martes, 1 de noviembre de 2011

La convocatoria de referendum en Grecia o el gobierno de Papandreu en sus últimos coletazos

Literalmente todos han quedado sorprendidos ante el anuncio de Giorgos Papandreu de realizar un referendum sobre la renegociación de la deuda. En efecto en un momento donde una aparente solución había sido pactada para la reducción de la deuda en un 50%,enfrentándose por ende a intereses de banqueros franceses y alemanes directamente afectados por la medida. La vía que optó Papandreu pone parece poner un freno en toda la evolución vista hasta ahora ante el posible default griego. En ningún momento se había considerado el referendum, y las posibilidades de que ocurriese eran mínimas a inexistentes.Con una presión en la calle importante, una paralización de la economía por efecto de las huelgas y un factor de presión internacional, el primer ministro encontró un modo de comprar tiempo, en un clima de negociación francamente defavorable para los helenos.

De celebrarse efectivamente y ante una posibilidad de victoria del no, el pueblo griego estaría en la medida de tomar una posición soberana frente a los litigios de la deuda exterior.Durante el gobierno de Kostas Karamanlis entre 2004 y 2009, muchos negocios ocultos se llevaron a cabo entre el gobierno heleno y Goldman Sachs en un afán de "maquillar" las cuentas públicas. Se cometieron fraudes para dar la impresión que Grecia está en crecimiento y estable. La realidad es que debido a la contabilidad falseada, cuando asume Papandreu en 2009 se encuentra no sólo con las arcas vacías, sino que con deudas no declaradas. Desde entonces Grecia ha pasado por una primera interevención en 2010 del FMI junto al Banco Central Europeo. Se acordó un monto inicial de 110 millones de euros, que serían entregados en partes. En la actualidad no ha llegado aún la integra cantidad prometida.

Desde al menos varios meses la prensa internacional se ha enfocado de forma especial en el "caso griego", en la "crisis de deuda" o en otras denominaciones más o menos peyorativas. Se dice en los ámbitos anglosajones como centroeuropeos, que el pueblo heleno tiene que hacer esfuerzos para el bien de la unión monetaria. En otras palabras la prioridad siempre será que prevalezca el status-quo imperante, cueste lo que cueste. Inclusive se instauró el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), para que en un caso hipotético, algún país periférico, tambibién conocidos como PIGS, tenga que hacer recurso de ello, presente desde el precedente irlandés.

En concreto la maniobra sorpresa del gobierno heleno ha roto todos los esquemas dados. Las negociaciones en curso, el plan establecido y pasado por los parlamentos de los 17 países que forman parte, y los intereses inmediatos ante una cumbre del G20 en Cannes, Francia hacen que hay consternación tanto en las cancillerías europeas, en las instituciones financieras internacionales, y en la sociedad civil, que está implicada con anterioridad en una lucha contra el expolio nacional jusitficado por la deuda. El efecto sorpresa está por ahora prestne. Habrá que ver si el viernes el voto de confianza del gobierno pase por el Parlamento. En cualquier caso ésta maniobra demuestra una creciente flexibilidad de las opciones del gobernante.

Existen por consecuencia dos caminos a esto: Si sale el si, será una legitimización de las medidas por implementar a cambio de los créditos ansiados. Entonces hasta cierto grado se podrá argumentar que la vox populi lo ha consentido. Si saliese el no, entonces estamos ante la posibiilidad de una bancarota y en consecuencia una salida del euro acompañada de una vuelta a la drachma. Esto no quiere decir en ningún caso una salida de la Unión Europea, si supondría un necesario reajuste globlal, de formas aún impredicibles.

El presidente francés Nicolas Sarkozy hizo una delcaración de prensa ésta noche, donde remarcaba ante todo que frente a esta decisión de los griegos, recuerda que los compromisos adquiridos por el gobierno heleno tendrán que seguir siendo vigentes. Este jueves se abrirá la cumnbre del G20 de Cannes, Francia, y estos recientes desarrollos inesperados han sacado un poco de agenda a los gobernantes de Berlín y Paris. Grecia hizo uso de un recurso de la soberanía popular, paradójicamente convocada por el primer minisitro más impopular de su historian reciente. Previsto para enero 2012, este referendum marca el inicio del año entrante desde ahora, y deja la incógnita y la incertidumbre, ultimamente tan presentes en los círculos financieros internacionales. ¿Será Grecia capaz de defenderse contra el asedio internacional mediante nada menos que la soberanía popular? Lo único cierto es que en ésta historia, nada está escrito de antemano.

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