miércoles, 28 de diciembre de 2011

El estrecho de Ormuz: la puerta de entrada al Golfo Pérsico como cassus belli o la escalada de tensión entre EE.UU. e Irán


El portavoz del pentágono George Little afirmó el día de hoy que "no toleraría un cierre" del estrecho de Ormuz, única puerta de acceso del Golfo Pérsico, por lo tanto un pasaje altamente geoestratégico para el comercio internacional, en particular de las exportaciones de crudo de países del golfo, que verían sus actividades económicas seriamente perjudicadas. El almirante iraní Habibola Sayari por su lado declaró, que su nación no ve la "necesidad" por ahora de cerrar ese paso, pero que ello  no sería nada difícil de llevar a cabo. 

El estrecho de Ormuz que en su parte más angosta solo mide 54 kilómetros está compartido por el emirato de Omán por el sur y por la República Islámica de Irán al norte. Por lo tanto son aguas territoriales de ambas naciones, que ejercen efectivamente su soberanía marítima internacionalmente admitida. La Convención  de las Naciones Unidas sobre el derecho del Mar es aún el marco jurídico regulador en específico de los estrechos internacionales, donde se menciona el libre tránsito de pabellones de todas las naciones, sin por ello poner en entredicho la soberanía de cada nación en particular. 

Hace al menos cinco días que Irán llevo a cabo ejercicios militares en sus aguas adyacentes al estrecho. Esto en sí no constituye un infracción internacional, pero demuestra el poderío militar iraní existe en esta minúscula puerta de entrada, de la cual dependen al menos el 30% de las exportaciones de crudo mundial. Esta noticia puso en alarma a los mercados internacionales de intercambio de petróleo, donde los precios del barril de crudo han subido al saber de la situación. Posteriormente el primer ministro de Irán Parviz Soruri desmintió toda intención de bloquear el estrecho en corto plazo. Pese a ello no descartó que fuera una opción en la mesa, siempre que las circunstancias particulares lo demanden. 

La altísima dependencia de los hidrocarburos en tiempos de crisis del capitalismo es un elemento más que tomar en cuenta en el análisis general de esta escalada diplomática  irano-estadounidense. Los EE.UU. que en el pasado han derribado un avión comercial en la altura de Ormuz en el 1988 no están tampoco en posición de alegar en materia de respecto a las convenciones internacionales. En cualquier caso, una injerencia en las aguas iraníes de Ormuz serían desde el punto de vista iraní causa suficiente para implementar la operación de sellar la puerta de entrada... Este caso hipotético sería equivalente a poner en jaque el suministro mundial de petróleo a prácticamente todos los países denominados "desarrollados", que en muchos casos carecen de recursos energéticos propios, y posiblemente sufrirían de la penuria, tal cual como el choque petrolero de 1973-74. 

Sin embargo hay mucho más en juego. Desde al menos las elecciones del 2009 en Irán, los embargos y las sanciones se han recrudecido, lo cual ha puesto la posición económica iraní en mayor fragilidad coyuntural. Pese a ello la posición de Ahmadinejad no ha vacilado en absoluto, es más se ha ganado aliados en América Latina y sobre todo a  Rusia, que le ayudan a evitar la imposición efectiva de estas sanciones. 

Finalmente habría que entender que significa la palabra misma de "tolerar" algo. Pues siendo EE.UU. parte de las naciones que NO han ratificado la Convención sobre el derecho del mar, no le da la altura necesaria para  pedir que la respeten sus enemigos.  Lo cual viene a decir que se sienten en el derecho de injerir en el caso de que Irán disponga militarmente de sus aguas territoriales por la causa que fuera. 

El gendarme mundial se ha declarado y ha amenazado al legítimo lugarteniente de las aguas del estrecho de Ormuz en su sector superior. El que avisa no traiciona, y  es por ello que además de no tomar en serio las capacidades militares iraníes en su totalidad, no se retrae en a provocar a Teherán. De ser así, se podrían repetir lo que se dio en parte en la crisis del estrecho de Tirán y  la guerra de los seis días de 1967, como también tiene elementos constitutivos de la crisis del petróleo después de la guerra de Yom Kipur en 1973 y la repentina subida de precios del petróleo mundial. 

Irán se guarda un as en la manga que no es del todo inofensivo, y eso lo sabe EE.UU. De producirse de verdad, la economía mundial sería afectada de inmediato, al no poderse reponer el 40% de los barriles consumidos en el mundo de la noche a la mañana. También puede ser un terrible casus belli, pues al pasar cantidad de buques militares en aguas iraníes, un choque entre ambas fuerzas armadas, podría ser el comienzo de una guerra abierta contra Irán.  

Hasta que ese escalamiento se haya  dado, seremos testigos de guantazos diplomáticos, y de una incertidumbre de la parte de los "mercados", que al  no tener la seguridad del suministro de crudo. En cualquier momento podría desencadenar una crisis económica y militar tan sólo comparable con la crisis de los misiles en Cuba de 1961. 

No hay comentarios: