lunes, 30 de junio de 2008

Sarkozy en la cúspide del poder o el advenimiento de tiempos obscuros

El 1 de julio, el presidente francés Nicolas Sarkozy ha asumido la preisdencia pro-tempore de la Unión Europea anteriormente asumida por Eslovenia. Las metas de Sarkozy son claras como el agua, fortalecer el concepto de "fortress Europe": Cerrar las fronteras, no perimitir regularizaciones de sin papeles, impulsar en cierto modo la ideología de la directiva de retorno, aunque esta no entraría en vigor hasta en dos años.

El NO irladés ha pesado mucho en la unión. Cuando primero se pretendía que era un mero incidente, sus repercuciones se amplían al paso del tiempo. El presidente polaco Kazcinsky se ha rehusado a firmar el Tratado de Lisboa al considerarlo sin razón por el rechazo de Irlanda. A su vez el presidente alemán Horst Köhler también ha declarado de forma similar que no firmaría el tratado a pesar de haber sido aprobado por el Bundestag. El presidente galo se pensaba que sería el actor de la consolidación de una nueva unión, pero ahora se encuentra orquestrando a musicos desafinados. No se sabe cual será la salida de la supuesta crisis insisititucional europea, que más bien responde a que hay ciertas medidas mercantilistas por implenmentar, que se complementan con otras de tipo político, como una voz única del conjunto frente a los demás. El funcionamiento actual podría llamarse deficitario, pero realmente cada vez que se intenta reformarlo, choca con la voluntad de algún pueblo europeo. Este caso el pueblo irlandés se opuso a ceder tanta autonomía a una cúpula, que podría determninar la vida de mucha gente. En el otro sentido sin embargo, no hay reciprocidad. No hay participación ciudadana, que es necesaria y fundamental, para que en base de un pacto, haya una supraestructura que respete las diferencias culturales, como también deje un margen de autonomía para cada sitio o región.

Sarkozy también busca profundizar la criminalización de la inmigración. Es una ironía, cuando el envejecimiento de la población trae muchos problemas para sostener una economía activa, que necesita mano de obra. Si la población europea se queda en retiro, hay que importar mano de obra, pero no cualquiera, según ellos. Selección de la inmigración, en su sitio de origen. Se agregan trabas para el libre tránsito, para alcanzar que lleguen menos. Pero la realidad es que siempre hubo y siempre habrá flujos migratorios, que por diferencias de oportunidades, se crean. Antes era de Europa a América. Nadie los invitó a que vinieran. Y vinieron a imponer nuevas condiciones. Ahora imponen condiciones de aquellos que fueron colonizados. El libre tránsito de personas sin distinción es puro papel mojado. En teoría figura en la Carta de la Naciones Unidas, como seguramente en más de una firma de intencionalidad de pactos bilaterales entre naciones europeas y extraeuropeas, donde se manifiesta la libre circulación de capital y también de personas. La primera clausula suele aplicarse, la segunda no siempre. Ante la directiva de retorno hay que aplicar en América lo mismo pero esta vez a los capitales europeos. Habría que selecionar quien puede invertir donde y como. Algunos quedarán fuera de concurso, y siempre teniendo la última palabra. Sería interesante ver como reaccionarían los europeos a los obstáculos comerciales en zonas estratégicas extracomunitarias, que mantienen la hegemonía de Europa, tal cual fuera su patio trasero.

El modelo europeo necesariamente va a caducar, al igual que el imperialismo económico estadounidense. Los síntomas son evidentes, otra cosa es que se diagnostiquen. La crisis de la deuda de EE.UU fue el detonante, y muy pronto con los precios del petróleo en las nubes, este modo se va a volver inviable. De hecho, hay un gran descontento en Europa a nivel popular. Comenzó con la introducción del euro, que encareció la vida a muchos pueblos europeos. Con precios de los alimentos altísimos en comparación a pocos años atrás. Los transportistas en todo Europa no colaboran con la alza de los precios de los combustibles, hacen huelgas, y la principal demanda es que baje el precio reduciendo los impuestos que hay sobre el mismo. Parece ser que ningún ministro de economía ha llegado a tomar en cuenta esta propuesta. Los impuestos están y se quedan. Si eso no es intransigencia al más alto nivel que es?

Más o menos este es el panorama que tiene Sarkozy desde el Eliseo. No es excactamente lo que esperaba, y conociendo el estilo de este mandatario, dudo mucho que intente resolver los problemas con el diálogo. En Europa habrá seis meses de despotismo absoluto. Seis meses de xenofobia aguda, y de medidas arbitrarias, contra todo aquel que tenga la apariencia de extracomunitario. Se están cavando su propia foza. Lograran alejar a la mano de obra que mantiene en pie su edificio tambaleante.

Son tiempos obscuros los que se advienen. A pesar de todo ello, insisito que los pueblos se saben apreciar uno a otro. A nivel del pueblo no hay diferencias. Las hay en otros niveles. Y cuando la torre se derrumbe del todo, quedarán los pueblos unidos por el lazo que nunca se rompió, que es la solidaridad entre todos.

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