La continuidad en sí del gobierno parece cada vez más
trivializada, cuando los puntos en común son pocos, y las disparidades y
desencuentros predominan. Pese a ello este gobierno ha podido llevar adelante
lo que hace pocos meses no era ni siquiera concebible, en una impasse legislativa, que desde entonces
parecía irresoluble. La condena del juzgado de Milán del pasado 1 de agosto a
cuatro años de prisión por fraude fiscal dejó al Cavaliere en una posición
delicada, aunque no fue lo esperado por muchos detractores, pues el juzgado no
se pronunció sobre la inhabilitación a cualquier puesto público por los
siguientes 5 años, como era previsto primero, pero fue posteriormente revisado,
por lo que su futuro político, si bien pende de un hilo, pero no está
formalmente acabado.
El caso de Lodo Mondadori, editorial italiana, de la cual se
adueñó de forma ilegal en los años noventa, también le pesa con una multa de
millones de euros hacia el dueño
desposeído, el cual está aún buscando que se le restituya este imperio de la
imprenta, en manos de la hija del mismo Silvio. Además de estos, están los
casos de Rubygate, que lo acusan de
prostitución hacia menores, en este caso a la marroquí Karima El Mahroug, quien
en el momento de los hechos era menor de edad. Su caso, el más mediatizado en
los últimos tiempos denota una cierta práctica conocida popularmente como bunga bunga, osea, unas fiestas en la
residencia de Arcore, en tiempos de cuando gobernaba, y que según testigos
oculares eran verdaderas orgias, las cuales se hacían a costo del estado.
En otros casos, está el senador Carlo de Benedetti, quien en el 2006 parece haber recibido dinero negro de Berlusconi, para motivarlo a desertar el PD, el cual estaba formando un gobierno de coalición, conocido como la coalición del olivo, que gobernó entre 2006 y 2008 bajo Romano Prodi. La mayoría relativa estaba a tan solo un voto en la cámara baja, y la defección de De Benedetti hizo posible la caída de esta misma coalición, y el regreso del cavaliere al puesto de primer ministro fue una realidad, hasta su posterior caída en el 2011.
La ley italiana, tan debilitada tras casi 20 años de berlusconismo, fue ajustada con diversas
leyes ad personam, entre las que
figura que una persona de más de 70 años, podría optar por un arresto
domiciliario en vez de la prisión formal, y el imputado de 76 años podría
acogerse a ella. Después de todo la justicia fue y ha sido el archienemigo
jurado del Cavaliere, quien en diversos momentos de su carrera política estuvo
a punto de ir a cárcel, pero evadiendo esto de los modos más ingeniosos, a veces abiertamente provocadores, como irse
al extranjero en visita oficial ex post, casi que sin justificativo, pues ese
día le caería una condena fatal, pero la ley lo amparaba por ausencia
justificada. El desconocer la jurisdicción del susodicho tribunal, como pedir que se traslade a otra sede, la
cual en algunos casos le serían más favorable. Sin ir más lejos en los
ejemplos, que podrían justificar o ejemplificar su trascurso a través de indulto
y excusas, éste siempre pudo seguir al frente del gobierno por varios años,
hasta que le dejó la suerte a él, en el año 2011. Su condición de senador sin
embargo le sigue amparando de un fuero, el cual es probablemente el último que le
queda, para protegerse de la justicia.
Hace dos día un juez le retiró el pasaporte hasta nuevo
orden, prohibiendo la salida del mismo de Italia. Las opciones se están
agotando al que todos veían como intocable, pero siempre le queda alguna carta
en la manga, pues vemos como incluso su buen visto al gobierno de Enrico Letta
es una condición sine qua none, o de
lo contrario podría volver a desencadenar el país europeo a una nueva crisis institucional,
y a nuevas elecciones, algo que ahora mismo nadie desea ni anhela, después de
lo que le costó al presidente Giorgio Napolitano formar el actual, que sale a
raíz de una vacancia de poder de varios meses. Los seguidores del Cavaliere sostienen la inocencia del
imputado, y presentar por ende a éste como un mártir, quien se enfrenta a un
sistema de justicia caduco y de corte comunista, mientras que se sostiene que
todas las acusaciones en su contra son falsas e infundadas. No sería la primera
vez que lanza las flechas contra el tercer poder, el cual lleva muchos años
malviviendo, si poder poner la mano sobre los negocios sucios de Mediaset,
donde se estuvo cobrando por vía de sociedades fantasmas sobreprecios para
emisiones de películas estadounidenses en Italia, y que finalmente fueron a
parar en cuentas de Silvio.
Hasta que el tribunal superior no se pronuncie sobre la
posible inhabilitación del político italiano, éste podrá gozar de un último
fuero, pero si fuera a renunciar a ser senador, lo más seguro es que todo el
lodo de años y años de negocios turbios lo van a alcanzar finalmente. Dijo públicamente
que en el caso se iría a la cárcel antes que a servicios sociales, que son una posibilidad
de redimirse. Tampoco querría el arresto domiciliario, aunque todo queda por
verse, en la medida que, al menos en Italia, la justicia es lenta, medio miope,
y sobre todo tiene las manos atadas, cuando la evidente influencia del otrora
poderosísimo Cavaliere da sus últimos coletazos, para quitarse el fango, que
ahora sí parece estar más cerca del cuello como nunca antes. “No me rindo” afirmó con el pecho enaltecido.
Eso es lo más seguro, pues un zombi político como él no se rinde así de fácil, aunque
no esté seguro aún, si su carrera político, esté ya acabada o no.
1 comentario:
Vaya por lo menos EN ITALIA LOS CONDENAN...faltaria ver cual es el desenlace.aqui en MEXICO nunca he visto ha un presindente del gobierno o a un ex presidente condenados aunque se lo merezcan.
Publicar un comentario