mundialmente conocidos como Luis Posadas Carriles, quien reconoció haber entrado en los EE.UU por vía terrestre de forma ilegal, pero que no tuvo que responder ante la justicia estadounidense por lo mismo. Se cree que el muro fronterizo podría frenar la inmigración ilegal, pero está claro que no solo es imposible rastrear la totalidad de la frontera común, sino que flujos migratorios siempre habrá, y que son incontrolables.

Para paliar el deficit de armamente frente a los mejor armados narcotraficantes, se ha recurrido a algo semejante al Plan Colombia, la alianza militar con el ejército estadounidense, pagando por ello con parte de la soberanía de la nación. Se tiene además constancia de la presencia de agentes estadounidentes en suelo mexicano bajo la protección de la embajada de EE.UU en México. Esto siempre se ha negado oficialmente, pero la realidad es que somos actualmente un estado tapón de EE.UU, al tener primero la frontera sur, como primer filtro, y después la frontera misma con ellos. Según estadísticas oficiales la frontera sur de México expulsa a más inmigrantes ilegales que EE.UU en su frontera sureña. El problema no es fácil de abarcar, mucho menos de resolver. Y realmente cualquier presidente de la nación se percata de ello a más tardar al tomar el mandato constitucional.

Entre lo anteriormente mencionado, y una corupción omnipresente en el aparato estatal, los objetivos fijados necesariamente tienden a ser a corto plazo. Mencionando la reforma petrolera se estaría entrando en un tema más del cual padece el país. Desde décadas que Pemex vive a base de explotar yacimientos ya sondeados, que tarde o temprano terminarán por agotarse. El excedente que no es poco, rara vez es repartido equitativamente. El escándalo de Pemexgate comprueba esta hipótesis. Es dinero caído del cielo que mantiene a flote una red estatal que acapara no menos de dos tercios de los beneficios en forma de impuestos, que mantienen en pie el sistema partidario y las políticas estatales poco transparentes. Si ese dinero fuera a parar en un fondo para la exploración de nuevos pozos, de esa forma pagados con el mismo excedente nacional, se podría evitar llegar a la situación actual de la paraestatal. Por una deuda aplastante, y producción menguante, ante la ausencia de infraestructura capaz de refinar ese crudo, el cual es exportado como tal a EE.UU y refinado allá para volver a México el doble de caro, es normal que no haya muchas salidas honrosas para la castigada paraestatal. EL problema es que dinero no falta, lo que falta es voluntad política de cambiar el manejo de ese dinero. De hecho a Calderón le viene como oro esa oportunidad de poder justificar algo de otra forma injustificable, la privatización de Pemex sin salir formalmente de la constitucionalidad de su carácter estatal. México se encuentra de forma muy evidente gobernado por unos ladrones, que solo saben velar por sus intereses propios. No es curioso que Calderón haya sido el ministro de energía bajo Fox, y que su secretario personal Muriño, quien ahora es secretario de gobernación sea también beneficiario de concesiones hechas por Calderón siendo ministro de energía.

La realidad en la que se encuentra México no es exactamente esperazadora. Todo el contrario,pues en todo esto se está perdieno de a poco la soberanía alimenticia, con la creciente importación de maíz transgénico de EE.UU por las clausulas impuestas en el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. Ciertamente el pueblo mexicano no se queda con los brazos cruzados, al contrario, ahora se ha formado una resistencia civil que es capaz de forzar un debate nacional sobre la privatización del petróleo. Eso puede que no sea la garantía que ellos se salgan con la suya, pero definitavamente es un éxito que celebrar. Con el tiempo se verá que con un pueblo mexicano unido y luchador muchos de estos problemas se resolverán. Esta es la revolución que el mismo Calderón ayudó a consolidarse. El criminalizarla de poco podrá servir, la censura mediática también no es un método a largo plazo sobre todo con un mundo donde las comunicaciones están más al alcanze de todos que nunca. Independientemente del hecho que terminé su sexenio, habrá dejado las bases para el gran cambio en México. El cambio que Fox prometió y que nunca cumplió. Sea quien sea el candidato presidencial en el 2012, eso no es lo fundamental. Por lo pronto Andrés Manuel López Obrador está liderando ese movimiento de base, y ha logrado cohesionar una izquierda que siempre se ha visto dividida por enfrentamientos internos y externos. Con esta base es que se llegará a vencer los males de este país.

Que viva la resistencia civil
No a la privatización de Pemex
Hasta la victoria siempre
Venceremos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me resulta bastante completo este articulo. en una parte al principio,en el parrafo "la declaracion de guerra al narco fue declarada " puedes decir fue establecida.lo demas muy bien algun errorcito pequeño pero nada importante.