lunes, 3 de marzo de 2008

La revolución democrática en Bolivia

La derecha boliviana no termina de sorprender con su imparable afán de deestabilizar el proyecto de nueva constitución boliviana. Sin embargo su creatividad siempre se queda en margenes fuera de la legalidad. No lograron evitar la redacción de la carta magna, por más obstáculos que le pusieran en el camino, ni con el movimiento de huelga "pacífica", ni con la cuestión de la capitalidad de Sucre. Al final se terminó redactando en Oruro a pesar de la adversidades creadas.Después la cuestión fue aprobar el plazo para la aprobación artículo por artículo, en la cual otra vez intentaron por todos los medios aplazar este procedimiento, y no lo lograron. Acto seguido había que poner una fecha para la aprobación final de la misma, en la cual veía sus posibilidades más reducidas que nunca para contrarestar ese movimiento imparable, que les despojaría de su posición privilegiada. Ante esta situación resisitieron con más de una manifestación que desacreditaba el gobierno con mentiras insostenibles en todo sentido. Se abrió una instancia de negociación entre el gobierno de Morales y la oposición de la media luna. En ella de negociación hubo muy poco, más bien un alargamiento de discusiones sin fundamento ni argumento. Viendo esto finalmente el Congreso terminó por poner una fecha para la convocatoria del referéndum para el 4 de mayo de este año en curso. Ante el miedo de quedarse sin salida, pues parece ser que lo que más temen es que se pregunte a la ciudadanía, nada más les queda actualmente una última carta para jugar. Desacreditar el mismo referéndum. Esto convocando en un procedimiento extralegal referéndos propios en los cuales pretenden justificar su autonomía frente a la capital. Solamente responde a confundir a la ciudadanía, pues legalmente no tienen absolutamente ningún valor. Solamente el Congreso está en la potestad de convocar referéndos, nadie más.

La desesperación que reina en la oposición parece evidente. No tienen experiencia democrática alguna. Creen que retorciendo las leyes pueden salvarse de lo peor, que sería que se celebrara otra consulta, esta vez mucho más contundente: un referéndum revocatorio al presidente y a los gobernadores de las provincias opositoras. La única salida es deslegitimizar la misma democracia. De celebrarse y de verse desposeídos de su mandato como gobernadores, sería una gran victoria para Bolivia el haber destronado a la potente oligarquía mediante el uso más sensato y legítimo de la democracia. Entonces si estaría el camino abierto para el socialismo en Bolivia, puesto que con ese golpe de gracia, no les quedaría ni un solo argumento bajo la manga para frenar un movimiento que está arrasando con todo lo que los carácterizaba, los privilegios de unos pocos sobre una masa desposeída. Nunca antes se ha estado tan cerca de materializar un socialismo de una forma de tan digna. Mucho menos en Bolivia, tradicionalmente tan desigual.

Ahora ya no es cuestión de creer, ahora ha llegado la hora de actuar, y esto nunca ha sido enmarcado en un proceso tan democrático en Bolivia. El 4 de mayo es el gran día para cambiar radicalmente Bolivia, y darle un ejemplo a toda América de como se puede derrotar a las oligarquías del mundo entero.

¡Patria Socialismo o muerte!
¡Venceremos!

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