jueves, 27 de marzo de 2008

La izquierda latinoamericana ante el genocidio del pueblo tibetano

Los Juegos Olímpicos de China han descubierto una faceta antes menos evidente en la izquierda latinoamericana. Es evidente que el régimen de Pekín de comunista poco tiene, pues al ser ela fábrica del mundo se ha convertido en un centro financiero que pronto podrá destronar a Europa y hasta EE.UU si sigue su curso actual. También es la alternativa a EE.UU para muchos países que le quieren dar la espalda a la dependencia hacía EE.UU.

Esta nueva dependencia que ha generado en muchos países emergentes queda muy clara con la reciente situación con el Tibet. Nadie puede negar que la actuación de China en el extincto reino de Tibet es la de un conquistador, el cual practica una política de colonización y de represión. La censura practicada en estos días en los medios oficiales no sorprenden en absoluto, tomando en cuenta el grado en el que está al mira sobre esta delicada situación que roza el genocidio.

Si uno mira los medios de comunicación es más que sorprendente sumamente decepcionando que el que ahora denuncia esto sea el presidente del parlmento europeo Hans-Gert Pöttering. Al igual que el presidente francés Nicolas Sarkozy quien amenza con un boicot mediático en la apertura de los JO en un mes. El presidente George W. Bush también ha denunciado la situación y ha incitado aun cese de fuego y la apertura a un diálogo con el Dalai Lama.

En cambio en los mandatarios latinoamericanos no hay ni la más mínima indirecta hacía el genocidio. Abiertamente se sigue la línea de omisión y se refuerza el cerco mediático sobre el Tibet. Ninguna condena, ni la mención de un posible boicot. Acaso el imperisalismo sobre América Latina es una cosa y el imperialismo chino sobre el Tibet, como también sobre otras minorías no hace la más mínima preocupación.
En cuestión de genocidio, represión no hay diferencias alguna. Es posible que en condiciones normales uno no se entere pues lo ocurrido sucede en África subsahariana y probablemente hay que estar muy informado para saberlo y consecuentemente condenarlo. Pero aquí no se trata de eso, sino de un caso que ha trascendido todas las fronteras y realmente no hay posibilidad de no enterarse al menos que no se vea ningún medio informativo. De solamente escuchar lo que dicen los medios chinos daría a entender de un levantamiento que es controlado por medios militares hasta un cierto grado. Pero a la vez nadie se cree bien eso, sobre todo con el hecho que no hay forma de corroborar esto, al no tener ningún periodista en el Tibet.

Condeno abiertamente la omisión por parte de los gobiernos de izquierda ante la gravedad de la situación. Demuestran una pasividad ante hechos evidentes, y no hay indicios que se vayan a involucrarse. No es coherente condenar una práctica imperialista en un continte y permitirla en otro por estar ligados económicamente o ideólogicamente a ese país. Si hasta en Europa ha sucedido, la responsable de siglos de colonialismo y guerras. Esto nos debería poner a reflexionar sobre nuestra forma de percibir nuestra situación en América latina y que nos falta conherencia, si queremos que en el ámbito internacional nos tomen en serio. A ver si en Venezuela o en Bolivia hacen un boicot a los JO, y realmente demuestran que se lo toman en serio depurar la escena internacional de hipocrecía y desigualdad.

Todos tienen que tener en claro que lo que pasa en el Tibet es un acto de represión como muchos otros, y nadie puede o debe pasar por encima, al menos en el plano político.

Abajo el imperialismo en donde sea que ocurra.
Arriba el pueblo del Tibet.

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