viernes, 29 de abril de 2011

La reconciliación inter-palestina entre Hamas y Al Fatah o la formación de un gobierno de unidad palestino

El 27 de abril 2011 pasado se concluyó en El Cairo, Egipto un acuerdo histórico entre las dos formaciones palestinas, Al Fatah y Hamas, que puso fin a la división interpalestina, en vigor desde junio 2007. Azam al Ahmad representante de Al-Fatah y Mahmud Zahar, jefe de la delegación del Hamas, presentes en la reunión celebrada en la capital egipcia dieron el anuncio de la formación de un gobierno interino de unidad palestina basado en una reconciliación de las dos facciones que rompieron sus lazos en hace cuatro años. En el programa de este gobierno interino figuran tres elecciones a celebrarse en un año, la presidencial, legislativa y la del Consejo de Liberación Palestina, en otras palabras una renovación completa del aparato institucional palestino. En parte debido a que el mandato del presidente Mahmoud Abbas ya se venció tecnicamente, y que este gobernaba con un primer ministro, Salem Fayad, sobre la base de un nombramiento en condiciones de excepción, esta unión pone fin al cisma que sufría la Autoridad Palestina desde entonces, y que minaba toda creación de un Estado Palestino, que en teoría estaba previsto en este año en curso.

Este cambio drástico de conyunctura tiene varios factores, que hay que tomar en cuenta. En primer lugar este nuevo acuerdo se produce en el seno del Egipto post-Mubarak. Esto da a entender, que por primera vez desde Nasser, El Cairo se compromete seriamente con la questión palestina, quedada en un callejón sin salida, bajo Sadat y Mubarak. Esta ruptura con la alianza con Israel por parte del régimen revolucionario es ante todo un hito en la historia reciente de Medio Oriente.

En este mismo sentido Israel ha reactionado inmediatamente a esta nueva unidad palestina. El primer ministro Benyamin Netanyahu ha dado a entender a Mahmoud Abbas, que o bien opta por la alianza con Israel o con Hamas. En su sentido la paz tiene que pasar por el reconomiento del estado de Israel y la renuncia del uso de la violencia, un paso que Hamas no ha hecho, y que hasta nuevo orden no ha emitido intención de hacer. El ministro de relaciones exteriores, Avigdor Lieberman inclusive ha declarado que Al Fatah "ha cruzado la línea roja". A la vez que el ejecutivo israelí prevé la posibilidad de un nuevo conflicto armado, ante la perspectiva de una autoridad palestina reconciliada. Netanyahu hasta ha hecho la amenaza de suspender la devolución de los impuestos que recauda en las aduanas en su nombre, y que le restituye periódicamente, en el caso que este gobierno este integrado por el partido de Hamas.

La Unión Europea por su lado se ha mostrado prudente ante la nueva unidad palestina, en la medida que pide que el nuevo ejecutivo reconozca el estado de Israel. En cierto modo la "Troika" del Medio Oriente (Rusia, EE.UU., Naciones Unidas y la Unión Europea), han quedado totalmente marginalizada por este acuerdo. Si en años este grupo de contacto no ha podido en lo más mínimo avanzar en la creación de un estado palestino consolidado, ven que un Egipto post-Mubarak es perfectamente capaz de reconciliar dos enemigos, mantenidos en la divergencia en parte por presiones por un lado de Israel hacia Al-Fatah en Cisjordania, y de Siria hacia Hamas. Cabe en este contexto remarcar que ante un régimen sirio debilitado en su interior, su presión que podría ejercer sobre la formación islamista para seguir alimentando la división interpalestina, se ha visto reducida, y esto ha posibilitado este acuerdo.

EE.UU. por su lado ha emitido un comunicado, dando su reserva sobre al creación de un nuevo gobierno unitario palestino. La vigencia hasta nuevo orden de las ayudas proporcionadas a la Autoridad Palestina dependerán de la características del nuevo ejecutivo que emergerá de las elecciones próximas. Una vez más la alianza israelo-estadounidense pasa por encima de las reales voluntades de crear un estado palestino consolidado.

El reconocimiento tácito de países latinoamericanos del estado palestino, entre los que figura el pionero, Brasil, seguido por Argentina, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Perú y Bolivia, en cierto modo se adelantaron a la creación de facto, creando una fricción con el ejecutivo de Netanyahu, que criticó duramente la diplomacia latinoamericana. Con un apoyo fuerte en el varios países árabes y latinoamericanos, este nuevo ejecutivo palestino podría contar con un apoyo moral o incluso material. Mientras que Europa occidental y EE.UU. siempre han actuado en función de Tel-Aviv, y a sus necesidades del momentos, es de esperar que sus diplomacias van a obrar en la medida que pueden, para paralizar la formación de dicho gobierno, demostrando una vez más su parcialidad como actores en la resolución del antiquísimo conflicto israélo-palestino.

Cabe resaltar aquí que más allá de la retórica de décadas sobre la paz en Medio Oriente, hubo que esperar la llegada de un poder nuevo en Egipto y un cambio regional de los estados y sus respectivas influencias. Lo que la prensa occidental denomina la "primavera árabe" y sus diferentes manifestaciones en Túnez, Egipto, Libia, Siria, Yemen, Bahrain, Líbano, etc., para que por fin se desbloquée el status quo en la cuestión palestina. El pueblo palestino que lleva desde décadas en la tutela, primero egipcia, luego siria, y finalmente israelí, al menos desde que Al Fatah reconoció el estado hebreo, siempre fue el leitmotiv desde la Cumbre de Jartúm de la Liga Árabe de 1967 hasta la actualidad, pero nunca tomado como un actor independiente en sí.

Ahora falta ver los desarrollos futuros para determinar si efectivamente estamos ante la asunción del estado palestino dentro de las fronteras de 1967 y con capitalidad en Jerusalén Este, y como la "comunidad internacional" y sobre todo EE.UU., Israel, la Unión Europea, el Reino Unido, etc. tomarán este hecho, nacido totalmente al margen de su control. ¿Acaso de no retractarse Al Fatah, pasará al ostracismo internacional junto a Hamás, y en consecuencia el Estado Palestino ante la "comunidad internacional? ¿Hasta qué grado los países árabes están dispuestos a apoyar el naciente estado palestino en sus demandas acerca de las fronteras y los refugiados palestinos? ¿Acaso estamos ante una nueva llegada de un conflicto armado donde Israel tomará de nuevo la ofensiva contra una autoridad palestina que se salió de las manos? ¿Y en ese caso, se formaría una nueva coalición árabe que se enfrente a Israel, en tregua desde 1973? ¿Será el año 2011 el de la creación definitiva del Estado Palestino?

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