lunes, 5 de agosto de 2013

La condena formal a Silvio Berlusconi o el Cavaliere en la antesala del fin de su carrera política

 El ex primer ministro Silvio Berlusconi organizó éste domingo  4 de agosto 2013 un gran evento, tal cual del tiempo de cuando estaba en el poder.  Solamente que hoy día las cosas parecen favorecer mucho menos al ex mandatario y jefe  de facto del Partido del Pueblo de la Libertad (PDL). Su condena donde el caso Mediaset finalmente llevó a una condena formal no amovible ni apelable, al emanar del Tribunal Supremo de Justicia en tercer grado. Centenas de personas acudieron en apoyo al político milanés en una plaza central en Roma, quien se declaró abiertamente “inocente”, además de acusar a las instituciones judiciales de parciales, y de querer atentar contra su persona, como lo estarían haciendo desde al menos 20 años, según él mismo.  Sin embargo enfatizó su apoyo tácito al gobierno de coalición actualmente bajo el liderazgo de Enrico Letta, del Partido Democrático (PD), que gobierna junto al PDL y a la formación Scelta Civica (SC) de Mario Monti.

La continuidad en sí del gobierno parece cada vez más trivializada, cuando los puntos en común son pocos, y las disparidades y desencuentros predominan. Pese a ello este gobierno ha podido llevar adelante lo que hace pocos meses no era ni siquiera concebible, en una impasse legislativa, que desde entonces parecía irresoluble. La condena del juzgado de Milán del pasado 1 de agosto a cuatro años de prisión por fraude fiscal dejó al Cavaliere en una posición delicada, aunque no fue lo esperado por muchos detractores, pues el juzgado no se pronunció sobre la inhabilitación a cualquier puesto público por los siguientes 5 años, como era previsto primero, pero fue posteriormente revisado, por lo que su futuro político, si bien pende de un hilo, pero no está formalmente acabado.

El caso de Lodo Mondadori, editorial italiana, de la cual se adueñó de forma ilegal en los años noventa, también le pesa con una multa de millones de euros  hacia el dueño desposeído, el cual está aún buscando que se le restituya este imperio de la imprenta, en manos de la hija del mismo Silvio. Además de estos, están los casos de Rubygate, que lo acusan de prostitución hacia menores, en este caso a la marroquí Karima El Mahroug, quien en el momento de los hechos era menor de edad. Su caso, el más mediatizado en los últimos tiempos denota una cierta práctica conocida popularmente como bunga bunga, osea, unas fiestas en la residencia de Arcore, en tiempos de cuando gobernaba, y que según testigos oculares eran verdaderas orgias, las cuales se hacían a costo del estado.

En otros casos, está el senador Carlo de Benedetti, quien en el 2006 parece haber recibido dinero negro de Berlusconi, para motivarlo a desertar el PD, el cual estaba formando un gobierno de coalición, conocido como la coalición del olivo, que gobernó entre 2006 y 2008 bajo Romano Prodi. La mayoría relativa estaba a tan solo un voto en la cámara baja, y la defección de De Benedetti hizo posible la caída de esta misma coalición, y el regreso del  cavaliere al puesto de primer ministro fue una realidad, hasta su posterior caída en el 2011.

La ley italiana, tan debilitada tras casi 20 años de berlusconismo, fue ajustada con diversas leyes ad personam, entre las que figura que una persona de más de 70 años, podría optar por un arresto domiciliario en vez de la prisión formal, y el imputado de 76 años podría acogerse a ella. Después de todo la justicia fue y ha sido el archienemigo jurado del Cavaliere, quien en diversos momentos de su carrera política estuvo a punto de ir a cárcel, pero evadiendo esto de los modos más ingeniosos,  a veces abiertamente provocadores, como irse al extranjero en visita oficial ex post, casi que sin justificativo, pues ese día le caería una condena fatal, pero la ley lo amparaba por ausencia justificada. El desconocer la jurisdicción del susodicho tribunal,  como pedir que se traslade a otra sede, la cual en algunos casos le serían más favorable. Sin ir más lejos en los ejemplos, que podrían justificar o ejemplificar su trascurso a través de indulto y excusas, éste siempre pudo seguir al frente del gobierno por varios años, hasta que le dejó la suerte a él, en el año 2011. Su condición de senador sin embargo le sigue amparando de un fuero, el cual es probablemente el último que le queda, para protegerse de la justicia.

Hace dos día un juez le retiró el pasaporte hasta nuevo orden, prohibiendo la salida del mismo de Italia. Las opciones se están agotando al que todos veían como intocable, pero siempre le queda alguna carta en la manga, pues vemos como incluso su buen visto al gobierno de Enrico Letta es una condición sine qua none, o de lo contrario podría volver a desencadenar el país europeo a una nueva crisis institucional, y a nuevas elecciones, algo que ahora mismo nadie desea ni anhela, después de lo que le costó al presidente Giorgio Napolitano formar el actual, que sale a raíz de una vacancia de poder de varios meses. Los seguidores del Cavaliere sostienen la inocencia del imputado, y presentar por ende a éste como un mártir, quien se enfrenta a un sistema de justicia caduco y de corte comunista, mientras que se sostiene que todas las acusaciones en su contra son falsas e infundadas. No sería la primera vez que lanza las flechas contra el tercer poder, el cual lleva muchos años malviviendo, si poder poner la mano sobre los negocios sucios de Mediaset, donde se estuvo cobrando por vía de sociedades fantasmas sobreprecios para emisiones de películas estadounidenses en Italia, y que finalmente fueron a parar en cuentas de Silvio.

Hasta que el tribunal superior no se pronuncie sobre la posible inhabilitación del político italiano, éste podrá gozar de un último fuero, pero si fuera a renunciar a ser senador, lo más seguro es que todo el lodo de años y años de negocios turbios lo van a alcanzar finalmente. Dijo públicamente que en el caso se iría a la cárcel antes que a servicios sociales, que son una posibilidad de redimirse. Tampoco querría el arresto domiciliario, aunque todo queda por verse, en la medida que, al menos en Italia, la justicia es lenta, medio miope, y sobre todo tiene las manos atadas, cuando la evidente influencia del otrora poderosísimo Cavaliere da sus últimos coletazos, para quitarse el fango, que ahora sí parece estar más cerca del cuello como nunca antes.  “No me rindo” afirmó con el pecho enaltecido. Eso es lo más seguro, pues un zombi político como él no se rinde así de fácil, aunque no esté seguro aún, si su carrera político, esté ya acabada o no.  

1 comentario:

Vero dijo...

Vaya por lo menos EN ITALIA LOS CONDENAN...faltaria ver cual es el desenlace.aqui en MEXICO nunca he visto ha un presindente del gobierno o a un ex presidente condenados aunque se lo merezcan.