domingo, 4 de diciembre de 2011

La toma de la embajada del Reino Unido en Teheran o la erosión politica de Bashar Al-Assad

El martes 29 de noviembre la embajada del Reino Unido en Teherán, Irán, fue víctima de un asalto a manos de unos supuestos estudiantes radicales iraníes. Inmediatamente después el ministro de relaciones exteriores británico William Hague decretó el  cierre definitivo de la delegación de Teherán. 6 personas del personal fueron sequestrados y liberados horas después. La policía dispersó la masa y reestableció el orden, emitiendo disculpas formales por lo succedido. Sin embargo la determinación de Hague fue mayor, y aquí se rompió una relación un tanto conflictiva entre ambas naciones, que en el pasado pasó bajos históricos, sobre todo con la victoria de la revolución islámica y la huída del Sha. 

En consecuencia casi todas las cancillerías europeas hicieron voces al protestar por lo succedido, y se reunieron para  concretar una serie de sanciones en respuesta a ello. Una de dichas propuestas siendo el embargo sobre la compra de petróleo iraní. Habiendo ya en vigor una serie de sanciones de parte de las naciones unidas y de la Unión Europea en particular. Cuando en el pasado las relaciones económicas no habían sufrido en demasía del relativo aislamiento del país polítco, ahora si que podría tener efectos mucho más concretos, al rebajar  posiblemente las recetas del estado, que de por sí tiene el handicap de las sanciones actuales.


En un afán general de lo que también se podría llamar nation-building, que consiste en proceder a una serie de cambios de régimen, donde los intereses imperiales no son representados todavía. Los pretextos para dicha injerencia serían de tipo humanitario y pseudo-democratizante. Pero las formaciones políticas que suelen sustituir en dichos casos a los actuales gobernantes rara vez tson tan democratas como pretenden. Sólo hay que observar los desarrollos en Siria, los cuales fueron ampliamente cubiertos por parte de los medios occidentales,. Se crea un  cuadro desde el exteior, que en un momento dado pueda dar lugar a la intervención fisica y material, una vez ganada la opinión pública de los respectivos países.

La erosión que está viviendo el presidente Bashar Al-Assad se hace cada vez más evidente en estos días, cuando sus sustentos internacionales están cada vez más contados, y por dentro la situación no parece estabilizarse. Independientemente del hecho innegable que estamos frente a una presencia de personas extranjeras y armamento entrado de forma clandestina en el país, es difícil mantener un cierto orden, cuando al intentarlo se es uno de nuevo atacado, por ir en contra de un oposición "pacífica". La jugada de Al-Assad es talvez comprensible desde este punto de vista, pero últimamente éste útimo está cada vez en una situación más delicada., No solo es expulda Siria de la Liga Árabe, sino quie las relaciones con Ankara también están en un mínimo histórico.

Dentro de una lectura general cabe decir lo siguiente. Estamos ante una situación general de degradación de las relaciones diplomáticas en al menos  dos países, Irán y Siria. El precedente que fue Libia como incursión premeditada da lugar a creer que este escenario podría repetirse en los mencionados países. Después de años de negociaciones formales dentro del marco de la IAEA, y sin poderse aún comprobar la voluntad pretendida de Teheran de adquiir la bomba atómica, los argumentos de los  occidentales parecen haber perdido un poco de frescura. Por eso el incidente de la embajada ha venido de maravilla para renovar el argumentario mediático. Otra cosa es saber si nos encontramos ante la inminencia de un conflicto armado en Siria, que posteriormente se complementaria con un posible enfrentamiento con Irán. Se sabe que las mentes de los halcones de la OTAN ya llevaban de años proyectos en varias naciones tachadas como el "eje del mal". Por hazar o coincidencia, estamos siendo testigos de desarrollos justamente en estos mismos países, lo cual puede dejar abierta la hipótesis de un involucramiento indirecto de diferentes servicios secretos, que estarían operando en estos países, algunos encubiertos por sus respectivas embajadas.

Se podrá luego debatir tanto la configuración de los que particparon en la toma de la embajada, o si se esconden agentes del estado detrás de los supuestos estudiantes radicales.Algunos medios europeos han puesto la idea de una complicidad de las autoridades paracon los estudiantes radicales. Además de una amplia cobertura de la televisión nacional en los sitios mismos. Pese a que el el gobierno oficialmente condenó estos hechos, y dijo estar cumpliendo con las leyes internacionales, no logró disipar esta versión. Talvez vendrán más rupturas por parte de cancillerías europeas. Succesivamente nos vemos metidos en un hilo de hitos, que llevaría irremediablemente a la confrontación.Pero antes que esto suceda hay que esperar un turno, pues por ahora, todos parecen estar ocupados principalmente en un sitio: la República Árabe de Siria.

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