jueves, 14 de julio de 2011

Los EE.UU. en peligro de suspensión de pagos o el sistema Bretton-Woods en su momento más débil de la historia

Desde décadas se ha venido prediciendo el fin del imperio estadounidense, pero hasta ahora nunca se ha visto una situación tan crítica como la actual. El gigante parece padecer de su propia grandeza, en gran parte cargada por la mayor deuda exterior del mundo, la de EE.UU que se eleva a 14,3 trillones de dólares. Desde el 22 de julio del presidente Barack Obama había hecho saber al Congreso que el techo de deuda estaría peligrosamente cerca agotarse. Desde entonces y hasta el 2 de agosto se está intentando por todos los medios salir de una impase que parece poner a todos en grandes dificultades, la situación de impago por parte de EE.UU. Una situación tan insólita, que podría sorprender en momentos que la moneda única europea hace lo imposible para sostener sus miembros en dificultades, que son comunmente conocidos bajo el acrónimo de PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia, España (Spain en inglés)). Al parecer la espiral de la deuda está seriamente afectando las mayores economías.

Las ruedas de negociación llevadas a cabo en estos mismos instantes en Washington tienen como objetivo sacar un nuevo techo de deuda, que sacaría a la economía de los problemas más urgentes con sus acreeedores. En este contexto cabe hacer mención como las agencias de notación estadounidenses tan conocidas por degradar a países tales como Grecia, Portugal o Irlanda, ahora se la están llevando con EE.UU. mismo. China detiene la mayor de los bonos de deuda de EE.UU. y desde algunos años lleva también su propia agencia de notación, Dagong, la cual en estos días ha degradado a la nación norteamericana de "AAA" a "AA+", un acto altamente simbólico, tratándose de la "primera potencia del mundo".

Las hipótesis existentes de lo que podría pasar el 2 de agosto son varias. La más optimista dice que el Congreso podría sacar adelante un nuevo techo de deuda, dando de nuevo un poco de oxígeno a la economía estadoundense y posibilitando pagar a los acreedores sus intereses. En el caso de que esto no se de, el margen de maniobra del gobierno federal quedaría bastante reducido. Al no poder emitir más bonos de deuda, se quedaría irremediablemente sin liquidez inmiediata, y tendría que declararse en suspensión de pago. Entonces la avalancha de consequencias, tan conocidas en casos de Brasil, Argentina, Grecia, etc, entraría en acción en EE.UU. Caería la bolsa de Nueva York, subirían los intereses, la pérdida de credibilidad del dólar, principal pilar ideológico del sistema Bretton-Woods, sería irreparable, y posiblemente China se haría definitivamente con el control económico de la Unión americana, puesta en subasta al mejor comprador, dándose el caso que China es la nación con mayor reserva de divisa en el mundo. La caída del dólar llevaría consigo una grave degradación del sistema de la moneda única europea, y hundiría un poco más al Reino Unido en la crisis financiera y económica de la que está siendo afectado. En conclusión, el eje económico se pasaría al lado asiático, dejando como periferia a la vieja Europa y a EE.UU. como meras periferias de dicho centro.

La nueva directora del FMI, antigua ministra de economía de Francia, Christine Lagarde, ha hecho declaraciones en un periódico estadounidense, donde llamaba la atención al gobierno de los EE.UU. de que hagan lo posible para no caer en suspensión de pagos, con el riesgo de que no sólo afecte su propio sistema económico, sino también el de otros países. Piénsese por ejemplo que pasaría en países latinoamericanos que han adoptado el dólar estadounidense como moneda legal, como es el caso de Panamá o Ecuador. ¿Qué pasaría a los que teniendo su propia moneda legal, están directamente ligados no solo al dólar para sus exportaciones, sino que están pasan en su gran mayoría hacía EE.UU., como es el caso de México y Centroamérica? Sería indudablemente una crisis para la región entera que vería venirse una crisis económica, en parte ligada a su tan grande dependencia de EE.UU.

Todo el sistema Bretton-Woods, en pie desde el fin de la segunda guerra mundial, podría ponerse en duda. Sin embargo aún quedan muchas incógnitas, en primer lugar, la que los republicanos y los demócratas se pongan de acuerdo y logren mantenerse en pie por unos años más, pues lo puesto en líneas aquí mismo sería tan válido el 2 de agosto de 2011, que en futuro cercano, en el caso de que la conyunctura no cambie sustancialemte. La crisis de la deuda presente en todo el mundo se está presentando como un virus, que de a poco está agrientando un sistema que tan bien había servido en el pasado. Ahora que ni siquiera el más poderoso país en términos económicos tiene margen de maniobra, se plantea la gran pregunta del siglo: Después de la hegemonía de los EE.UU: ¿Quien vendrá en su lugar?

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